Cap 7

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Capitulo 7
Yuri le devolvió la sonrisa a medias y
volvió la mirada hacia Alix y Cata.
sentadas en frente de mamắ.
-Vaya. No sabía que traicionaban a su
propia comunidad, andando con los de Est High. -Exclamó la pelinegra, mirándolos
como si fueran una plaga.
-Nosotros no somos parte de su estúpida
riña entre perros y gatos, Ojeda. -Soltó
Alix .
-Exacto., -Afirmó mamá.
-Bien... ya me voy. -Dijo Yuri.
-Es la mejor idea que he oído venir de ti.
-Dijo mamá.
-¡Hey! -se quejó Yuri. Vale levantó la
vista y sacó la pajilla del batido de su boca.
-Que me hayas comprado un batido para
enmendar tu desastre no significa que yo
haya cambiado mi opinión acerca de ti.
-Estampé mi mano contra mi frente de
nuevo. Mamá no me la ponía fácil.
-Supongo que es cierto. -Expresó.
-Espero no toparme contigo Ojeda.
-Mamá metió la pajilla a su boca una vez
más y la otra chica se fue sin decir nada.
Creo que le sorprendió la falta de tacto que
tuvo ella, era como si no le importase que
la chica más guapa y popular del instituto
le dirigiera la palabra. Yo misma
impresionaba.
Me senté al lado de mamá, coloqué mi
cara en el cuenco de mi mano, estaba
frustrada; todo mis esfuerzos en vano por la
testarudez y orgullo de mis Madres.
Empezaba a creer que era mejor no existir,
sí, eso había pensado alguna vez, por
eso había pedido este deseo. Aunque no
sería malo volver a casa e ir al estúpido
internado al que querían enviarme, al
menos no tendré todo el peso de su relación
encima. Yo ni si quiera había tenido novio
alguna vez, obviamente no tenía la mínima
idea de cómo lidiar con esto.
Pensé que si tal vez golpeaba mis talones
tres veces volvería a mi habitación. Lo
intenté. No funcionó.
Cuando estaba a punto de darme por
vencida vi a Yuri hacer un ademán para
que me acercara a ella.
Me levanté del asiento, ni siquiera tuve
que decir nada, estaban muy ocupados
hablando de solicitudes para universidades.
Caminé hacía mi madre sentado en la barra
y me paré frente a ella.
-¿Qué es lo que pasa con tu amiga?
-Preguntó disgustada. Me sorprendí.
-Yo no lo sé. ¿A qué te refieres? -Le
pregunté cruzada de brazos.
-Es que ella es... ¡Yo no le agrado! ¿Por
qué? Yo le agrado a todo el mundo. -¿Ego?
¿Dónde? Alo mejor está escondido detrás
de tu gran cabezota Ojeda.
-Pues no ha todos, al parecer. -Rodé los
ojos. Tampoco me satisfacía la idea de
que no le agradara, era justamente lo
que había estado intentado cambiar pero
mamá era terca, mucho demasiado, y no
debías contradecirla. En el presente, o
presente-futuro, como sea; Yuri y yo
aprendimos eso a la mala.
-Bueno hay que hacer algo, porque yo tengo
una reputación y ella la puede arruinar. Y
sus amigos no ayudan, también me odian
pero no tanto como ella. ¡Está acabando
conmigo!-gritó desesperada. Nadie nos
prestó la mínima atención debido al ruido
de los murmullos y gritos de las otras
Personas.
-No está acabando contigo. Ella no acabaría
ni con una mosca, solo mírala. -apunté
hacia ella. Estaba mofándose de Alix
y Cata, poniendo la boca como un pez,
simulando los besos que se daban. Tomó
un sorbo de su batido y le quedó un bigote
blanco que después limpió con su lengua
mientras trataba de verlo. Soltó una risa
mientras la veía-. ¿No es adorable? -Le
pregunté.
-O es buena actriz, -dijo ella. Entrecerré
mis ojoS-. Debes admitir que es un poco
gruñona.
-Con el tiempo, te darás cuenta de que se
ve linda cuando te regaña. -Yuri le dio
un sorbo a su batido de mango-. Puedo
ayudarte a caerle bien y que recuperes...
lo que sea que hayas perdido; la dignidad,
la reputación de chica adorable con pecas,
o lo que sea. -Ella me mir con una ceja
levantada.
-¿Soy adorable para ti?
-Escucho a las animadoras huecas hablando
en los pasillos. Te han llamado así varias
veces. No te creas mucho, yo también
tengo. -Le sonreí presumiendo mis pecas
claramente heredadas de ella.
-Sí, sí que las tienes. -Al fin dejó de
coquetearme. Creo que se dio por vencida.
-¿Entonces sí? -pregunté.
-¿Sí qué?
-¿Quieres que te ayude? -Echó un vistazo
hacia donde estaba mamá y torció la boca.
-Parece difícil.
-Ati te gusta lo difícil. -Le recordé.
-¿Segura que no nos conocemos?
-Jamás me has preguntado si nos
Conocemos.
-¿Y nos conocemos?
-No. -Me miró con una mueca de
incertidumbre. Dejó el batido de lado y se
cruzó de brazos.
-Bien. -sonreí satisfecha. Mi plan estaba
funcionando.

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