Capitulo 9

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Capítulo 9
Al día siguiente tengo este problema; le
dije a mamá que era huérfana pero ella nipreguntó si siquiera traía ropa, ni que hacíaen el instituto. Todo raro pero bien. Ahorano sé qué decirle, es decir, todo es muyconfuso, supongo que ella está tratando de ignorarlo.Lo de la ropa puedo arreglarlo,soy huérfana ¿no? Bueno, por ahora sí. Ya
veré que hago.
Doy vueltas de un lado a otro, encerrada
en el bañoo, había olvidado el pequeño
detalle de que no estoy matriculada en el
instituto. ¿Cómo rondaré por allí? ¿Cómo
estaré en sus clases? ¿Cómo evitaré que
mamá le tire el experimento de ciencias
encima a Yuri si solo puedo verlas en el
almuerzo?.
-La pequeña Nicole no es tan inteligente
¿verdad? -La voz fuerte de Martina inundó la habitación. Di un respingo y volteéimpensadamente para verla sentada en un borde de la bañera.
-Por supuesto que no. Si no, en la vida mehubiera metido en este lio. ¡Maldito el gen Ojeda ! -Martina soltó una carcajada sin
abrir la boca- Que bueno que te parezca
gracioso, mi vida es una comedia, de esas
que tienen risa de fondo. -Me senté junto a
ella.
-Oh, bueno cariño, debes afrontarlo con
madurez. -Acarició mi espalda.
-Tengo quince añoss y soy hija de Yurielkys Ojeda. No me hagas reír. -Ella soltó otra
carcajada.
-Lo del instituto ya está arreglado. -Me dijo.
Sonreí aun con la cabeza abajo.
-¿Qué hay de la ropa? -No terminé de
mencionarlo cuando sentí tres golpes en la
puerta.
-Nicole, te traje algo de ropa; creo que
tenemos la misma talla, puede que te sirva,
si no mamá puede arreglarlo. -Le sonreí a Martina .
-Gracias Vale. -Me acerqué a la puerta y
tomé la ropa no sin antes dedicarle una
Sonrisa cálida a mamá.
-Todo arreglado. Auí está tu horario
-Me entregó un papel que ve tu a saber
de dónde lo sacó- Tus libros están en el
casillero que ahí indica. Y coincides en
todas las clases en las que tus madres están
juntas. Ah y por si preguntan; te escapaste
de tu familia adoptiva pero quieres un
buen futuro, por eso estudias. -Yo sonreí
satisfecha.
-Me lo has facilitado todo Martina, gracias,
eres la mejor.
-Sí, sí, claro que lo soy. No debería estar
haciendo esto pero me has convencido. Si
me sancionan el peso del yerro irá sobre ti.
-Sí. Vale, ya me encargo yo de darme golpes
de pecho. De igual manera gracias por todo Martina , eres la mejor arregladora de vidasde niñas cuyas madres se odian,del mundo
entero... o lo que tú seas.
-Claro, ahora cierra los ojos. -Le hice
caso y ni siquiera un Puff of cuando ella
desapareció. Procedí a vestirme.
La ropa me quedó, salí del baño y nos
encaminamos al instituto. Una vez allí no
podía esperar para la hora del almuerzo.
Via Yuri apoyada por los casilleros,
cerca del gimnasio. Me dio una sonrisa y
otra aun más encantadora a mamá.
Ojeda si que está rara. -Me susurró
mamá- antes ni me registraba y ahora se
la pasa sonriéndome, o es estúpida o se
cayó de cabeza cuando pequeña. -solté una risita.
-No la juzgues, solo quiere cambiar. -Le
dije. Llegamos a nuestros casileros, y por
suerte el mío estaba al lado del suyo.
-Yuri ha sido la mismo arrogante, cerda, sexista desde queestábamos en el jardín de niños. ¿Por qué
cambiar ahora? -Le sonreí. Ella había
sacado su libro de química, yo igual.
-Nunca es tarde para cambiar, y hasta
esa arrogante, cerda, sexista merece una
segunda oportunidad ¿No crees? -Ella ladeó
Su cabeza.
-Sí. Razón si tienes. ¿Pero tenía que
escogerme a mí? -Cerró el casillero.
Caminábamos a la clase de química.
-Tal vez tú le gustas. -Ella se echó a reír a
carcajadas.
-Sí claro. ¿Cómo podrá gustarle yo?
-¿Y por qué no? -Fruncí el ceño. Mamá
solía ser insegura, no solo ahora, si no, en
el presente-futuro también. Viste bonito, las
personas le coquetean, mujeres al igual que
hombres, pero es tan ingenua que no se lo
cree. Incluso oí mi madre coquetearle una
vez «Oh Valeria, te comería aquí mismo»
dijo Yuri y a ella solo se le ocurrió
«Quítate, tengo que darle comida al perro»
y yo, de seis años, escuchado desde la sala,
estampé mi mano contra mi frente una vez
más.
-Soy una nerd. -Se encogió de hombros.
-¿Y eso qué? -Repliqué. Ella iba a contestar
pero se quedó callada al oír a Sami gritar,
venía por el pasillo, dando saltos de alegría.
Bueno no saltos pero venía corriendo con
una sonrisa, casi como si hubiera ganado la
lotería.
-¡Mila! ¡Nicole! -Vociferó. Llegó a nuestro
lado- ¡0h Nicole! ¿Qué eres? ¿Una
hechicera? -Preguntó.
-¿Qué pasó?
-Justin, Justin pasó. ¡Lo besé! ¡Y me invitó a
ir a la fiesta de las PeterSon con él! -Dio
nos pequeños saltos-. Y todo gracias a
ti-Me zarandeó por los hombros-. Si no
me hubieras dicho que volteara él no me
habría besado. -Sonreí triunfante.
-Te lo dije.
-Vaya que sí. Tengo que irme, tengo clase
de historia con Justin y me pidió que nos
sentáramos juntos. -Suspiró con alegría,
mamá le sonrió y ella se despidió y
seguimos nuestro camino a la clase de
química.
¿Lo ves?
-No sé qué debería ver.
-Justin es amigo de Yuri. Y ahora sale
Sami. ¡Las nerds están arrasando! -Elevé mis
brazos al aire.
-Nicole. ¿Por qué insistes? Ni aunque le
cambiaras a Yuri el cerebro por el de
chica decente, a mí me interesaría
tener algo con ella.
-Jamás has tenido una conversación
concreta con ella. ¿Cómo sabes que tiene en
el cerebro?
-Yo lo supongo, ¿no lo has oido hablar con
sus amigos?
-Todos son así con sus amigos cerca, y con
algunas chicas o chicos, con la persona
indicada cambia. -Y yo estoy cien por
ciento segura de que eres tú mamá, y
seguiré insistiendo hasta que Yuri se de
cuenta de que eres tú y siempre has sido tú.

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