Los celos pueden llevarte a perder la razon...en este caso...los brazos.
Estos días de verano me matan, no quería venir a la escuela hoy, pero sólo vine por el...Perezosamente me levante en la mañana pero al verme al espejo, me dije a mi misma "Hoy le dirás lo que sientes"
Llegue a la escuela y hay vi a Giggles, mi mejor amiga. Me dirigí hacía donde estaba ella mientras esbozaba una sonrisa enorme en el rostro que nadie me podía quitar...pero, el simple hecho de pasarme por la cabeza que el me diga que el no corresponde a mis sentimientos...bueno, no debería pensar en eso.
-Buenos días Giggles- Dije muy animada, hoy tengo demasiadas ganas de sonreír.
-Buenos días Petunia, se te ve animada eh? Por que tan feliz?- Me preguntó mi querida amiga, con su tono alegre y tierno igual que siempre, mientras jugaba con un mechon de su rosada cabellera.
-Sabes Giggles? Hoy tengo ganas de sonreír, siento que nada podrá hacer que yo esté triste hoy- Dije muy confiada en mi misma. Empezamos a conversar con mucha facilidad y alegría, yo de vez en cuando, miraba de reojo la amplía puerta del salón de clases sólo para ver si el llega.
Depronto, vi esa cabellera naranja y esos ojos de color miel que tanto me encantaban. No puedo creer que ese chico tan simple pueda hacerme enloquecer, sin el yo no vivo, el es mi otra mitad. Llevamos 5 años de amistad, 3 de los 5 eh estado enamorada de el, Sip, mucho tiempo.
Llego la hora de irce a casa, como siempre, yo me iba a casa junto a Handy, está era la oportunidad mi oportunidad...
-Oye...Handy...necesito decirte algo...-
-Dime dime Petu-chan-
-Esto...esto...t-t-t-tú me..-
No pude terminar mi frase, ya que Handy me agarró por la cintura y me besó...estuve esperando ese beso por mucho tiempo...
-Tú también me gustas Petu-Chan-
Estuve esperando oir esas palabras por tanto tiempo...
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Los meses pasaron, Handy y yo somos novios pero el aveces es muy celoso en especial cuando estoy con mis amigos.
Hoy estaba triste ya que la graduación se acerca y...posiblemente no vea nunca más a mis amigos...
-Que pasa Petunia? Por que lloras?- Me preguntó preocupado Splendid, yo lo único que hice fue abrazarlo...no me di cuenta de que handy había entrado al salón.
Handy sólo nos miró con desprecio y se fue, yo fui corriendo detrás de el.
-Handy! Espera! Pu-puedo explicarlo!-
-Vete con el Petunia! Vete con él si eso es lo que quieres, el es mucho mejor que yo! -
-Handy yo no lo quiero a el, sólo nos abrazamos por que es mi amigo y después de la graduación no volveremos a vernos!-
-No te creo...Petunia se nota que tú ya no me amas...quieres saber una cosa? Yo tampoco te amo-
Salió corriendo con dirección a la calle y no se percató de que venía un auto a toda velocidad...
-¡HANDY!- Fue lo último que alcancé a gritar antes de que el auto lo golpeara...
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Semanas han pasado y él no despierta, yo no me eh movido de está sala de hospital, no me iré hasta que el despierte...por mi culpa perdió ambos brazos...todo esto es mi culpa...
Me quede dormida al lado de su cama en el incómoda silla de hospital...no desperté en varias horas hasta que escuchó que alguien me llama.
-Petunia...despierta...Petunia...-
-Ah?...Handy! Despertaste! -
-Si...perdóname..nunca debí haber dicho que no te amaba..ahora por culpa de mis celos estúpidos me quede sin brazos...ya no te merezco...-
-Por que dices que no me mereces?-
-mirame! No tengo brazos! Como te voy a abrazar ahora? Como vamos a caminar tomados de la mano ahora?-
-Eso importa, te amaré siempre...y te puedo asegurar que nunca te dejaré sólo, ahora yo te cuidaré-
-Enserio?-
-Y aún lo dudas?-
-Petunia...te amo...-
Cuando dijo eso yo me sonroje y tape mi cara con mis manos.
-Petu-chan...siempre te sonrojas...*ríe*no se por que pero cada vez que te digo algo bonito tú...-
Lo callé con un beso, se como iba a terminar esa frase...
-Te amo Handy- Dije cuando nos separamos, el me quedó viendo y se sonrojo.
-Ja! Ahora quien es el sonrojado!-
-N-no se vale...-
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Años han pasado, Handy y yo seguimos juntos y yo cumplí mi promesa, lo eh cuidado todos los días y aún sigo cuidandolo y asi será...hasta el fin de nuestros días...
