Pablo solo hay uno

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Todavía recuerdo todas las cosas que a vos te gustaban como las rosas, la ropa holgada, el atardecer, los chistes malos, las mandarinas y el té.

Luego de una semana, discutimos mucho con Anna, pues alguien le había dicho que me estaba acostando con Pablo, que era una obviedad para ella, solo esperaba que yo lo desmintiera, que le soy fiel y la amo pero no es así, siento que las llamas que habían entre ella y yo se habían apagado.

Visite a Pablo otra vez, estaba mejor, se veía mucho más energético y volvimos a nuestras sesiones de té—¿Te casaras al final?

—Tal vez no, tal vez si, por ahora soy un hombre soltero totalmente desvinculado con su pareja—Dije mientras revolvía el té.

Pablo se acercó a mi, colocando sus labios sobre los míos, besando de manera delicada mostrando esa delicadeza que le caracteriza—Es donde yo entro ¿verdad?

—Gavi, mereces algo mejor que yo, ¿y lo sabes?

—Yo te quiero a ti, no voy a rendirme—Besaba mi cuello sin soltarlo, se había empeñado en conquistarme, no hacía falta, tenía miedo corazón, mi cariño y mi apoyo en todo pero ¿que es lo que puedo ofrecer más que eso?
Soy un hombre adulto con sentimientos hacia un adolescente tardío, si bien no había ninguna ilegalidad, estábamos en etapas distintas, yo quiero casarme, quiero tener un hijo con mi pareja y pensar que haré luego de mi retiro del fútbol.

En cambio el recién empieza, busca aventuras por la noche y divertirse ¿él acaso sabrá lo que es tener una responsabilidad como pareja? ¿ser parte importante de la vida de una persona?

Yo solo moví mi cabeza intentando que esos pensamientos salieran de mi cabeza y no ser tan fatalista.

Él llevó sus manos hacia mí cara y con su bella sonrisa pudo tranquilizarme—Si algún día yo desapareciera o me iría ¿me esperarías?

No quería decir que era una pregunta estúpida por que lo era, pero yo solo asentí, sin dudarlo dos veces—Sabiendo que vuelves, te esperaría una vida ¿y tú?

—Yo no sabría si volverías, pero lo haría.

Beso su frente y lo abracé con fuerza, mientras él sólo se dejaba abrazar, acostados sobre la hamaca de su patio mientras vemos el atardecer, sin decir más palabras, no tenemos que hablar más, cuando todo está dicho

Él siempre volverá a mi, y yo siempre volveré a él.

The Crush ; lewaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora