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Abrió los ojos lentamente al sentir la luz del sol pegar en su rostro, miró a su alrededor y recordó que no se encontraba en su casa, si no en una lujosa habitación de un hotel que desconocía el nombre, algo adormilado tomó su teléfono para ver la hora, pero solo pudo ver un símbolo extraño de que la batería estaba muerta. Tardó un poco pero pudo ponerlo a cargar, al menos por un rato antes de irse de ahí.

Aún sentía sus ojos pesados y deseaba seguir durmiendo, pero la incomodidad de estar en un lugar ajeno no lo permitiría, sin darse cuenta se quedó mirando a la ventana enorme que estaba enfrente, la vista de la ciudad era impresionante, por curiosidad se acercó y salió hacia un pequeño balcón, quizo acercarse más a la barandilla pero un suave taradeo lo asustó

Era la misma melodía que había cantado para el rubio el día anterior, giró su rostro y lo vió ahí, aunque para su suerte el chico miraba hacia el otro lado, intento retroceder pero solo dió unos cuantos pasos atrás cuando supo que ya era tarde para huir

—¡Xiao!

Se giró de nuevo y trato de verse lo más sereno posible

—No quería molestarlo, lo siento...

—No me molestas, al contrario, me alegro de que sigas aquí, creí que anoche te habías ido

—¿R-recuerda algo de anoche?

—Uhm... No realmente, solo recuerdo haberme quedado dormido en el auto jeje ¿Sucedió algo?

—No, nada... Me disculpo pero tengo que ducharme para regresar pronto a casa

—¿Es normal ser tan formal con amigos?

—No... Pero trabajo para usted

—No estás trabajando ahora...

—Sr. Aether, enserio debo irme...

—Eso se escuchó peor, no soy tan viejo

—Sr. Aeth-

—¡No! Dilo sin el "señor" y dejaré que te vayas

—Puedo irme cuando quiera, no me está sujetando...

—Podria si saltó de aquí hasta allá

—Por supuesto que no lo haría, se arriesgaría a caer a más de 90 metros hasta el suelo

—Uhm... —Puso un pie por encima de la barandilla, Xiao estaba seguro que solo lo hacía para molestarlo así que no se preocupó

—Detengase...

Para provocarlo intento sentarse sobre aquel metal, a este punto a Xiao le preocupaba pero aún seguía seguro de que no lo haría

—¡¿Por qué diablos quieres saltar?! — Aquel grito de su hermana lo asustó y provocó que se tambaleara, pero afortunadamente se sujetó del muro de la ventana

—¡AETHER! —Gritó el pelinegro horrorizado, pensando que iba a caer, pero sintió un enorme alivio al ver que nada había pasado, el chico ni siquiera pudo alegrarse de que había conseguido lo que quería, pues estaba más asustado que emocionado

—¡Lumine! ¡Casi haces que salte enserio!

—¡Tu me asustaste pensando que ibas a saltar, idiota! ¡Eres...! Oh ¡Hola Xiao!

—Tus hormonas te hicieron olvidar que tienes un hermano

—Sigues con eso...

Xiao solo levantó la mano, aún sentía su pecho sacudido por lo de antes

—Señorita y... Aether... Me retiraré cuando estén lo suficientemente lejos de esa barandilla...

Los hermanos le hicieron caso y retrocedieron, por lo que el azabache pudo regresar a su habitación a tomar un baño y olvidarse de ese horrible susto que le provocaron, luego de salir, tomó su teléfono, pues aún desconocía que hora era y aunque vio que aún era temprano lo que más le llamo la atención es que llegaron notificaciones de más de 300 mensajes en el chat con sus amigos y el último había sido enviado a las 4 de la mañana

D̶u̶l̶c̶e̶s̶ Crueles Palabras... | Xiaother Donde viven las historias. Descúbrelo ahora