Demonios

Capitulo 10

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"Um... ¿a dónde vamos exactamente?" preguntó Sakura mientras observaba a su alrededor.

"¿Quieres comer, verdad? Tenemos que parar y recoger algunas cosas para la cena". Dijo Tazuna con indiferencia mientras caminaba por la carretera.

"No parece que haya mucho que "recoger" por aquí...". Comentó Zero Two.

En ese momento, los tres estaban atravesando la aldea de Tazuna. El sol empezaba a ocultarse en el horizonte, arrojando un resplandor anaranjado sobre la tierra. Tazuna había estado trabajando en su puente todo el día, mientras que las dos chicas de pelo rosa habían sido asignadas para vigilarlo. Kakashi estaba ocupado entrenando a Naruto y Sasuke, así que dependía de las kunoichi mantener al constructor del puente a salvo de cualquier daño.

Habían pasado cinco días desde su encuentro con Zabuza y su llegada a la Aldea de la Ola. Con la amenaza del Espadachín aún ahí fuera, Kakashi había sometido a sus alumnos a un entrenamiento de última hora para prepararse mejor para su próximo encuentro. En el caso de Naruto, hizo que el rubio se esforzara por partir una roca usando nada más que su chakra de viento. Naruto había sido capaz de lograr fácilmente tal tarea con un pequeño guijarro, pero un objeto de mayor masa resultó ser más difícil. En cuanto a Sasuke, Kakashi lo tenía trabajando en mejorar su destreza con su Sharingan. Así que hizo que Naruto invocara a un grupo de clones de sombras para que rodearan al Uchiha y lo bombardearan con kunai romos. Esto serviría para agudizar los reflejos del chico y, al mismo tiempo, aumentar su velocidad. Naruto estaba demasiado ansioso por ayudar a su compañero de equipo de pelo negro. Por último, estaba Sakura, que seguía trabajando con Zero Dos para mejorar su taijutsu. Kakashi lo había dispuesto de manera que trabajaran en rotaciones, con una pareja custodiando a Tazuna durante el día y mientras la otra entrenaba con Kakashi.

Tazuna condujo a las dos chicas a una pequeña choza donde ofreció un pequeño saludo al dueño. "Tomaré lo de siempre".

"Claro Tazuna-san. ¿Cómo van las cosas por casa?"

"Oh, ya sabes... lo mismo de siempre".

Mientras Tazuna charlaba con el hombre, Sakura miraba alrededor de la pequeña cabaña con expresión sombría. "¿Cómo puede alguien llamar tienda a esto...?". Los estantes estaban yermos, salvo por unas pocas verduras, que estaban demasiado secas y arrugadas para proporcionarle una comida adecuada. Sintió un ligero roce en el trasero y un escalofrío le recorrió la espalda. Sakura giró sobre sus talones y vio a un hombre que le echaba mano a la mochila que llevaba atada a la cintura. "¡Pervertido!"

"¡Espera, no!", el hombre levantó las manos para defenderse. "No es lo que tú...".

"¡Shannarō!"

Sakura clavó su puño en la cara del hombre y lo hizo tambalearse, haciendo que Zero Two soltara un silbido bajo. "Creo que recorrió unos buenos diez metros. Impresionante", comentó ante la exhibición de la humeante pinkette. Sintió un tirón en el arco y miró hacia abajo para ver a un niño pequeño. Tenía el pelo castaño enmarañado que le recordaba al de Naruto.

"¿Puedo... por favor?" preguntó tímidamente, haciendo un gesto hacia la caja de pocky que ella tenía en la mano.

"Vaya si eres preciosa", sonrió Zero Two. "No veo por qué no". Sacó un barquillo del pequeño recipiente y se lo dio al chico. Su cara se iluminó con una sonrisa, haciendo que la roseta reflejara su expresión.

"¡Muchas gracias señora!"

"Oh, por favor, me haces sentir vieja", dijo Zero Two mientras le revolvía el pelo. "Ahora vete", le indicó al chico. Le dedicó una última sonrisa antes de desaparecer por un callejón cercano.