IX

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T/n abrió los ojos tratando de adaptarse a la luz que entraba por la ventana. Movió las manos buscando a Aidan pero éste no estaba en la cama con ella. Debía haber salido hacía tiempo pues la cama estaba fría. Se estiró como un gato y salió para darse una ducha y lavarse los restos de la noche anterior. Eso hizo que sus labios crearan una sonrisa satisfecha. Por fin había logrado tener sexo con él. Se sentía tonta por sonreír de esa manera pero no le importaba, en esos momentos era la mujer más feliz del mundo.

Tras ducharse rápido y encontrar un sudadera y unos shorts, abrió la puerta de la habitación y bajó las escaleras. En el salón no estaba y tampoco en el jardín. Se fijó en que no tenía ninguna decoración navideña y le extrañó un poco pero siguió buscándolo. Entró en la cocina y se quedó quieta para que no la oyera. Estaba cocinando algo que olía realmente bien; se movía por la cocina como si fuera su segundo hogar. Los músculos se tensaban por el movimiento y estaba empezando a excitarse sólo de verlo. Llevaba los pantalones negros de la noche anterior y la camisa sin abotonar.

Aidan se dio la vuelta al sentir su presencia y dejó de respirar al verla. Sólo con una sudadera y unos shorts, era la viva imagen de una mujer más que complacida. Tenía el pelo húmedo y sus manos se agarraban al elástico de la sudadera como si quisiera mantenerlo en su sitio. Sus muslos se movían frotándose entre sí, seguramente tratando de calmar el dolor que tenía entre ellos.

Le sonrió y se acercó a ella para envolverla con sus brazos y poder aspirar su olor. Desde que la había dejado en la cama la echaba de menos. Le puso el mentón en su coronilla e inspiró profundamente.

-Hueles muy bien. -

-Me acabo de duchar. -

-Pero tu olor es diferente de los shampoos o jabones que tengo. ¿Ya estás excitada? -

-Es tu culpa... - Acusó. - Por ser increiblemente sexy. - La risa de Aidan la recorrió de la cabeza a los pies. Levantó la cabeza para mirarlo y capturó los labios de él en un beso que dominó de principio a fin. Aidan le dejó marcar el ritmo conteniéndose para no tomar el control y follarla en la encimera de la cocina.

-Tengo hambre... - Dijo con sus ojos más oscurecidos que de costumbre.

-Hay café, pan de plátano y puedo prepararte lo que quieras. -

-¿Como a ti? - Preguntó atrevida.

-Después tengo preparado algo especial. - Contestó él acariciandole con un dedo la mejilla. La llevó hasta una de las sillas y se volvió para poner los platos que había preparado para el desayuno. Había pan, fruta confitada que hizo que el calor subiera aún más, cereales y demás. Ella probó todo lo que le ponía deleitándose de paso con su cuerpo que lo tenía delante.

Muchas de las veces fue el propio Aidan quien le dio de comer con sus manos y ella podía en esas ocasiones chuparle los dedos y ver cómo los ojos de él se oscurecían por el deseo.

-Quiero pedirte disculpas. - T/n lo miró interrogativamente. - Por hacerlo sin protección. Me olvidé por completo. -

-Oh... - Tampoco ella se acordó y por la mañana, era tan feliz por cómo se sentía que no había caído en la cuenta. - No pasa nada, tomo anticonceptivos desde hace un tiempo. Mi médico dice que los necesito para regularme. -

-¿Y tú no? - Preguntó divertido.

-Soy demasiado nerviosa para que mi cuerpo no haga de las suyas por sí solo. Por cierto, ¿dónde está mi ropa? -

-En la lavadora. La puse hace un rato así que todavía no estará lista. - Contestó Aidan. - Y la verdad es que te prefiero tal y como estás. -

-Me gusta estar así de cómoda en casa. Es como siempre estoy. -

-¿Y húmeda? - Preguntó él ofreciéndole un dedo cubierto de mermelada de fresa.

Ella abrió la boca y se lo introdujo por completo mientras su lengua se encargaba de darle un pequeño masaje.

Cuando lo soltó después de unos minutos se relamió.

-Eso sólo lo consigues tú... -

-Creo que deberías llamar a Sarah... - Dijo él.

-¿Por qué?

-Porque no pienso devolverte hoy. - Respondió inclinándose sobre ella y besándola.

Tras una sesión doble de besos sin ir más allá ninguno de los dos terminaron de desayunar y t/n ayudó a Aidan a limpiar la cocina. La llevó hasta el salón y ambos se sentaron en el sofá, ella recostada sobre él, para ver una película navideña.

-¿Por qué no tienes decorada tu casa? -

-No me gusta decorarla sólo para mí. En Navidad siempre suelo ir a casa de alguna de mis hermanas y siempre estoy de casa en casa así que sólo paro aquí para dormir. -

-¿Entonces tenías hoy otros planes? - Preguntó incómoda por haberle hecho cambiar de planes.

-Ninguno tan placentero como éste. - Respondió apretándola junto a él. - Créeme, cambiaría todo por estar aquí. -

El estar tan juntos no era algo muy divertido...t/n comenzó a sentirse cada vez más inquieta y sus piernas no dejaban de moverse. Mientras, Aidan movió su mano por detrás de la espalda de ella hasta llegar a su trasero. Le apretó una de las nalgas haciendo que ella soltara un gemido y se dirigió hacia su agujero donde empezó a masajearlo por encima de la sudadera.

La película seguía avanzando pero ninguno de los dos le prestaba atención, Aidan ocupado con el trasero de t/n y ella acariciando con su mano la entrepierna y el miembro de él que iba poniéndose más duro por momentos.

Cuando Aidan empujó uno de sus dedos sobre el agujero del trasero de se quedó sorprendido.

-¿No llevas ropa interior? -

-No sabía dónde la guardabas... - Replicó ella jadeando por esa intrusión, aún cuando había sido mínima y con la sudadera entre ellos.

Aidan retiró su tacto y le sacó la sudadera y luego los shorts, dejándola desnuda. Volvió a apretarle la nalga y apartó la mano.

-Ve arriba, t/n. -

-Aún estoy viendo la película. - Protestó ella haciendo un mohín aunque éste era más bien fingido.

-Merecerá la pena. Y ahora ve. - Repitió haciendo que se levantara.

La siguió con la mirada mientras ella subía las escaleras ofreciéndole un espectáculo de su trasero y fue hasta la cocina con rapidez.

Tomó un cuenco y vació el contenido de una cubetera en ella. Lo agarró y subió con él arriba donde t/n lo esperaba tumbada en la cama moviéndose como una gatita en celo.

𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐠𝐚𝐥𝐨 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora