XV

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T/n estaba atenta al camino que tomaba Aidan cada vez que giraba por alguna calle fijándose bien en las tiendas o en partes que podía identificar después.

-¿Qué miras con tanta intensidad? -

-El camino a casa. No quiero que te me vuelvas a escapar. - Aidan se echó a reír y quitó una mano del volante para atraer a t/n contra su hombro.

-Cariño, no voy a dejar que salgas de casa en días. No te va a hacer falta aprenderte el camino. Siempre estaré donde tú estés. - Ella se apartó de él tratando de calmar su propio corazón y el calor que tenía en el cuerpo. Apretó las piernas con fuerza y pegó la frente al cristal de su ventana para enfriarse. Si seguía así no llegarían a casa.

Quince minutos después, Aidan aparcaba el auto en el garaje de su casa y daba la vuelta para ayudar a bajar a t/n.

La tomó esta vez en brazos a pesar de las protestas de ella, calladas con un beso largo y profundo que la dejó sin oxígeno para replicar. Subió con ella las escaleras y la depositó en el suelo de su habitación.

-Te he echado de menos. - Le susurró al oído.

-Y yo a ti. -

T/n fue hacia la cama pero Aidan le tomó la muñeca y la detuvo. Una sonrisa llena de deseo y diversión junto a sus ojos lujuriosos eran lo que más llamaba la atención. Tiró de ella y la empujó con suavidad hacia la pared de cara a ella inclinándola e inmovilizándole las manos por encima de la cabeza con una de sus manos mientras que su pierna le insitaba a abrir las piernas más. Titubeó al notar el vendaje de su mano.

-¿Te duele? -

-No, ya no. -

-Sarah me dijo que fuiste tú quien le rompió la nariz a Jake. -

-Sí... -

Aidan le apartó el pelo de la nuca y la besó provocando que temblara.

-¿Sabes lo condenadamente sexy que estás con ese vestido? -

-Quería estar guapa. -

-¿Para quién? No sabías que yo iba a ir. -

-¿Y quién te dice que te esperaba a ti? - Lanzó ella riéndose.

-Creo que te mereces un buen castigo por eso. -

-¿Eso crees? -

-Oh, sí...eso creo. - Contestó entre risas.

Le acarició el muslo con la mano y fue subiéndole el vestido lentamente por su pierna. Avanzó hacia delante buscando esa zona de unión que estaba seguro palpitaba por su toque.

Las bragas estaban empezando a humedecerse y pasó uno de sus dedos por su punto más sensible sin llegar a presionar más, sólo provocando. T/n se removió por esa tortura tratando de empujarse contra el dedo de Aidan.

-Tranquila...todo a su debido tiempo. - Se mordió el labio tratando de ser paciente. Lo quería dentro ya, no esperar a que él disfrutara de su cuerpo. Como si la hubiera escuchado, Aidan acercó su cuerpo al de ella y pudo sentir su miembro ya duro presionando contra el trasero. Se frotó sobre ella produciendo gemidos tanto de uno como del otro.

Tomó la cremallera del vestido con la boca y comenzó a bajarla lentamente dejando al descubierto el cuerpo de ella. Después se ayudó con la cabeza para ir apartando el vestido besándola, lamiéndola y mordiéndola en todas partes.

-Ai...profesor...por favor, te quiero dentro.... -

-¿Qué es lo que quieres dentro? - Preguntó sin dejar de besarle la espalda provocándole más fuego. - Si no me dices lo que quieres no sabré qué meter. - Apartó con los dedos las bragas y le introdujo dos dedos en su vagina. Ella se puso de puntitas al notar la entrada de los mismos y se relajó mientras hacían maravillas dentro. Pero no era lo que quería. - ¿Quieres esto dentro? - T/n negó con la cabeza.

-Quiero tu polla. Quiero correrme con tu polla dentro y sentir cómo te estrujo cuando eyacules. - Aidan se rió en su oído por tal petición. Sacó los dedos de su interior, que estaban llevándola cerca del límite y soltó las manos aprisionadas para tomar el vestido y sacárselo por la cabeza. T/n mantuvo las manos pegadas a la pared mientras él se deshacía del sujetador y le rasgaba las bragas.

-Te compraré toda la tienda de Victoria's Secret si quieres, pero déjame romperte las bragas. - Le dijo cuando ella gruñó al sonido de rotura. - Ahora no te muevas de ahí. - El calor de su espalda desapareció de pronto y se sintió expuesta ante él. Lo escuchaba quitándose la ropa pero no sabía si podía mirar o no. Sintió a la vez sus manos sujetándola con fuerza por la cintura y su polla erecta empujando en la entrada de la vagina. Lo oyó gritar antes de que ella también gritara. - ¡Córrete preciosa! - Los brazos de ella abandonaron la pared para sostenerse a la nuca de él. Apoyada en su torso, Aidan le tomó una pierna y se la alzó para profundizar más su polla dentro de ella. La embistió con dureza golpeándole con sus testículos una y otra vez. Sujetada como estaba era incapaz de controlar cuánto se introducía en su cuerpo y el dolor y el placer se mezclaron por igual. - Nunca me voy a cansar de ti...mi vida. -

-Más...más... profesor, más... - Suplicó ella. Aidan aumentó el ritmo y el empuje de sus embestidas.

-Podría acostumbrarme a estar siempre dentro tuyo. ¿Te gusta t/n? -

-¡Sí, sí! ¡Profesor! -

-Córrete otra vez. - Siseó. Ella lo hizo. Apretó su feminidad y con él, el miembro de Aidan, que gimió de gozo mientras volvía a sacarla y a meterla hasta que también explotó llenándola por completo. - Te amo. - Le susurró Aidan.

-Y yo te amo a ti. -

El castaño sacó su miembro de ella y le dio la vuelta para besarla. No la soltó en ningún momento consciente de que sus piernas no la sostendrían.

-¿Sabes? Aún no he jugado con mis niñas... - Le dijo acariciándole uno de los pechos y mirándola con hambre de lobo. -

-¿Y a qué esperas? - Incitó ella.

[...]

Aidan abrió los ojos recordando todos los preciosos momentos que había pasado la noche anterior con t/n.

Era muy sensible allá donde la tocara y muchos de los juegos de esa noche le proporcionaron un placer mayor del que esperaba. Se habían corrido varias veces y acabaron derrumbados en la cama agotados por la sesión de sexo. Parecía como si estuvieran poniéndose al día tras más de un mes separados. Merecía la pena haber dormido solo unas horas y que le doliera ahora todo el cuerpo. Y a pesar de eso ya quería volver a estar dentro de ella otra vez.

Notaba su miembro palpitar volviendo a la vida igual que su dueño y suspiró esperando que t/n anduviera cerca.

Movió un brazo y lo notó extraño. Era como si no le respondiera. Probó con el otro y lo mismo. Miró hacia arriba y se encontró atado a la cabecera de su cama. ¿Cuándo había pasado eso?

-¿Qué demonios...? -

-Vaya...ya has despertado. - Alzó la cabeza para ver a t/n en la puerta de su habitación con el bote de mermelada en la mano. Llevaba una bata negra de seda y tenía el pelo mojado. Se mordía el dedo índice con los dientes y su gesto travieso no aseguraba nada bueno. - Creo que ahora me toca a mí castigarte... -

𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐠𝐚𝐥𝐨 [ᴀᴅᴀᴘᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ] (𝓐.𝓖.) [✔︎]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora