ℙ𝕖𝕢𝕦ɳ̃σ V̴ɑɢɑ𝘣𝗎𝖓𝒅𝐨╎ᴹɪɴˢᵁᴺᴳ╎「ADAPTACION」

Final

Recibía los aplausos del público mientras él hacía una reverencia como agradecimiento en ese enorme escenario, volvió a reincorporarse cuando el telón se cerró.

Jisung se había convertido en un gran bailarín, era reconocido en todo Asia por sus suaves y elegantes movimientos. Su carrera empezó a penas había terminado la universidad, su padre lo acompañó a cada audición, su gran esmero y pasión dieron frutos dándole la gran oportunidad de poder cumplir su sueño desde que era pequeño.
También era profesor en una de las academias más prestigiosas y caras de Busan.

En uno de los teatros en dónde trabajaba era muy popular por adaptar las historias o cuentos convirtiéndolas en una escenografía hermosa llena de bailarines.

Está vez habían elegido un cuento en particular, tenía por nombre "Pequeño Vagabundo" Jisung no pudo evitar pensar que era extraño. Al momento de leerlo no pudo evitar sentirse demasiado identificado y al leer el nombre del autor decidió que quería encontrarlo. Trató de usar los medios más comunes hasta los más complicados para encontrase con él.

Cuando por fin logró llegar a él, organizaron para encontrarse fuera del teatro, por eso era que Jisung estaba muy ansioso por salir e ir rápidamente hacia su vehículo.

Llegó a una cafetería que estaba en una pequeña zona alejada de la ciudad, abrió la puerta con nerviosismo y ahí fue cuando lo vió a él, tenía el cabello negro, su piel seguía siendo pálida y mantenía era mirada fría.

Una sonrisa se formó en sus labios y hasta un leve sonrojo en sus, ahora, delgadas mejillas, ya había dejado de ser gorditas desde hace ya mucho tiempo, en cambio él, se veía más rellenito desde la última vez que lo vió pero no quitaba que sea bastante atractivo.

Se acercó y el contrario se había dado cuenta de su presencia así que se levantó de su lugar para mirarlo directamente a los ojos. Los años pasaron pero todavía seguía teniendo esa dulce y tierna mirada de niño.

—Hola Minho Hyung—saludó primero.

—Hola Jisung —le sonrió.

Minho por su parte había hecho una vida en Daegu junto a sus padres adoptivos quienes a demás de darle su apellido, le dieron amor y cariño.

Con el tiempo él descubrió que le encantaba escribir historias así que decidió arriesgarse la publicar su primer libro independiente cuando a penas estaba terminado la universidad. Fue contactado por una editorial pequeña pero que a poco fue creciendo por las maravillosas obras que escribía Minho.

Sus cuentos a pesar de ser para infantes, tenían una enorme venta, no sólo eran niños quienes los pedían, sino que también eran aclamados por personas más adultas.

Sus cuentos llegaban a atrapar a la gente en cierta forma, tomando los temas más horribles y repugnantes para explicarlos de una forma infantil así los niños podrían comprender.

Un día tenía una fecha límite para escribir una nueva obra pero no tenía inspiración, se había sentado en ese escritorio por horas mirando en techo y nada venía a su mente, hasta que dr la nada recordó a cierto niño regordete que hizo que su verano fuera maravilloso.
Empezó a escribir hasta que sus dedos no podían más y a penas lo terminó, envío rápidamente esa historia a la editorial.

Fue muy bien recibida por todo el público en general, era una pena que terminara con los dos niños separándose y no volviéndose a ver nunca.
La gente comenzó a aclamar una segunda parte pero para eso debía encontrase con alguien y ahora estaba listo para continuar con la segunda parte de su historia.

—Todavía tienes el anillo—dijo mirando que el mayor había sacado esa argolla de plástico algo desgastado y con la piedra de utilería opaca.

—Claro que sí—jugó un poco con ella—¿Y tú?

Jisung sacó de su bolsillo la misma pieza solo que un poco más cuidada.

—Sí, todavía la tengo—rió avergonzado.

—¿Sabes que te puedo demandar por contar nuestra historia sin permiso no?—dijo en forma de broma.

—Sólo se me ocurrió esa forma para poder encontrarte, lo siento—rió.

Esta vez se asegurarían que la historia termine bien.

FIN♡