6. Hifefilia

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Los pasos de Castiel se oían por todo el pasillo en el cual estaba caminando, estaba dirigiéndose hacia la habitación en la cual Dean despertaría. Su rostro dejó de el dispositivo de su muñeca cuando la propaganda programada empezó a reproducirse en las paredes del recinto.

«Hace siglos, la humanidad logró transferir la consciencia a un cuerpo nuevo por lo que la muerte es un mero inconveniente.

Desde entonces, hemos provisto de fundas humanas de calidad sin par a la clientela más exigente.

PSYCH∆ SEC.

VIVE PARA SIEMPRE EN EL CUERPO QUE MERECE.»

Casi rodó los ojos, Castiel estaba cansado de oír la misma grabación desde hace 4.5 meses. Su anterior comercial fue más tolerable en lugar de este.

Sin embargo, no escuchó más al llegar a la recámara 1809. Liberó la puerta tras acceder sus códigos de acceso, se adentró en el momento exacto en el cual Dean inspiró aire a su nuevos pulmones y luego tropezó fuera de su cubículo, como un recién nacido que salía del vientre de su madre, lo cual era irónico porque su progenitora había muerto realmente en las guerras interestelares cuando su pila cortical fue destruida.

-¡¿En qué estabas pensando, Dean?!

-Mierda. No te esperaba aquí -soltó Dean- Nunca estás aquí cuando despierto.

-Porque las otras veces no involucraron a agentes federales. Entonces, respóndeme.

-Está bien, te lo diré -hizo una pausa aún intentando salir del aturdimiento- pero primero necesito ropa.

-No.

Dean hizo un gruñido. Tomó aire antes de agarrarse la cabeza justo en la parte por donde el disrruptor le voló los sesos. Si no fuera porque Castiel es un Mat y que prácticamente se encaprichó de Dean hace muchísimos décadas, no estaría aquí vivo.

-Los malditos estaban violando a un niño, Cas. Simplemente no pude quedarme quieto -escupió con amargura- solo que no esperé que ellos tuvieran ese tipo de armas y fueran federales. Me tomó por sorpresa.

-Debes dejar de salvar a todo el mundo. No eres el hombre justo, Dean.

El rostro de Dean se ensombrece tras escuchar a Castiel, no lo culpa, hace mucho tiempo dejó su moral por los suelos. Después de todo esa es la razón por la que está manteniendo a Dean. Sin el hermoso hombre a su lado nunca hubiera conocido la dicha que trae los más tórridas pasiones. Gracias a Dean descubrió que él podía excitarse al poseer un objeto ajeno, particularmente de los cabellos de Dean, podía venirse en sus pantalones cada vez que pensaba en ellos aunque tuvo que desistir de sus filia tras varios años cuando le trajo serios problemas, la suprimió en el momento que Dean aceptó quedarse a su lado y seguir viviendo indefinidamente.

-Vete a la mierda, Castiel.

Castiel suspiró dándose la vuelta hacia los compartimentos que guardaban la ropa estándar. Agarró un conjunto y se los lanzó a Dean que las tomó para vestirse con rapidez, asumía que el sitio le traía frío. Castiel podía mejorar el cuerpo de Dean pero él se rehusaba a ser menos humano.

-Si no más a tomar en serio mis palabras... ¿al menos puedes hacerme un favor, Dean?

-¿Qué? -vocifera al abotonar su pantalón.

-Accede a que te implanten conocimiento táctico militar. No necesito que te involucres con los federales otra vez. Ellos no te van a liberar la próxima vez bajo una cuantiosa cantidad de dinero.

Los dientes de Dean muerden su labio inferior, Castiel sabía que era una decisión que iba contra sus principios.

-¿Sabes qué le pasó al niño? -preguntó Dean desviando el tema. Castiel arrugó las cejas por la pregunta.

-Lo mataron -Los puños de Dean se apretaron tan dolorosamente que Castiel se preguntó si las uñas de Dean podrían traspasar la piel del nuevo recipiente- Sin embargo, su pila cortical está a salvo conmigo.

Los ojos de Dean se abrieron con sorpresa. -¿Por qué? -Le preguntó. Castiel tampoco lo sabía, era solo que al haber visto el registro del niño y le había recordado un poco cuando aún era un inocente infante que aún vivía bajo la falda de su padre pero no le diría eso a Dean.

-Era lógico. Si lo mantenía conmigo aumentaría la posibilidad de que tu aceptar mi favor.

-Eres un bastardo -mencionó Dean avanzando hacia Castiel- ¿Lo sabías?

-Sí. Lo sé. Me lo dijiste por primera vez hace doscientos años tras follar hasta el olvido -recordó Castiel.

-Demonios... ¿Aún lo recuerdas? Realmente fue un buen follón de San Valentín.

-Lo fue.

La sonrisa de Dean hizo que sus ojos se arrugaran, luego procedió a devorar la boca de Castiel con un fervor que no cambió en muchísimos años. Castiel nunca se cansaría de sus labios, de su lengua, del sabor de ellos, de hecho nunca dejaría de adorar el cuerpo de Dean.

-Supongo que su cuerpo se perdió para siempre, ¿no?

-Sí, Dean. Hay uno nuevo para él una vez que salgamos de aquí, una de las mejores fundas de PSYCH∆ SEC.

-¿Cuál es su nombre?

-Jack Kline.

I'd give you my heart Donde viven las historias. Descúbrelo ahora