Al salir del turno de biología de la Sra. Rodríguez, me despido de una muy enojada pero a la vez feliz Marcia y voy a la oficina de la Sra. Norris. Ya me había escrito para que fuese a ayudarla y así no tener otra escapatoria que irme con ella.
Es muy perspicaz.— ¡Oh ya estás aquí! –dice detrás de una pila de libros que sujeta entre sus brazos
—Pero bueno, ¿Qué pasó aquí?
Me río por lo bajo y me aparto.—No te rías querida. –me da un toque en el hombro cuando los deja en una caja. —Sabes que todos los meses cambio la estantería. Y pues ya casi estamos a fin de mes y todo estaba como el mes pasado. –se pone la mano en la frente. Es todo un drama. —Y ahora tenemos que llevarnos todas estas cajas.
*****
¿Quién me habrá mandado? Tenía que haberla esperado en el coche como me dijo. Pero de buena gente aquí estoy, muriéndome en la mitad del camino y solo he llevado una caja.
—Pero vamos a ver, ¿Que tienen estás cajas? –me siento en ella y dejo ir mi más pesado suspiro. Mónica, la Sra. Norris ríe y yo no tengo ni fuerzas para eso.
—Son solo libros hermosa. –me pasa por el lado con una caja en brazos.
—Sí pero.. –me falta el aire —aquí dice Grecia Antigua. –señalo las letras escritas con marcador negro.
—Exacto mi niña, ahí están todos los libros que te hice leer para aquel cuestionario ¿Te acuerdas?
Y como olvidarlo, fue una de mis locas ayudas hacia la Sra. Norris.
—Ahora no sé si es que pesan de verdad o son todos los conocimientos que contienen.
—No seas boba –se ríe —Anda, ya esa es la última.
Declarado, me hace falta ir más a los turnos de deporte. Tengo que hacer más ejercicios y dejar de comer tanto. Mis carnes están débiles.
Nos subimos al Land Rover Discovery y yo me dejo caer en el asiento del copiloto.
No siento mis brazos.Hablamos por todo el camino como cotorras de todo menos de estudios, gracias a Dios Mónica no emplea su oficio fuera del Instituto. Hasta que prendemos la radio y se escucha Animals de Maroon 5, se nos escapa un pequeño grito y desde ahí la pasamos tarareando sus canciones.
*******
Al llegar a la cochera de la casa bajamos las cajas y nos llevamos las menos pesadas. Entramos por la puerta trasera y yo sola voy hacia la sala, ya me sé la casa así que no necesito guía.
Mónica tiene muy buen estatus, su marido es CEO de una de las mejores empresas del estado y su hijo es ingeniero.
¡Todo un familión!Las paredes del pasillo central me reciben con sus cuadros a lo DaVinci. Merion corre hacia su cómoda camita cerca de la cocina y se hace un ovillo.
—Las dejaré aquí Mónica. –digo poniendo la pequeña caja en el suelo del comedor.
—Si querida, déjalas ahí mismo.
Cuando ya iba a buscar las otras me detiene por el brazo.
—No mi niña, las otras las buscará mi hijo. –dice y se va hacia el fregadero a lavarse las manos.
—¿Pero de qué hijo habla? Si por el camino venía diciéndome que Alejo no vendrá a casa hoy.
Se carcajea y niega con la cabeza.—Ese no, el menor. –se pone un delantal, se recoge el pelo y comienza a preparar la cena.
—¿Tiene otro hijo? –digo asombrada —No lo sabía.
—Pues sí–se saca los tacones rojos —se pasó la mayor parte de su niñez y adolescencia en el extranjero con su abuelo. Por eso no te comentaba de él.
—A pues. ¡Qué maravilla!
—Por cierto, Alejo te manda besos. Ustedes dos se llevan muy bien. Él te quiere mucho. Tenías que haber escuchado su voz cuando le dije que te quedabas en casa hoy. –dice mientras busca en los estantes.
—Si, creo que nos caímos bien desde la primera vez que nos vimos. –río al recordar esa incómoda situación en la que yo caminaba sonámbula por los pasillos buscando mi cuarto y entré a su habitación. Según él lo aparté de la cama y me acosté en ella como estrella de mar.
Qué vergüenza...—Ven a curarte hermosa. –dice dejando la cena y con el botiquín de primeros auxilios en mano.
Después de media hora sacando pedasitos de vidrio que se me habían quedado, de limpiarlo y desinfectarlo, me quedo rendida en el mismo sillón. Fueron muchos minutos de esfuerzo así que toda mi reserva de energía la gasté.
Al despertar, huelo un rico aroma a lazaña y la tripa me ruje como loca. Me pongo la mano sobre ella tratando de contenerla.
Mónica me descubre y sonríe.—Tranquila, que no te de pena, mi hijo menor también le sucede lo mismo. Son tan parecidos. Muero de ganas por que se conozcan. –dice con alegría.
—Solo esperemos, estoy curiosa por ese hijo perdido. ¿Cómo se llama? –digo sentándome en una de las sillas de la meseta mientras coloco una cereza en mi boca.
—Mnnn…. No te lo diré, espera a que él llegue. Ya está en camino. –mete el pollo al horno. —Mejor te bañas. ¿Si?.
—A sus órdenes. –imito un saludo militar.
Subo las escaleras y me voy directo para el baño. El agua tibia recorre mi cuerpo como si fuese por canales, lavo mi cabello y restriego mi espalda. Hace semanas no tomo una ducha tan refrescante.
Mientras seco mi desnuda piel, me fijo que Mónica puso ropa en el tendedero.
Escucho su voz desde fuera del cuarto de ducha.— ¡Querida! Tendrás que ponerte esa ropa porque las tuyas están sucias.
—Tranquila creo que me quedan.
—Sí, espero que sí. Son de mi hijo menor, el es delgado, lo que quizás te queden un poco largas. –dicho esto escucho como se marcha.
Y efectivamente, la camisa con las iniciales de la banda de rock Falling In Reverse me queda por mitad de muslos así que empleo la mejor técnica, con un pequeño nudo. El short por otra parte me queda por debajo de las rodillas pero así me siento bien. Me recojo las trenzas con el lazo que había en mi mochila y ya todo está listo. Estoy cómoda con esta ropa y eso es lo importante.
Bajo en unas sandalias que deduzco que sean del chico, porque tienen porte varonil.
Pero no me importa, estoy limpia y cómoda.*****
Ya delante de la tele, se escucha un auto rugiendo en la cochera.
— ¡OH!– Mónica con un gesto gracioso se pone la mano en la boca — ¡Ya llegó!
Corre hacia la puerta y yo detrás de ella, aunque me quedo a pocos metros. No puedo esperar a ver quién es el hijo encubierto de la Sra. Norris.
Mónica abre la puerta y un elegante chico de gafas oscuras, de cazadora deportiva y jeans claros aparece en el umbral de la puerta.— ¡Hola hijo! –Mónica se avalanza a sus brazos.
— Buenas noches madre.
Le sonríe a su pequeña madre y se adentra a la casa envolviéndola en un abrazo y a pocos pasos de mí se detiene.
— Buenas noches Eana.Al quitar las gafas de su rostro, el corazón se me detiene, el aliento por unos segundos se me va. Se masajea el cabello claro y me extiende la mano.
—¿No me saludarás?
Y hasta aquí llego señores. Ya valí.
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Nota Notilla!!!
Buenas buenas. ¿Qué creen de esta sorpresa? Como dice Eana, <<El mundo es un papel>>
Upps eso no hiba ahí. Pero no importa. Ya van conociendo a la pequeña.
Espero que hayan disfrutado de la lectura. Un besho bien rikis.
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Profano
Science Fiction🏹 Él es así. Destinado a vivir en este mundo. Un mundo de débiles, citando sus palabras.🕯️ Si quieres leer sobre una mitología modernizada. De dos corazones salvajes. Cerebros que se van de fiesta y pocas veces están en equilibrio. De una histori...