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Quiero enseñarte los conceptos básicos de primeros auxilios. Ven a mi habitación lo antes posible.
Eso es todo.
No hay, ¿quieres venir a mi habitación? o Aprender primeros auxilios te ayudaría, ¿qué opinas? Dan Heng va tan al grano como la primera vez que lo conociste, y aunque tratas de fingir que te pone de los nervios, resoplando tus quejas a March y enviándole un mensaje de texto con una K molesta, aún te encuentras arrastrando los pies a su tranquila habitación en el Astral Express en el momento en que su teléfono le hizo un ping con la notificación.
Estás pensando en silencio mientras te diriges hacia allí, recorriendo el pasillo lo más lento que puedas para darte unos segundos más, o posiblemente para hacer que Dan Heng espere más, o tal vez ambas cosas.
Sin embargo, a pesar de lo mucho que reflexionas, aunque lo conoces lo suficiente como para empezar a entenderlo, no puedes decidir si es tan directo porque es así con todo el mundo, o si es porque sabe que siempre lo escucharás.
Al entrar, su cuarto se ve igual que siempre: libros esparcidos y dejados abiertos en páginas importantes, circuitos brillantes que revisten todas las paredes, su cama sin hacer, la almohada torcida, la manta enrollada en una esquina. Cuando entras y deslizas la puerta para cerrarla detrás de ti, él no se molesta en levantar la vista desde donde está sentado con las piernas cruzadas y encorvado sobre una pantalla de datos, simplemente golpea el suelo a su lado con la palma de la mano y ladea la cabeza para indicarte que te sientes.
"Casi consigues que te maten en nuestro viaje a Belobog. Varias veces." Dan Heng explica, en tono severo y decidido, no exactamente grosero, simplemente práctico. Tus rodillas golpean las suyas una vez que te has acomodado a su lado. Tu corazón tartamudea un poco por la proximidad, pero a él no parece importarle. Mientras habla, sus ojos no dejan de escanear la pantalla.
"Llegaremos al Luofu pronto y no iré contigo. Mi mayor preocupación es que no sepas qué hacer en caso de emergencia." Se vuelve hacia ti finalmente, su mirada aguda y seria se encuentra con la tuya. "Yo no estoy entusiasmado con esto, pero me sentiría mejor si me dejaras guiarte a través de algunos ejercicios."
"Estaré bien. No te preocupes por mí. Sé lo suficiente. Creo."
Dan Heng le devuelve la mirada con los ojos entrecerrados y los brazos cruzados sobre el pecho, sin estar convencido.
En un momento, se pone de pie, camina hacia el escritorio y hurga en su contenido, mientras ignora por completo tu última declaración: "Te prestaré un botiquín de primeros auxilios. Si comenzamos ahora, debería tener tiempo suficiente para enseñarte todo lo que necesitas saber, sobre todo todo. Lo digo en serio, así que, por favor intenta prestar atención. Por tu propio bien."
