I

1K 62 29
                                    


Era una pradera verdaderamente brillante, reluciendo los colores vivos de la primavera, las propias flores y el vivo césped de la isla. Aquella tan callada, únicamente se escuchaban las hojas de los arboles que interrumpían el extenso pasto y a las aves descansar sobre sus ramas. Pero aquella tranquilidad fue interrumpida cuando un sonido blanco a una velocidad realmente asombrosa, como un rayo de color azul cruzaba por aquella pradera a grandes velocidades.

El, un erizo de púas azules, ojos de esmeralda, de icónicos guantes blancos y un mantel marron atado a su cuello, corría a grandes velocidades con una sonrisa de oreja, motivado por los primeros rayos de la mañana ¿La razón? Eggman estaba atormentando a los habitantes del pueblo después de mucho tiempo, realmente quería estirar las piernas y patear a unos cuantos badniks después de tanto tiempo para después comer un grandioso chilidog para desayunar.

No le tomo mucho llegar, con su sorprendente velocidad. Deslizo un poco por la tierra antes de llegar a la entrada de aquel pequeño pueblo en donde veía el terror correr por las personas siendo perseguidos por escarabajos gigantes de metal o avispones enteros de robots a su alrededor. Aspiro el aire algo entusiasmado, antes de cual erizo convertirse en una pelota y saltar por encima de los  robot hasta hacerlos caer y avanzando hasta donde provenía el caos. Mismo lugar donde sus amigos combatían contra el malvado doctor Eggman.

[...]

Las tenian de perder sin Sonic, aunque no les gustará admitir, ellos cuatro eran muy pocos para las decenas de máquinas que el gran robot repartía, mismo donde estaba Eggman, viéndolos con una siniestra sonrisa.

Amy tenia las manos ocupadas con tantos escarabajos rojos, Knuckles pronto se agotaría después de pelear mano a mano y el y Rouge tenian demasiados problemas con las avispas que querían ir al pueblo sobre el cielo. Estaba planeando un plan para poder salirse con las suyas pero, Eggman realmente no estuvo perdiendo el tiempo en sus vacaciones de apenas casi medio año. No tenia un plan, ya habia utilizado sus Ases bajo la manga pero ni eso los habia retenido, ni siquiera una onda de partículas subatómicas lo suficiente poderosa para freír sus circuitos desde adentro los habia detenido, y su amigo Sonic comenzaba a tardarse mientras el veía todo angustiado sobre su avión amarillo, como las bestias se hacían paso mientras rodeaban a sus compañeros lentamente.

—Hey zorrito ¿Cuanto más va a tardar tu amigo azul?, no es por admitir pero si no lo habías notado, comenzamos a tener problemas.—Dijo con su voz gélida e incluso manteniéndose tranquila ante la situación, sentada sobre el ala izquierda del avión, se veía algo cansada mientras las espesas gotas de sudor bajaban por su frente, ella tambien se habia cansado de volar mientras combatían a tantas hordas de robots de Eggman mientras que con la misma agotada mirada veía como más de estos robots se acercaban a ellos.

—No lo sé.—Contesto sincero, con lo cual  la mujer se limito a suspirar en derrota antes de alzarse al vuelo.

—En cuanto tengas noticias de el, dile que ataque directamente al doctor Robotnik, podríamos durar toda la mañana si intentamos acabar con todos los robots.—Explico de manera rápida antes de alzarse a la batalla. Tails coincidió con ella, incluso con Sonic, eran demasiados robots los que aún estaban sin aún saber cuál era el límite que podría haber en tan grande robot, quien se mantenía inmóvil en pleno campo junto a Eggman. No podía crearle nada más que una sospecha de que tramaba algo grande, tanto que esperaría la presencia de Sonic para mostrarlo.

—¡Teils! ¡¿Que está sucediendo aquí?!.

Como si sus palabras fueran escuchadas, escucho el grito del mismo erizo bajo suyo —¡Sonic! ¡Tienes que ir directamente con Eggman, nosotros nos encargamos de los robots!.—Le grito a la distancia cuál Sonic no pudo más que asentir con una sonrisa emocionada.

Mi esperanza de ojos VerdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora