Capítulo 1

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[Verano de 1933]

Llegaba tarde, considerablemente tarde.

Y tal circunstancia le iba a acarrear más que palabras con su padre alfa. Su progenitor odiaba la falta de puntualidad; lo consideraba, además de una gran falta de respeto hacia quienes esperaban, algo intolerable, ya que si uno se comprometía a algo, lo mínimo que podía hacer era comportarse.

Una lección que a su edad Hoseok debía tener bien aprendida, pero que por mil y un circunstancias olvidaba a las primeras de cambio.

En estos momentos no tenía ninguna excusa medianamente decente que ofrecer, lo cual inevitablemente desembocaría en una amarga y estúpida discusión sobre la conveniencia de acudir puntual a las reuniones familiares.

Hoseok entendía esa postura, por supuesto que sí. Le gustaba juntarse con sus hermanos omegas y sus padres a pasar el rato, hablar de todo un poco e intercambiar opiniones, aunque en muchas ocasiones acababan hablando de índices bursátiles e inversiones, cosa que tanto a Jimin como a él les aburría mortalmente, pero es que en la mansión de los Choi era muy difícil separar el trabajo de la vida doméstica.

Además de aburrirle soberanamente, el tema bancario suponía entrar en un terreno pantanoso, pues a su padre alfa aún le escocía, y mucho, que no fuera su sucesor. Sin embargo, aunque Siwon terminara asimilándolo con el tiempo, suponía más de un enfrentamiento. En algún momento su padre alfa acabaría aceptando que él no estaba hecho para encerrarse en un despacho durante horas, leyendo informes, balances y demás para decidir dónde sí y dónde no invertir el dinero propio y ajeno.

A Hoseok nunca le había interesado y menos ahora, cuando se estaba forjando una reputación como médico.

—¡Maldita sea! —exclamó el alfa volviendo a comprobar la hora.

Para cuidar del legado familiar, la tradición y demás historias con las que su padre alfa intentaba atraerlo de nuevo al negocio familiar, estaba su hermano mayor, quien, junto a su alfa, "el yerno perfecto", manejaban perfectamente los negocios financieros de la familia.

Puede que muchas de sus amistades no entendieran la decisión de no seguir la tradición familiar, pues era lo que se esperaba de un alfa de su posición; por no mencionar que aceptar ese cargo le ahorraba el esfuerzo de sacar adelante unos estudios y labrarse un nombre, todo ello a espaldas de su apellido.

Por nacimiento, Hoseok tenía la vida resuelta y, siendo mínimamente espabilado, podía pegarse la buena vida buscándose buenos colaboradores y encargándose meramente de supervisarlos. Nada de noches estudiando, prácticas interminables y caras de asombro por ver a un miembro de una familia acaudalada esforzarse sin necesidad. Conocía a más de uno que, en una situación similar, se pasaba la vida sin hacer el más mínimo esfuerzo y siendo francos, aceptar una responsabilidad de ese calibre le daba pereza y miedo a la vez, ya que si gestionaba mal el patrimonio y todo se iba al caño por su mala cabeza o su falta de capacidad en los negocios, no se lo perdonaría jamás.

No, definitivamente llevar un banco no era lo suyo.

Hoseok aparcó en un lateral de la finca y subió a toda prisa las escaleras de la mansión familiar, su casa hasta hacía bien poco, y entró.

Hace menos de un mes antes había tomado la decisión de buscarse un apartamento e irse a vivir por su cuenta. Era una decisión que había pospuesto desde hacía un tiempo, más que nada por pereza, pero ya iba siendo hora de tener su propio espacio. Aunque en la gran mansión familiar se estuviera perfectamente cada uno con su propio espacio, siempre se debía mantener las formas y dar explicaciones lo que implicaba ser objeto de "supervisión" y, pese a que nadie le pedía aclaraciones directas sobre sus idas o venidas, tenía la edad suficiente para ello, prefería evitar controversias sobre sus aficiones o sobre sus compañías, porque nada se le escapaba a Choi Siwon.

A media luz ➳ HopeVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora