capítulo 16

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"La luz es fácil de amar.
Muéstrame tu oscuridad"

-Ron Israel-

Después que el partido terminó. Me dirijo a los vestuario a quitarme los zapatos que me había prestado David. Tenía los dedos muy rojos y dolían, no entiendo porque los usé si sabía que no me quedarían, pero no tenía más remedio que usarlos.

—¿Qué te pasó en el pie?—. Pregunta David sabiendo que lo que iba a suceder.

—¿De verdad lo preguntas?—.respondo—. Tus zapatos son muy pequeños y tenía los dedos uno encima del otro.

El sólo soltó una carcajada, seguramente sabía que eso era lo que pasaría al prestarmelo y lo hizo para burlarse, aunque era el único que me podía prestar uno.

—Abril le contó a Dema que tu la invitaste a salir mañana.

—¿Por qué se cuentan todo esas chicas?

—Así son las amistades entre mujeres.

—No quiero imaginar que se contarán todo lo que hagamos mañana.

—No me digas que ya quieres...

—¡Cállate imbécil! Me refiero a los sitios que visitaremos o algo así.

—No es para que te molestes—. Como no molestarme cuando dice cosas incoherentes—.Llévala a este lugar.

Me enseña una fotografía de su móvil

—Te aseguro que le encantará.

—No es uno de esos lugares en los que tu te la pasas ¿verdad?

—No digas eso en público, yo no voy a esos lugares.

—Eso me lo demostraste el día que querías ir.

—Sólo era para ti, no para mi. Eso hace un buen amigo.

—Qué barbaridad dices.

—No es para tanto—. Se ríe—. ¿Cómo vas en tus clases?

—Ya sabes que no falto a clases.

Aún no he faltado y espero que sea así.

—David, he visto al rector de la universidad extraño hoy.

—¿No te entiendo? Explícate.

—Cuándo llegué, el estaba hablando con uno de los trabajadores de la universidad y se pasaron un papel de mano a mano, pero en cuanto el rector se lo fue a guardar en el bolsillo, falló el cálculo y lo tiro en el piso.

—¿Y..?

—Yo lo tomé.

—Sólo fue un papel, no hay nada extraño Paul.

—Claro que si, pienso que oculta algo.

—Realmente estas loco.

—Tengo el papel en mi mochila.

—Desmuestralo que es cierto.

Empiezo a revisar la mochila para enseñarle a David que no mentía.

—¡Aquí esta!

—Eso es un número de teléfono Paul.

—Pero debe pasar algo.

—Nada extraño sucede, no te imagines cosas.

—No imagino cosas, solo ato cabos suelto.

—Esto no es escenas del crimen amigo.

—Después me dirás que tenía razón.

Cómo la primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora