Abril
¿Como olvidarme de lo que estaba sucediendo? Creo que es lo más bonito que me ha pasado. Besarme con Paul me hacía sentir suspendida en el aire y que todos los problemas se me olvidan cuando estoy junto a él.
Es increíble sentirse así, tan unida a una persona que no podías dejar de mirarla ni de tocarla, a la que echabas de menos, aunque sólo te separases de ella durante unas cuantas horas al día. En realidad, nunca había tenido sentimientos tan intensos por nadie. Eso sí que era nuevo y desconocido. Fui muy dura con el en algunos casos y las bofetadas que le di siempre me lo recuerdan.
Nos sentamos en un parque los dos juntos, veíamos las estrellas y solo nos reíamos.
Me estaba quedando helada, así que el agarró su sobretodo y abrigó mi cuerpo con el.
Era medianoche, y al día siguiente debería utilizar un montón de maquillaje para cubrir las enormes ojeras que iba a tener al levantarme, pero no tenía ganas de dormir, tenia ganas de estar con él, lo suficiente para poder sentírme bien. Me di cuenta que el me gustaba al sentir extrañas sensaciones en mi estómago, trate de olvidarlo, pero por todos lados me lo encontraba y eso lo hacía cada vez más especial.
Demasiadas emociones juntas y todas maravillosas. A Paul debía de sucederle lo mismo, porque sus manos no paraban de moverse, sentía su inquietud y su mirada hacia mi era tan única.
—¿En qué estás pensando? —Le susurro al cabo de un rato.
—En lo mucho que ha cambiado mi vida desde que llegué y en lo que cambiará a partir de hoy.
—¿A mejor?
—Desde luego —Me dijo convencido—. Cuando llegué a Londres pensé que mi vida aquí mejoraría, que por fin podría dedicarme a estudiar lo que siempre había querido y que gozaría de la libertad que nunca había tenido, ya que mi padre estaría a miles de kilómetros. Y así ha sido. Pero además te he encontrado a ti, y eso sí que no lo esperaba.
—Sobre todo cuando me viste por primera vez, ¿no? —bromeo jugando con sus palabras.
—Especialmente cuando te vi la primera vez. —. Esbozó una hermosa sonrisa.
—Pero te parecí malcriada, ¿eh? Eso no puedes negarlo.
—No puedo negarlo, eres muy refunfuñona y me has bofeteado dos veces—. Sonríe—. Siempre me he preguntado ¿como puedes llegar hasta mi mejilla?
—Pido disculpas por mi comportamiento.
—No te preocupes—. Respondió abrazándome.
—¿Te parecí bonita el primer día que me viste en la pizzeria?—. Le pregunto.
—Mucho —asintió—. Solo que no podía dejarme llevar por las emociones.
—No seas tan egocéntrico, solo te haces daño a ti mismo.
—Tengo mis razones para serlo—.responde.
—¿Podemos hablar de tus padres?—. Le pregunto, mientras el me mira.
—Dime, ¿Qué quieres saber de mis padres? No es necesario hablar de ellos, estamos para hablar de nosotros.
—Modificare la pregunta entonces—.sonrio para no dañar la ocasión—. ¿Qué te hizo tu padre para quererlo tan lejos de ti?
—No puedo hablar de ello—. Se gira.
—¡Cuéntame! Puedes confiar en mi.
El no responde, solo observa el cielo y todo queda en un rotundo silencio. No se si haberle hecho esa pregunta empeoró la situación, me hubiese quedado en silencio, ahora no voltea a mirarme como lo estaba haciendo hace unos instantes.
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Cómo la primera vez
RomanceUna historia de romance, drama e incluyendo la tragedia. Narra la historia de dos niños que se conocieron en el pasado, pero, de repente sus vidas da un vuelco total. Fueron separados y crecieron en mundos distintos, y esos recuerdos se fueron desva...