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Ese mismo día regresaste para visitar a Tanjiro, en la nota se especificaba la hora exacta y el lugar donde lo esperarías, por lo que seguiste las instrucciones y aguardaste durante unos minutos, hasta que llegó. Sonreía de una forma tan dulce mientras llevaba un poco de té a la habitación en la que conversarían.

—No preguntaré el porqué estás vestido así — bebiste un poco de té. — Pero admito que un poco de maquillaje te queda bien — ahora eras tú quien le sonreía.

—Él de dio cuenta de que aún lo tenía en su rostro, se limpió como pudo y volvió a verte — me da gusto volver a verte, T/N — imitó tus acciones, bebiendo al igual que tú.

—Pienso lo mismo, desde ese día no hemos podido volver a vernos — dejaste el vaso a un lado — así que aprovechemos el tiempo que tenemos. Primero déjame limpiarte — el maquillaje estaba en ciertas partes de su rostro — está por todos lados aquí— sacaste un pañuelo y empezaste con tu trabajo.

—Sí, claro — colocó las manos en sus piernas y esperó a que te acerques.

—Tengo que preguntar, ¿dónde está tu hermana?

—Bueno... — ahora sí que no sabía como explicarte lo de su hermana — ella está en otra habitación, no le agrada el sol a esta hora — salió de la habitación diciéndote que lo esperes y buscó a su hermana, por suerte Nezuko estaba despierta. Tanjiro le pidió que tome la forma de siempre y fueron a tu encuentro. —Estaba durmiendo — ambos ingresaron a la habitación.

—Hola, Nezuko — la saludaste, ella hizo lo mismo con un gesto —es verdad, olvidé que no hablas mucho — te acercaste y le acariciaste la cabeza.

—Creo que está feliz de verte.


Se sentaron y siguieron conversando sobre lo que había pasado durante el tiempo que no se vieron, pasaron algunos minutos para que escuchen algunos pasos.

—Bueno, creo que ya debo irme. Quedé en encontrarme con un amigo — se levantó y te ofreció su mano para que también lo hicieras.

—Claro — aceptaste su ayuda y ambos se miraron, después te  fijaste en su hermana — me gustó mucho verte, Nezuko — ella se limitó a mirarte con alegría y te abrazó.

—¡Nezuko!, no puedes abrazar a T/N sin avisarle — el chico se puso nervioso — por favor disculpa a mi hermana — Tanjiro intentó justificar lo que estaba pasando, reíste y mientras le devolvías el abrazo a Nezuko, le respondiste — descuida, no me molesta. Aprecio estas muestras de cariño.

—Los ojos del chico se iluminaron — me alegra que lo veas de esa forma, T/N — apartó la vista, mientras se cuestionaba en hacer o no lo que estaba pensando. 

—T/N — lo escuchaste llamándote.

—¿Si?, dime.

—¿Medejasabrazarte? — lo dijo tan rápido que casi no lo entiendes, acomodaste tu cabello y le respondiste.

—Por supuesto — extendiste los brazos, Tanjiro se acercó y te abrazó, le correspondiste y sentiste una extraña tranquilidad al estar así con él. Fue seguido casi al instante por su hermana.


Tras despedirse y acompañarte al lugar donde estabas viviendo, intentó irse, aunque lo detuviste ofreciéndole un poco de comida. Él te agradeció y dijo que después de que termine su trabajo volvería a buscarte, luego de eso se marchó. 

Por la noche y mientras intentabas descansar, escuchaste como si estuviesen peleando, seguido por los gritos de un hombre, te levantaste y guardaste silencio para prestar atención a lo que decía.

—No te pelees delante de mi local, ¿quieres? — te asomaste por la ventana e intentaste ver que pasaba afuera — ¿vienes a amargarme? — al señor que hablaba, se le notaba molesto.

—¡No se acerque! — reconociste esa voz, era Tanjiro. — Retroceda, por favor — te asomaste y viste que llevaba una katana, segundos después entraron a la habitación tu amiga y su padre.

—T/N, ¿ya escuchaste todo ese alboroto? — abrió la puerta del lugar, al girarte para verla, las paredes empezaron a derrumbarse y todo se cayó a pedazos.

Afortunadamente, no recibiste daños graves, aunque por desgracia una pared cayó sobre el señor Takeda, aplastándole una pierna, su esposa e hijo estaban con él, al parecer casi ilesos. Nozomi también sufrió un corte en el brazo derecho.

—Empezaste a asimilar lo que estaba pasando, cuando escuchaste la voz de tu amiga — T/N, ¿estás bien? — incluso en esos momentos primero se preocupaba por los demás.

—Eso lo debería preguntar yo — empezaste a buscar si tenía alguna herida grave — ¿te hiciste daño? — entonces visualizaste el corte en su brazo. — ¡Estás sangrando! — intentaste ver más de cerca la herida.

—Voy a estar bien, busquemos a mi padre y a los demás — al moverse para intentar cubrirse el corte que tenía, ocasionó que sangre más de lo normal.

—Él está con tu hermano y tu madre, tranquila — le dijiste que presione mientras buscabas algo con qué detener el sangrado. — Todo estará bien, voy a conseguir una venda — te limpiaste el polvo y fuiste a buscar lo que necesitabas.


En el camino te cuestionaste como todo terminó así. De repente las paredes y el techo empezaron a caerse, parecía que cortaron el lugar, perno no podías determinar como lo hicieron. 

Luego pensarías en eso, ahora lo importante era ayudar a tu amiga. Al dejarla caminó unos pasos cuando se encontró con alguien, una chica, ella se le quedó viendo. Sin perder tiempo, la chica se abalanzó hacia tu amiga. Y mientras regresabas para estar con Nozomi, fue cuando escuchaste a Tanjiro.

—¡Nezuko! — alcanzaste a ver su nueva apariencia, su cuerpo era más desarrollado junto a unas marcas que no viste con claridad, además de un cuerno sobresaliendo de un lado de su frente y colmillos en lugar de dientes.

—¿Qué...?

—¡Detente!, ¡aguanta! — Tanjiro utilizó su espada para que su hermana no pueda hacerle daño a tu amiga. Nezuko se resistió y levantó a su hermano hasta el segundo piso.

—Nozomi, ¿estás bien? — priorizaste en ver por tu amiga, mientras que seguías escuchando decirle a su hermana que se duerma. — Por el momento debo arreglar esto — empezaste a vendarle el brazo.

—Gracias... — se veía cansada, al parecer si perdió mucha sangre.

—Tenemos que salir de aquí y buscar a quien nos ayude — intentaste que se levante y que, apoyándose en ti, camine — tus padres ya no están, supongo que recibieron-


Sin poder concluir lo que ibas a decir, miraste los alrededores y visualizaste una sombra, te acercaste para observar mejor y ver si tal vez necesitaba ayuda.

—T/N, no vayas...

—¿Y si alguien necesita ayuda? — susurraste — veré la situación, espérame — a pesar del momento le enseñaste una pequeña sonrisa.


Al estar más cerca te percataste de una chica, te aliviaste y fuiste hacia ella. Al voltear te diste cuenta de que no era alguien normal, a su alrededor flotaban obis, su rostro tenía quemaduras y fijaste tu atención en uno sus ojos, cuando ella habló.

—Eres muy curiosa — en su voz podías notar el odio con el que hablaba, aunque no fuese dirigido a ti. — Esto no es nada, haré sufrir a quien me hizo esto.

—Se aceró lentamente — ¡vaya, eres muy linda! — sin darte cuenta, ya la tenías frente a ti, sujetando tu rostro. — Te comería, pero ahora tengo que asesinar a unos mocosos.



"¿Asesinar...?"


No te dijo nada más y subió al segundo piso, al regresar en sí, fuiste a ayudar a tu amiga y ambas salieron del lugar. Estando a una distancia alejada, escucharon una explosión. Siguieron caminando y se encontraron con dos mujeres que ayudaban a todos los heridos.

▪FORMAS▪ | Kimetsu No Yaiba |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora