Sakura se encontraba en el salón que solía estar cuando era la hora del descanso, con un puchero en sus labios. La razón era que su madre no le quiso preparar su comida ya que a Sakura no le gustaba comer o comprar comida de la cafetería.
Para olvidar ese mal momento mejor decidió dormir un rato hasta que empezara su siguiente clase pero como tenía una hora libre podría dormir un poco más.
Se estaba acomodando para dormir, su cabeza recargada en la mesa y empezó a cerrar sus ojitos hasta que escuchó un ruido.
– Te encontré – comentó alguien que si mal no recordaba el nombre de esa persona era Kazuha.
– ¿M-me estabas b-uscando? – preguntó señalando así misma.
Nakamura asintió y se acercó a la pequeña Miyawaki arrastró una silla para sentarse frente de Sakura.
Sakura estaba algo insegura o más dicho una combinación entre miedo y nerviosa, ya que nunca nadie se había acercado a ella de una forma tranquila sin decirle ningún comentario ofensivo.
– Tarde mucho en encontrarte, pensé que estaban en la cafetería pero cuando iba camino para allá te vi entrar en este salón – comentó una tranquila Kazuha.
– Uh.. sí suelo venir aquí en las horas del descanso – le dijo jugando con sus manos.
– Oh, entiendo.
– ¿Qué haces aquí? – pregunto en un murmuró la omega.
– Eh.. no lo sé, mi lobo ha estado muy inquieto desde que te vi – comentó sin mucho interés Nakamura.
– Oh..
Kazuha empezó a destapar su comida y vio que Sakura bajaba su mirada y algo confundida Nakamura recorrió su mirada por las pertenencias de Sakura.
– ¿No traes comida, omega? – preguntó algo confundida y vio a Sakura negar despacio – Ten – extendió su comida.
Sakura alzó su mirada algo sorprendida y empezó a negar con la cabeza – Pero eso es tu comida.
– Tranquila, mi padre me dio aparte de eso una ensalada y la verdad es que no tengo mucha hambre – contestó tranquila – Anda come, ayuda a esta pobre alma a comerse la comida para que mi padre no me regañe.
Sakura soltó una risita al escuchar lo que dijo Kazuha, nunca había visto a un alfa que fuera tierno bueno solo a su padre.
– Pero si tu padre quiere que te lo comas tienes que hacerlo – hizo una pausa – Aparte es tu comida no mía.
– Pero ya te expliqué que no tengo mucha hambre – hizo un mini puchero.
– ¿Por qué me darías tu comida si apenas sabemos el nombre de la otra? – pregunto algo confundida.
– Porque eres la omega más tierna que he visto – contestó sincero Kazuha.
Sakura se sonrojo un poco.
– Si yo acepto la comida, la compartimos entre las dos , vale – propuso la omega.
– Acepto.
Después de eso las dos empezaron a comer, Sakura contento de que podría comer algo y Kazuha con una sonrisa por lograr su cometido.
Entre platica y platica se conocieron un poco más, conocieron cosas el uno al otro, Sakura se dio cuenta que Nakamura no era como los demás y Kazuha se dio cuenta que no era del todo cierto lo que decían de Sakura.
[...]
Sakura se encontraba caminando hacia donde trabajaba su padre ya que le había pedido que comprara comida y que fuera a comer con él.Estaba contenta de pasar más tiempo con su papá, aunque un poco triste porque a su mamá no le gustaba pasar tiempo con ella.
Su padre trabajaba como contador para una empresa muy reconocida mundialmente, era lo que su padre le había contado y que sus jefes eran muy buenos.
Sakura se sentía contenta por eso, que su padre estuviera bien también que lo traten bien.
Tan metida en sus pensamientos estaba que salió de sus pensamientos cuando chocó con una espalda.
– Ahg – con un puchero se sobo su frente.
– ¿Lo siento, estás bien? – preguntó una voz que Sakura conocía.
– ¿Uh.. Kazuha? – pregunto alzando un poco su mirada.
– ¿Kkura, qué haces aquí? – pregunto algo confundida.
– Vengo a ver a mi papá, trabaja aquí como contador – comentó orgullosa de su padre – ¿Y tu?
– Oh, y-yo también vine a ver a mi padre, él también trabaja aquí – comento algo nerviosa.
– Oh, vamos entonces tengo que apuntarme para que la comida no se enfríe – alzó una bolsa donde venían las comidas, Kazuha solo asintió y empezaron a caminar hacia dentro de la empresa.
– ¿Y vienes todos los días aquí? – preguntó algo confundida la alfa.
– No, rara vez vengo, más dicho cada vez que mi padre me lo pide.
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案 : 𝗚𝗢𝗥𝗗𝗜𝗧𝗔 𝗠𝗜𝗬𝗔𝗪𝗔𝗞I﹙𝗉𝖾𝗍𝖺𝗅𝗓﹚
Historia CortaSer una persona con algunos kilitos de más, era una gran inseguridad, al menos así lo veía Miyawaki Sakura. Ella amaba la comida, pero también anhelaba una relación estable, bonita y amorosa; pero viéndose ella misma, ¿quién la querría como pareja...