C U A T R O

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Hubo momentos en la vida de Soobin en donde se sintió nervioso, pero no estuvo en el borde como ahora. Sus padres lo habían instado a mezclarse con los visitantes desde que era muy pequeño, a menudo haciendo fiestas para celebridades y poderosos políticos, pero nunca una fiesta significó mucho para él personalmente.

Esta no era una visita importante que podría hacer o romper una alianza política con su padre. Estas eran las personas más importantes para su amante con quienes estaría tratando el resto de su vida.

—Relájate compañero. Ellos te amarán. E incluso si no lo hacen, te tolerarán.

Grandioso. No hay nada como empezar con metas altas. Soobin quería ser querido.

Ya perdió una familia y odiaba la idea de que no sería aceptado por otra. Aspirando profundamente, permitió que su amante lo arrastrara a través de las puertas dobles a la sala de recepción, donde se iba a realizar la ceremonia que iba a cambiar su vida.

Gente circulaba alrededor de la habitación, llenando la estructura cavernosa con cientos de cuerpos calientes. Los ojos de Soobin se abrieron ampliamente, no sabía que había tantos vampiros en todo el reino, mucho menos en la fortaleza del vampiro.

Una gran mano le acarició la espalda.

—No te olvides de respirar, mi dulce. —Yeonjun le susurró al oído. Cálido aliento recorrió por los vellos finos de la piel de Soobin enviando un escalofrío por su espalda.

Mirando a su alrededor, vio a una regia mujer con un vestido color crema, de pie en la parte superior de una tarima. Sus rasgos le recordaban al hombre de pie junto a él.

—¿Esa es tu madre?

—Sí. Ven, permíteme presentártela.

El Rey pasó junto a un grupo de espectadores, manteniendo un brazo firme alrededor de Soobin, protegiéndolo de ser golpeado en la sala llena de gente.

Soobin sintió una racha de calor por el cuidado de Yeonjun. Le hacía sentirse atesorado.

Antes de que pudiera llegar a ser demasiado empalagoso con el sentimiento, estaban de pie en frente de la madre de Yeonjun y Soobin sentía su mirada fría, como algo físico tocándolo, ya que lo barrió desde el cabello hasta los pies.

—Madre, este es Soobin, mi compañero elegido. Soobin esta es mi madre, la Reina Siella.

Soobin le dio a la Reina su mejor reverencia tratando de no temblar bajo la ártica explosión de sus ojos. Ella podía parecerse al Rey pero tenía la fría mirada de su hermano.

—Bueno, al menos alguien eligió algo decorativo —Dijo. Su voz era tan fría, que Soobin casi podía ver los carámbanos que se formaban en el aire entre ellos.

吸血鬼王的丈夫 [ YeonBin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora