C I N C O

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Soobin estaba teniendo el mejor sueño; suaves besos en la cara y los hombros, manos grandes vagando por su piel desnuda.

No podía detener el gemido que salió de su pecho.

—Eso se siente bien —Le susurró a su amante soñado mientras se revolcaba en el toque exquisito del hombre.

—Me alegra que pienses así mi amor ya que hoy estarás enlazado a mí para siempre.

Los ojos de Soobin parpadearon abriéndose.

Yeonjun se inclinó hacia él con una sonrisa maliciosa en su rostro.

—Oh.

—Buenos días —El Rey Vampiro dijo, colocándole otro beso en la frente.

—Buenos días —Soobin no pudo evitar la sonrisa amplia difundiéndose a través de su rostro. Hoy estaría acoplado. El hombre hermoso que se inclinaba por encima de él iba a ser suyo.

—Es hora de vestirse. La ceremonia comenzará en una hora.

—¡Una hora! —Soobin se sentó en la cama con tanta rapidez que el Rey se sacudió para atrás para evitar ser golpeado en la cabeza. —Yo ni siquiera tengo nada apropiado para vestir.

Yeonjun rio.

—Te tengo una túnica. Está tendida en la silla. Es la ropa tradicional de la ceremonia de apareamiento.

Soobin trató de mirar, pero el Rey bloqueó su visión.

—Creo que tenemos algo más importante que tomar antes de que vayas a vestirte.

Soobin habría objetado porque quería lucir bien para su apareamiento, pero la mano del Rey cayó bajo las mantas y se envolvieron alrededor de su erección matutina.

—Oh —Dijo Soobin.

—Eso es todo mi amor, déjate ir —Yeonjun se inclinó hacia adelante, lamiendo su camino hasta el cuello de Soobin.

La anticipación del Rey mordiéndolo era casi más de lo que podía manejar.

—Muérdeme —Él silbó cuando el vampiro continuó lentamente lamiendo y mordisqueando arriba y abajo de la garganta. Acompañado por el lento deslizamiento de la mano de Yeonjun fue suficiente para expulsarlo de su mente. —Muérdeme —Dijo de nuevo tratando de poner más orden en su voz pero sólo salió como un gemido suave cuando Yeonjun se movió e instaló su cuerpo por encima de él.

—Todo a su tiempo —El Rey se burló con una sonrisa.

—Basta —Él gimió. —Muérdeme.

—Como quieras —Dijo Yeonjun con un destello de colmillos. El vampiro hundió sus dientes en él, y perdió toda capacidad de razonamiento. Una sensación pura se hizo cargo de su cuerpo que se convirtió en una criatura de necesidad. Hundió los dedos en el pelo oscuro de Yeonjun y fijó al hombre en su lugar cuando un tsunami de deseo le recorrió por todo su cuerpo.

吸血鬼王的丈夫 [ YeonBin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora