Capitulo Doce

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SEOKJIN

Mi jodida cabeza. Está latiendo a topa, ¿y por qué estoy tan mareado? Abro un ojo y luego el otro. Mi visión es borrosa, pero puedo decir que mi cabeza está colgando porque estoy mirando mis rodillas. La levanto lentamente, teniendo que cerrar los ojos de nuevo cuando el dolor de cabeza empeora. ¿Qué diablos pasó? ¿Estaba bebiendo y me desmayé? Cuando trato de levantar mis manos para frotarme la cara, me doy cuenta de que están restringidas detrás de mi espalda.

—¿Qué mierda? —murmuro en absoluta confusión.

El sonido del metal y el frío mordisco del acero contra mis muñecas me hacen saber que estoy esposado. ¿Este Jungkook se está poniendo pervertido conmigo? Poco a poco vuelvo a abrir los ojos; esta vez mi visión es un poco más clara. Miro alrededor del pequeño apartamento oscuro, sin reconocer nada en él. Nunca he estado aquí antes. ¿De quién es este lugar y por qué estoy aquí esposado a una silla?

No tengo idea de qué hora es ni cuánto tiempo estuve inconsciente. Oigo una puerta abrirse y se cerrarse detrás de mí, y levanto el cuello para ver quién es. Una lámpara se enciende en algún a mi espalda, trayendo algo de luz muy necesaria a la habitación.

—Oh bien, estás despierto.

Todo mi cuerpo se pone rígido ante el sonido de esa voz familiar. ¿Qué diablos está pasando? El gilipollas entra en mi línea de visión y me da una sonrisa pícara.

—Hey, Seokjin. ¿Cómo te sientes?

—¿Qué mierda es esto, Will? —exijo, mi ira aumenta—. ¿Por qué me tienes esposado a una silla? ¿Jungkook sabe de esto?

Se ríe de una manera brusca y toma una silla de la mesa de la cocina. La coloca frente a mí y se sienta suavemente, cruzando las piernas por la rodilla. Se toma un momento para estudiar sus uñas antes de que sus ojos oscuros miren los míos. Palidezco un poco ante el odio que veo en ellos. Eso no es un buen presagio para mi.

—Está tan enamorado de ti, y no entiendo por qué. Le rompiste el corazón, lo dejaste devastado e incapaz de establecer relaciones duraderas, pero aquí estás de vuelta en su vida —dice pensativo, inclinando la cabeza hacia un lado mientras me observa.

—¿Cuál es tu punto?

—¿Honestamente crees que en realidad te ha perdonado? —pregunta con una risa arrogante.

—¿Qué quieres decir?

—Eres muy ingenuo, Seokjin. Solo está contigo porque planea vengarse por lo que le hiciste hace quince años.

—Mentira —me burlo. No quiero creer nada de lo que dice, pero sus palabras me irritan, y no puedo detener el pequeño indicio de duda que surge.

—He sido su mejor amigo durante diez años, sé todo sobre él.

—Lo que quiero saber es qué estoy haciendo aquí —mordiendo, irritándome cada vez más.

—Oh. Bueno, mientras tu está desaparecido, yo soy el que está consolando a Jungkook, siendo su hombro sobre el que llora, y el que está quitando su mente de todo mientras la policía lo está buscando —dice, con una sonrisa seductora en su boca

—¡Mantén tus malditas manos lejos de él!

Will se encoge de hombros. —Demasiado tarde.

Mi cuerpo vibra con furia. —Eres un maldito mentiroso y un psicópata.

—Cree lo que quieras. Todo lo que sé es que fui yo quien estuvo en los brazos de Jungkook anoche, no tú.

Tiro de las esposas pero no sirve de nada; no van a ninguna parte.

Salvando una vida #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora