Vínculos en la oscuridad

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El silencio en la escalera era abrumador. El primero en romperlo fue Dekisugi.

"No-Nobita... Esto, mi mamá me dijo que ya está la cena", balbuceó Dekisugi, con un pequeño sonrojo en sus mejillas.

Nobita asintió y terminó de bajar las escaleras. Con prisa, Dekisugi corrió a lavarse las manos y se unió a Nobita en el comedor. La mamá de Dekisugi estaba ocupada acomodando los platos de comida. Los tres se sentaron y comenzaron a cenar en silencio. Al terminar, agradecieron por la comida.

"¿Nobita, cierto?", llamó la señora, haciendo que el chico diera un pequeño salto. "No te asustes, niño, no muerdo", bromeó con una sonrisa. "No nos hemos presentado. Me llamo Hidetoshi Aki. Mucho gusto, Nobita".

Nobita respondió tímidamente: "Nobita, Nobi Nobita". La mujer asintió y continuó hablando: "Bueno, será mejor que coman. La tormenta parece seguir muy fuerte, así que llamaré a tu mamá para decirle que pasarás la noche aquí por seguridad".

Nobita asintió nuevamente, sintiéndose nervioso. La cena transcurrió con normalidad mientras Dekisugi y su madre recogían los platos usados. Nobita se quedó en el pasillo, sumido en sus pensamientos.

"Tendré que pasar la noche junto a él", se dijo a sí mismo. "Vamos, Nobita, tú puedes. Es solo Dekisugi, el chico popular, estudioso y por el que muchos babean, incluso los chicos".

"Vaya, no sabía eso", dijo Dekisugi.

De repente, Nobita dio un salto por la sorpresiva llegada de otro chico. "¿D-Dekisugi?", balbuceó, visiblemente nervioso.

"Tranquilo, no quise asustarte", dijo Dekisugi, intentando calmarlo. "N-No me asustaste, s-solo me tomaste desprevenido", respondió Nobita, desviando la mirada. "Por cierto, ¿dónde dormiré?"

"Sobre eso, mi mamá me dijo que puedes usar uno de los futones de sobra que tenemos", explicó Dekisugi. "Pero el problema es que ella no sabe dónde los ha dejado, lo siento. Lo que me lleva a otra cosa, ¿te incomodaría compartir cama?"

Nobita quedó en silencio, analizando las palabras del otro chico. Por un lado, no encontraban el futón donde dormiría, y por otro lado, tendría que compartir cama con Dekisugi, lo cual lo puso aún más nervioso.

"¿Nobita?", escuchó su nombre. "¿Estás bien?", preguntó Dekisugi, agitando su mano frente a Nobita.

"¡Sí!" respondió rápidamente al ver la mano acercarse un poco a él. "Entonces... n-no habría problema, ¿verdad?", preguntó Nobita nerviosamente. Era la primera vez que compartiría cama con alguien, y más si era un chico.

Si tú quieres, claro -respondió Nobita.

Al final, Nobita cedió y aceptó compartir cama con Hidetoshi. Ambos se acomodaron en la cama, que resultó ser más espaciosa de lo que imaginaban. Una vez acostados, ambos miraron en sentido contrario. Nobita dirigía su mirada hacia el cuarto, mientras que Dekisugi miraba la pared. La tensión inicial comenzó a disiparse cuando se dieron cuenta de que no había motivo para sentirse incómodos. Ambos chicos se encontraban exhaustos después de un día lleno de emociones y decidieron simplemente descansar.

"Buenas noches, Dekisugi", dijo Nobita.

"Igualmente, Nobita", respondió Dekisugi.

Ambos cerraron los ojos, esperando poder dormir, pero resultó ser más complicado de lo habitual. Nobita, acostumbrado a dormirse rápidamente, no lograba conciliar el sueño. Intentó acomodarse un poco más, hasta que sintió que Dekisugi también se removía en la cama.

"¿Problemas para dormir?" susurró Dekisugi en voz baja.

"Si", respondio Nobita.

"Estamos iguales", respondió Dekisugi.

Intentaron acomodarse un poco más, pero sin previo aviso, sus manos se tocaron. Sin decir una palabra, ambas manos se retiraron rápidamente. Después de ese incidente, se hizo aún más difícil conciliar el sueño.

"Demonios, no puedo dormir", pensaron ambos al mismo tiempo.

"¿Sabes, Nobita? Aunque nunca lo habría imaginado, esto resultó ser una especie de aventura inesperada. Es como si nos hubiéramos adentrado en una historia emocionante", susurro Dekigusi.

Nobita, mirando al techo con una sonrisa, respondió:

"Tienes razón, Dekisugi. A veces, las situaciones más inesperadas pueden llevarnos a vivir experiencias únicas. Me alegra haber tenido la oportunidad de conocerte mejor en esta circunstancia".

Los dos chicos continuaron hablando en susurros, compartiendo anécdotas y risas. Descubrieron que tenían más en común de lo que pensaban y que disfrutaban de las mismas cosas. La barrera entre ellos comenzó a desvanecerse y se sintieron cada vez más cómodos el uno con el otro. Sin embargo, mientras charlaban, sin darse cuenta se quedaron dormidos...

Después de algunas horas, Dekisugi se despertó abruptamente de un sueño. "¿Qué fue eso?", se preguntó, mirando a su costado y viendo a Nobita, quien se removía en la cama mientras lágrimas recorrían sus mejillas. "¡Nobita! ¡Hey, Nobita, despierta!", susurró Dekisugi, tratando de despertarlo. Funcionó, pero las lágrimas no se detenían. "¡Nobita!".

"Dekisugi", respondió Nobita, para luego dejarse abrazar por él.

Dekisugi se sorprendió por la acción de Nobita, pero correspondió al abrazo mientras trataba de calmarlo. "Tranquilo, todo estará bien", susurró Dekisugi. Con esas palabras, logró calmar a Nobita y ambos volvieron a dormir.

A la mañana siguiente, Dekisugi fue el primero en despertar. Al tratar de levantarse, se dio cuenta de que algo lo mantenía atrapado. "¿Qué...?", se preguntó confundido. Entonces lo vio: Nobita estaba sobre él, más precisamente en su pecho. "Se ve tan lindo", pensó Dekisugi, pero se sonrojó rápidamente. "¿Qué demonios digo? ¡Es un chico! ¡Un chico muy lindo! Ya basta, Dekisugi, no pienses eso", se debatía mentalmente.

Mientras tanto, Nobita despertó y se dio cuenta de la situación. Miró a Dekisugi, quien estaba notablemente sonrojado. Nobita también se sonrojó, sintiendo una gran vergüenza por su posición actual, y sin querer, cayó de la cama, preocupando a Dekisugi.

"¿Estás bien?" preguntó Dekisugi, ya sin susurros.

"Sí, no te preocupes, Dekisugi", respondió Nobita. En silencio, notó que ya no se escuchaba la lluvia ni el fuerte viento de la noche anterior. "Una pregunta, ¿qué hora es?"

Dekisugi miró el reloj en la mesita de noche y vio que eran las seis de la mañana. "Es temprano", dijo.

Después de eso, se asearon por separado para evitar que se repitiera la situación de la noche anterior. Una vez cambiados, la madre de Dekisugi los llamó para el desayuno. Después de terminar, ayudaron con los platos.

"Muchas gracias por permitirme dormir aquí ayer por la tormenta", dijo Nobita, haciendo una reverencia.

"No te preocupes, no te iba a dejar salir en esa tormenta", respondió la madre de Dekisugi con una sonrisa. "Eres bienvenido cuando quieras, Nobita".

Con eso, se despidieron de los Hidetoshi y Nobita se dirigió a su casa. En el camino, vio cómo las personas y el personal de desastres limpiaban las calles. Apresuró el paso y al llegar a su casa, saludó a su madre, lo cual la tranquilizó. Luego, subió a su habitación y se encontró con Doraemon, el gato robot, que estaba mirando algo en un monitor.

"Doraemon", lo llamó Nobita.

Inesperadas ConexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora