Un Regalo Inesperado

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"Nobita," exclama Doraemon al abrazarlo, "me alegra verte ileso."

"No gracias a alguien que no pudo ir a buscarme," responde Nobita con un leve tono de resentimiento, nerviosamente frotando sus manos.

"Perdona, Nobita, pero tuve que viajar al siglo XXII por un asunto con Dorami," dice Doraemon mientras rebusca en su bolsillo mágico.

"Sí, Dorami me llamó y me dijo que era un regalo," agrega Doraemon mientras muestra unos boletos.

"¿Safari tour?" exclama Nobita, confundido por el texto en el boleto, sus ojos reflejando su ansiedad.

"Sí, amigo mío, son boletos exclusivos para visitar el Parque Safari de Animales Mitológicos," responde Doraemon.

"¿Eso significa que...?" pregunta Nobita con esperanza y felicidad, aunque sus palabras delatan su inseguridad.

"Sí, Nobita, podremos ir donde están Pega y los demás. Tenemos cinco boletos, uno para cada uno de nosotros."

"Esto es fabuloso, Doraemon," exclama Nobita mientras toma tres boletos con manos temblorosas. "¡Les voy a contar a los demás!" Sin perder tiempo, se marcha mientras Doraemon lo observa con una sonrisa antes de volver a sus quehaceres.

Mientras tanto, Nobita se dirige a casa de Suneo, pero se entera de que no se encuentra en la ciudad. Luego va a la casa de Takeshi, quien no puede unirse debido a las tareas de limpieza en el local y la negativa de su madre. Shizuka tampoco puede unirse ya que estará fuera de la ciudad hasta el lunes.

"Rayos, ninguno de los chicos puede ir. Tenía tantas ganas de ver a Pega y los demás," suspira Nobita, sintiéndose desanimado y nervioso mientras continúa caminando.

Perdido en sus pensamientos, Nobita no escucha a Dekisugi, quien intenta hablarle. Finalmente, choca contra un poste de luz y se queja del dolor. Dekisugi se acerca preocupado, su voz mostrando una mezcla de inquietud y cuidado.

"¿Estás bien?" pregunta con sinceridad, sus ojos azules mostrando un atisbo de preocupación.

"Sí, solo me dolió un poco," responde Nobita, aún sintiendo el dolor y nerviosamente frotándose el brazo.

"Por cierto, ¿por qué estabas tan triste?" pregunta Dekisugi, su tono de voz denotando empatía.

"Doraemon consiguió boletos para un safari, pero ninguno de mis amigos puede ir, lo que me desanimó," dice Nobita, su voz revelando su pesar.

"Recuerdo un safari al que fui cuando era pequeño, aunque eso fue hace mucho tiempo," comenta Dekisugi, tratando de aliviar la tensión.

En ese momento, a Nobita se le ocurre una idea: invitar a Dekisugi al safari. Aunque siente un poco de vergüenza, finalmente se atreve a decirlo, su voz revelando su nerviosismo.

"Si quieres, te puedo invitar. Puedes venir a mi casa en media hora."

Dekisugi sonríe gentilmente, su expresión tranquilizadora. "Claro, estaré encantado de ir. Nos vemos en media hora."

Con planes hechos, se separan con una sensación de anticipación y nerviosismo, cada uno regresando a sus casas mientras esperan ansiosamente la hora de partir.

Inesperadas ConexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora