Capítulo 5.

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La noche se extendía como un manto oscuro sobre la ciudad, y envolvía cada rincón en su abrazo frío y silencioso. ¿Mucho drama? así es esto.

El susurro del viento resonaba en mis oídos, llevando consigo el eco de los recuerdos y los suspiros de lo que una vez fue. Me encontraba sumergida en la soledad de mi hogar, permitiendo que los pensamientos fluyeran libremente en mi mente mientras el reloj marcaba cada segundo con su incesante tic-tac.

La separación de la banda me pesaba como una losa sobre el corazón, llenándolo de tristeza y melancolía. Yo era una fan, aunque conocía a Frankiero, independiente de eso, yo admiraba a esos chicos.

La noche envolvía mi habitación, creando una atmósfera tranquila y serena. Después de un día agotador, decidí tomar un momento para relajarme en mi cama. Me quité la chaqueta que había llevado durante toda la tarde y la aventé descuidadamente en algún rincón de mi habitación.

Sintiéndome como un náufrago en un mar de pensamientos, decidí encender mi laptop. El resplandor de la pantalla iluminó suavemente mi rostro, mientras me sumergía en el mundo virtual que siempre parecía ofrecer distracción y escape.

Mis dedos se deslizaban por el teclado mientras navegaba por las redes sociales, buscando algún indicio de los demás miembros de la banda. Sin embargo, las publicaciones eran escasas y parecía que cada uno seguía su propio camino. Me sentía como un espectador distante, incapaz de encontrar mi lugar en ese nuevo escenario.

La música comenzó a sonar desde mi playlist, envolviendo la habitación con su melodía reconfortante. Cerré los ojos por un instante, permitiendo que las notas me transportaran a un lugar donde la música y la camaradería reinaban sin obstáculos. Era un refugio temporal, una pausa en medio del caos.

La luz tenue de mi habitación contrastaba con el brillo de la pantalla, creando un ambiente íntimo y acogedor. Me acomodé en la cama, dejando que la música siguiera fluyendo mientras mi mente se adentraba en una reflexión profunda. Me prometí a mí misma que nunca abandonaría mi amor por la música y que estaría abierta a nuevas posibilidades y colaboraciones, incluso en medio de los cambios y las diferencias. Incluso en mis momentos más bajos. Dios, tenía miedo.

Lentamente, abrí mi bandeja de entrada con una mezcla de esperanza y ansiedad. El sonido de notificación de mi computadora resonó en la habitación, llamando mi atención de inmediato. Me senté en la cama, con las piernas cruzadas en posición de indio, lista para sumergirme.

Mi corazón latía un poco más rápido mientras escaneaba los mensajes en busca de algo relevante. Sin embargo, para mi decepción, solo encontré un montón de spam y uno que otro desconocido intentando hacer conversación. De dónde sale esta gente, me preguntaba. El brillo de esperanza que se había encendido se desvaneció un poco, pero no me rendiría tan fácilmente.

Con determinación, decidí escribirle a Frank. Mis dedos volaban sobre el teclado mientras expresaba mi curiosidad por saber cómo estaba él y los demás chicos. Escribía y borraba, escribía y borraba, hasta que estuve satisfecha, no quería verme intensa... aunque quizá lo era, un poco.

Lily: ¡Hey, Frank! ¿Cómo siguen las cosas? ¿Cómo te sientes?  

No estaba segura de qué esperar, pero su mensaje llegó a los pocos segundos. Una sonrisa inevitable se plasmó en mi rostro.

Frank: ¡Lily, estamos bien! dentro de lo que cabe, lol. 

Lily: Todo estará bien, ¿cómo están el resto?

Frank: Hmmm... no sabemos dónde está Gerard, justo íbamos a buscarlo, no ha respondido.

Lily: ¿En serio?

𝘛𝘩𝘦 𝘖𝘯𝘭𝘺 𝘏𝘰𝘱𝘦 𝘍𝘰𝘳 𝘔𝘦 𝘐𝘴 𝘠𝘰𝘶 | 𝘎.𝘞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora