UNO.

237 31 14
                                    

 Taemin parecía un gato enjaulado. Eran las tres de la madrugada y su esposo Jonghyun aún no llegaba a casa. Realmente, ni siquiera sabía por qué permanecía despierto todavía, si todos los días era lo mismo. Bueno, sí lo sabía: fue la llamada de un idiota a su celular desde un bar. 

Su matrimonio ya sólo era una fachada. Desde el segundo año de casados, Jonghyun había cambiado radicalmente; dejó de ser su prioridad para convertirse en poco más que un objeto hermoso de decoración.

Su corazón parecía no querer entender que la pasión y el amor de Jonghyun hacia él, habían pasado al olvido. Ya no habían besos tiernos, ni caricias suaves. Las palabras amables se volvieron reclamos. A veces Taemin se preguntaba, ¿por qué mierda seguía metido en ese fallido matrimonio?. Quizás era masoquista e íntimamente le gustaba ser tratado como una basura. La realidad era cruda, él no tenía a donde ir, estaba sin familia propia, sin amigos verdaderos. Nada, el no tenía nada. 

Todo lo abandonó para irse con el único hombre que le ofreció matrimonio, luego de haber sufrido una gran decepción amorosa y ser señalado como una zorra. Jonghyun llegó un día de vacaciones de verano a su pueblo natal, Guri. Se conocieron accidentalmente, y desde ese día no se dejaron de ver, hasta que finalmente Taemin decidió escapar con él. Ya estando en Seúl vivieron un tiempo en pareja, antes de convertirse oficialmente en esposos. Ahora la familia y amistades de Jonghyun eran  también de él. 

Dentro de una semana cumplirían siete años de casados, y sabía que no había nada que celebrar. Pero sus suegros ya tenían organizada una faustosa recepción; por lo tanto, tendría que aguantar esa fiesta de mierda. Y no era que quisiera guardar las apariencias, ni por nada que se le pareciera. La razón: No crear problemas a los padres de Jonghyun, quienes siempre lo trataban con mucho amor. Luego estaba el asunto de la dependencia económica. Los padres de su esposo cubrían absolutamente todos sus gastos. Jonghyun nunca tenía un trabajo estable, y a Taemin no se le permitía hacerlo.

La puerta de la entrada principal se escuchó cuando fue cerrada con algo de torpeza. Jjong efectivamente venía ebrio. Taemin se dirigió hasta la sala y ahí lo vio tambaleándose, tratando de mantenerse en pie, y con una sonrisa ladina. Taemin lo observó detenidamente con una mezcla de sentimientos que iban desde la tristeza al disgusto.

—Eres un desgraciado Jonghyun, el tipo del bar con el que estabas, habló en cinco ocasiones para decirme que necesitaba liquidar la cuenta de lo que consumieron. No vuelvas a hacer eso, mandar a tus zorras a pedirme dinero. Ya no volveré a darte un solo won. Tu padre ya sabe que andas de cama en cama, y me advirtió que no me depositará más dinero si continúo permitiendo que me veas la cara de idiota.  

Jonghyun se le quedó viendo con enojo, le jodía tanto cuando Taemin se ponía a recriminarle su manera de vivir. —No me presiones Taemin —gruñó, y luego se dejó caer pesadamente sobre el sofá. 

—Acabo de llegar, y ya me estás fastidiando. Mejor dame algo de cenar, tengo hambre —exigió su esposo.

—¡No me digas que la cuenta que tuve que pagar, solo fue de bebidas!, ¿no comiste nada? —cuestionó Taemin, enfadado.

—Sí comí, pero no fue suficiente. Además, quiero que me atiendas, es tu obligación. El sexo me da apetito.

Taemin se carcajeó enseguida —Jajajaja, ¿sexo?, ¿cuál? Seguro fue en tu estado etílico permanente que lo soñaste. —No te rías —contestó molesto Jjong —Que tú no te me antojes, no quiere decir que no tenga acción con alguien más.

—Como sea, de todas formas estás equivocado si piensas que voy a servirte. —Taemin se dio la vuelta y se dirigió hasta su habitación, le enfurecía cuando su esposo se ponía terco por culpa del alcohol. Mientras subía las escaleras alcanzó a escuchar cómo es que Jonghyun murmuraba incoherencias. Una vez que llegó a la recámara entró y cerró con seguro, no podría soportar que quisiera manosearlo. Porque eso era lo único que hacía Jonghyun cuando estaba borracho, ya que cuando se encontraba sobrio, casi ni le hablaba. Tenían años de no hacer el amor, más bien nunca lo hicieron, lo de ellos siempre fue sexo y nada más.

Al día siguiente, Taemin advirtió su propia amargura, aborrecía la vida de casado que llevaba al lado de Jonghyun. "A veces me siento tan solo" —pensó.

—¡Arriba, ya es hora de levantarse! —Taemin le exigía a su esposo, mientras lo movía de un lado a otro bruscamente sobre el sofá.

Jonghyun abrió los ojos, la luz del nuevo día lo cegaba. Agarró un cojín y se tapó la cara con él. No habló. Solo gruñó —¡arrrgh!

  —Tienes exactamente diez minutos para ducharte y estar presentable. Tu padre ha llamado para avisar que vendrá por ti en veinte minutos. Quiere que vayan juntos a probarse los trajes para la gran celebración. —Taemin mencionó lo último con cierta sorna.

—Maldita fiesta —masculló Jjong. —Mis padres y sus ganas de joderme la existencia. ¿Quién jodidos pidió una fiesta de aniversario? Como si de verdad me interesara festejar que llevo siete malditos años esposado a ti. Lee Taemin, solo has sido un maldito grano en el culo.

—A mí tampoco me hace gracia Jonghyun, pero cuando ellos mencionaron la celebración, ya todo lo tenían organizado.

—Estoy harto de la injerencia de mis padres en todo. —dijo Jjong irritado. Taemin hizo como que no escuchó, no tenía caso discutir algo que, desde un principio, estuvo incorrecto. Optó mejor por ir hacia la cocina, prepararía café y pan tostado para que su esposo no se quedara con el estómago vacío. Sabía que a medio día ya estaría tomando nuevamente.

Cuando su suegro y Jjong se fueron, Taemin subió a la habitación. Estaba desvelado y pensó en tomar una ducha muy caliente para relajarse un rato. Entró al cuarto de baño. Se volvió hacia la bañera y echó una buena cantidad de sales aromáticas, un lujo decadente y absolutamente maravilloso. Una vez llena la tina, se hundió en aquella agua con burbujas. Cerró los ojos por unos instantes, disfrutando el momento. Luego tomó una barra de jabón con olor a vainilla. Su favorita.

Mientras deslizaba el jabón entre sus manos y sacaba una pierna del agua para enjabonársela, su cuerpo comenzó a experimentar sensaciones que le parecieron algo inquietantes. Un cosquilleo lo invadió, y su hombría emergió del agua caliente. La erección que estaba experimentando le dolía. 

Unas imágenes comenzaron a formarse en su mente, eran las de un hombre al cual había visto unos quince días atrás en el gimnasio a donde asistía a hacer yoga, fue en el área de pesas. El tipo en cuestión poseía un cuerpo increíblemente musculoso, su color de piel era canela y cuando Taemin descubrió unas gotas de sudor bajar por esa espalda amplia y desnuda, la boca se le había secado al notar un pequeño tatuaje de un sol, y sin querer relamió sus labios, emitiendo un ligero gemido por el glorioso espectáculo  "¡mgh!"

Siguió recordando un poco más, mientras su mano se aferraba a su duro eje. El sube y baja sincronizado, se convirtió en euforia desmedida, llevándolo al climax total, su semen fue expulsado con vigor, llegando a caer  por fuera de la bañera. Un suspiro ahogado salió de su garganta. "¡Aghhh!". —Su descarga le dio la paz que había estado necesitando durante las dos últimas semanas. El yoga que practicaba, ya no era suficiente para apaciguar sus necesidades fisiológicas.  Si continuaba en abstinencia, se volvería loco. Años con solo la mano y juguetes sexuales habían sido suficientes. Después de la dichosa fiesta de aniversario, pediría el divorcio.

Sabía que eso sería una bomba enorme, y que caería sobre todos los que se sentían involucrados en ese absurdo matrimonio. Pero ya era hora de revalidar su autoestima, la cual estaba más que sobajada.

CONTINUARA....

🌞🌞🌞🌞🌞🌞🌞🌞🌞🌞

Gracias por leer, comentar y votar.

Nueva historia. Serán solamente 12 capítulos cortos. 






ENGÁÑAME SI PUEDES.(JONGTAE) (2MIN).🔞 (🌈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora