Un amor entre el bien y el mal.
Los bandos eran enemigos desde siempre, esto no paso desapercibido para el gobierno, pero no podían hacer nada ya que estás organizaciones tenían unas habilidades bastante poderosas que podían detener a cualquier pol...
Corría por todo el edificio buscando una escapatoria, respiraba agitadamente agarrando fuertemente el maletín contra mí pecho. Pero siempre manteniendo mí sonrisa de un ladronzuelo, esto era lo mejor. La adrenalina corría por mis huesos, daba miradas rápidas hacia atrás fijándome si los policías seguían persiguiendo mí cola.
Encontré una escalera, corría lo más rápido que podía saltando algunos escalones para hacer más rápido el viaje. Subí hasta la azotea, me quedé quieto durante unos minutos pensando adónde debería ir ahora. Los policías todavía me seguían, no perdían mí rastro en todo momento.
Creo que fue por la adrenalina o por la desesperación, bien podrían ser las dos pero, ya estaba corriendo hacia el borde de aquel edificio. Por mí mente ya estaba pasando toda mi vida en cuestión de segundos, pero salté. Salté hasta el otro edificio para luego caer dando una vuelta en bolita, me quedé un rato ahí en estado de shock, los policías andaban gritando cosas inaudibles para mí, porque... ACABABA DE SALTAR DE UN PUTO EDIFICIO. Estoy loco, muy loco.
Bajé por aquel edificio siendo lo más cauteloso posible, justo había un baño, entre y me cambié de ropa. Gracias a Dios mí mochila no se había caído.
Entre a un cubículo de este para comenzar a cambiarme. Me quité la capucha de mi campera para luego sacar ésta, me quité la bufanda que tapaba mí boca y mí pantalón. Me puse un traje, lo acomodé un poco para luego salir y arreglar mí cabello en el espejo, aproveché un poco el tiempo extra que me quedaba y acomodé mí corbata, me puse unos lentes negros para agarrar el maletín y salir de ahí.
Salí del edificio, respiré el aire, me hacía falta un poco después de la locura que hice allá arriba. Por lo menos era irreconocible, ahora fácilmente me confundirán con un empresario común y corriente. Empecé a caminar por las calles de Italia, mire mí reloj dándome cuenta que tendría que estar en la organización en menos de 20 minutos. Apresuré mí paso antes de que el jefe me eche la bronca como todas esas 24 veces.
─────── Nombre y apellido: «Anthony Volkovovich». Nacionalidad: Rusa. Color de ojos: Ámbar. Color de cabello: Castaño oscuro. Cumpleaños: 3 de octubre. (Dato extra "irrelevante": De libra) Edad: 21 años de edad.
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Cuando llegué a la organización me recibieron con una mirada un tanto... asustada. Yo seguía teniendo el maletín en mí mano, si lo hubiera perdido ya estaría muerto a manos propias del jefe.
─ Pss, Anthony ─ Miré hacia donde venían aquellas palabras, era mí compañero de misiones. ─ Ten cuidado, hoy el jefe se levantó con el pie izquie- ─ No terminó su frase porque lo interrumpió un fuerte grito, hasta creo que se escuchó en toda Europa.
