Una historia que te va a encantar, data de la Era Taisho.
Cuenta la historia de una chica huérfana que es secuestrada por un demonio, de quien afortunadamente logra escapar y termina en una villa donde todos usan máscaras para esconder su identidad...
– Sé que esto es difícil para tí, Hotaru, pero tomas una buena decisión.
–...
– Ya no tienes por qué ser herrero ahora, firma el contrato y libérate de la carga que te dejaron tus padres.
–... ¡¡Mire mis padres no eran una carga!! ¡¡Haga lo que quiera pero no daré mi título de herrero!!
–...
– ¡¡Haz lo que te dice si no quieres que mi katana extirpe tus bonitos ojos de tu cara, miserable herrero!!
– Kokushibo no tienes por qué... – dijo el líder.
– ¡Déjame hacer mi trabajo, tú me llamaste, ahora déjame terminar esto!... – luego se dirigió a Hotaru – Firma el contrato, herrero.
– ¡... Púdrete en el infierno...!
– ¿Y de dónde crees que vengo? He visto cosas inimaginables, firma ahora si no quieres que te corte el cuello...
–...
– ¡¡KOKUSHIBOOO!!
–...
– ¡¡KOKUSHIBOOO!! ¡¡SAL DE DÓNDE QUIERA QUE QUÉ ESTÉS!!
–... Este día se hace cada vez más interesante.
Para colmo de males, el cielo estaba muy nublado, parecía que iba a llover muy fuerte.
Esperaba ver a Kokushibo, no se iba a librar tan fácilmente de mí.
Poco después, los herreros fueron saliendo de sus casas, y en pocos segundos él salió, teniendo amenazado a Hotaru....
– Suéltalo, inmediatamente.
– ¿Y por qué haría eso? ¿Vas a matarme?
– Ese es, más o menos, mi plan.
Inmediatamente, lanzó a Hotaru dejándolo inconsciente.
– ¡Ahora eres mía!
Yo ya no le tenía miedo, ahora estaba dispuesta a obtener mi libertad.
Comencé a caminar hacia él, pero en un cerrar de ojos, ya estaba detrás de mí, pero no contó con que Kanamori le disparara por la espalda.
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Obviamente no esperaba tal reacción y ahora sus ojos estaban en aquel herrero.
Tenía que hacer que Kokushibo se adaptará a mis movimientos, no iba a ser fácil, pero tenía que intentarlo.
Hasta que llegó al punto en que lo quería...
– ¿Usaste bloqueador, amor mío?
– ¿Qué?
Durante esa distracción, la familia de los ladrones se dividió en dos grupos, el primero, logró empujar todos los minerales a montaña abajo.
Desafortunadamente, eran demasiados minerales que casi destruyen la villa pero muchas piedras golpearon a Kokushibo, al punto de casi quemarlo...
–... ¡¡Te voy a cortar el cuerpo que no quedará ni tu sombra!!
– Entonces que bueno que tengo al Sol de mi lado.
– ¿El sol?
Pronto un rayo de luz comenzó a surgir cerca de Kokushibo, el pobre comenzó a alterarse y trató de buscar sombra, pero....
Sus ojos pudieron ver más allá.
– Ese no es el sol... ¡¡Es simplemente un espejo!!
Creo que había subestimado la astucia de Kokushibo, él rápidamente lanzó su katana hacia el reflejo de luz...
Luego dirigió su mirada hacia a mí, pero no esperó que yo le apuntara con un Kunai...
– He esperado tanto tiempo para este momento...
– Pero no tienes las agallas para hacerlo...
– ¿Quieres probarme?
–...
Por más que quería cortarle el cuello... No podía hacerlo, no entendía el porqué, yo quería matarlo con mis propias manos, pero... Había algo que me lo impedía, tal vez no era lo correcto, después de todo...
Justo en ese momento, el líder volvió a tomar la palabra...
– Señorita Shiroi, al parecer olvidó algo.
Tenían como rehén a Hotaru, y luego uno de sus hombres me amenazó con un arma... Noté que Kokushibo se expresó de forma preocupada, cuando hicieron eso conmigo.
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Tenía sólo dos opciones: rendirme y entregar mi arma o lastimarían a todos los herreros... Empezando por Hotaru...
