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December 1973.
Sujetó su mano con fuerza, con tanta fuerza entrelazó sus dedos con los soy dándole la segunda que no iría a ningún lado, que no estaría solo.
La silla del hospital era algo incomoda, y trás estar horas sentada allí su espalda comenzó a doler un poco, el tiempo parecía estar congelado y solo la angustia predominaba en su corazón. Verlo ahí, en esa cama de hospital era doloroso.
─── ¿Cómo te sientes? ─── Pregunto la castaña sin soltar su mano, mirandolo con ojos cansados por todas las horas despierta, pronto sería medianoche y el aún no podía conciliar el sueño.
Elvis sentía que sí dormía, volvería a perder la respiración, le daba miedo no poder respirar si caía nuevamente ante el sueño, tenía tanto miedo.
No la primera vez, no era la primera vez que caía al suelo inconsciente, no era la primera vez que le faltaba la respiración, no era la primera vez y estaba seguro que tampoco sería la última.
Al no escuchar respuesta, Constanza suspiró levantándose de la silla, soltó la mano de Elvis caminando por la silenciosa habitación, se cruzó de brazos con la garganta seca y el pecho apretado.
Agarró un vaso y sirvió un poco de agua para sí misma, vió la comida y el jugo intacto que las enfermeras le habían traído horas atrás y Presley, y que ni siquiera volteó a ver.
Era la primera vez, primera que veía en carne propia lo mucho que podía llegar esto, la manera tan peligrosa en la que el podía descompensarse. Siempre escucho las historias, era un cuento de boca en boca que afirmaba la situación de salud de Elvis Presley.
No fue hasta que lo conocio que se dió cuenta que todo era verdad, poco a poco lo vio deteriorar su salud, sus ánimos, caer más en esas sustancias.
El hombre radiante que conoció hace unos meses se estaba debilitando.
─── Deberías tomar un poco de jugo, Elvis ─── Le aconsejó acercándose a él después de beber ese necesitado vaso de agua, colocando su mano en su hombro ─── La doctora dijo que era bueno para tí ahora, una baja de tensión es peligrosa.
Frotó su hombro comprensiva, esperando que aceptará al menos beber algo trás estar horas en silencio, Pero los ojos rojos por el agotamiento del cantante solo estaban fijos en otra cosa, pensando.
Hablo, finalmente dijo algo pero no era la respuesta que ella esperaba.
─── Estoy cansado ─── Admitió asintiendo lentamente ─── y además de eso, creo que soy más destructivo que antes conmigo mismo.
