¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
▬▬▬▬▬▬▬▬
October 1973.
Tantas cosas en la cabeza, debía concentrarse en sus deberes, tendía a distraerse de sus obligaciones, de su trabajo últimamente y eso tarde o temprano le pasaría factura.
Caminó por las calles de Santa Monica cayendo la noche pensando en lo que debía hacer para quitarse esa distracción de la cabeza, pero no podía, llevaba días intentándolo.
No era una distracción, estaba preocupada.
Llegó al estacionamiento de su hogar caminando pesadamente, arrastrando los pies, el cabello a nivel de sus hombros le estaba molestando, fue un día largo y caluroso.
Le llamo la atención un Cadillac en el estacionamiento, no lo había visto antes pero a un lado del bonito auto estaba alguien que si conocía.
─── ¿Jerry? ─── Exclamó dudosa mirando tímidamente a aquel hombre que tenía un cigarrillo entre sus dedos, este al verla recobro la postura, viéndose aliviado de estar ante ella.
─── ¿Qué tal, Constanza? ─── Saludo el hombre suspirando, la jóven asintió sin saber que más hacer, no hablaba mucho con el a decir verdad.
¿Qué hacía el ahí?
─── ¿Pasa algo? ─── Pregunto sujetando su bolso con fuerza, tenía ganas de preguntar tanto, quitarse esa preocupación de encima.
¿Pero quién era ella para el? Nadie.
─── No, no. Solo que... E.P quiere verte ─── Respondió Schilling bajando la tonalidad de su voz al mencionar dicho nombre, la joven abrió los ojos sin creerlo.
Desde su cumpleaños no sabía nada de Elvis, una semana sin saber de él y mucho más tiempo sin verlo. Ahora quería verla.
─── Claro, sí no estás ocupada ─── El cigarrillo entre sus dedos había terminado de consumirse, tirando el resto al suelo.
Lo pensó un momento, su preocupación no podía compararse con el duro momento que debe estar atravesando Presley.
Después de todo, hoy se había divorciado.
─── No, no estoy ocupada ─── Respondió pasando saliva con nervios ─── También quiero verlo.
Jerry la observó detenidamente unos segundos, la muchacha Californiana le resultaba tan curiosa y gentil, pensaba que en cualquier momento ella se terminaría cansando de su amigo y jefe. Pero no lo hizo.
