2. El sorteo

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* * *

El tren se frenó en una estación, y todos los niños de primer año estaban viendo al castillo con fascinación. Puede ser que algunos más que otros, pero ninguno veía con indiferencia el gran castillo en sus ojos.

Olivia se levantó para mirar por la ventana, sintiendo como si todo lo que estaba a su vista fuera una invención de su cerebro y que en verdad estaba durmiendo en su casa. Emily había pegado una mano a la ventana, porque aunque había oído historias de sus padres toda la vida, ninguna palabra que podía haber oído se comparaba con la vista ante sus ojos.

Los niños comenzaron a salir del tren, todos vestidos ya con túnicas negras idénticas, aparte de sus respectivas corbatas.

Olivia giró la cabeza, fijando sus ojos en los de Emily — ¿A qué esperamos? ¡Vamos! — Dijo con mucha emoción la niña. Olivia era una chica de pelo negro, aunque había gente que le decía que al sol parecía marrón como los robles; su pelo se acostumbraba a ondular a partir de las orejas, que llegaba hasta unos centímetros más abajo de sus hombros. Poseía unos ojos como los de un ciervo, de un color marrón intenso, los cuales estaban rodeados por una tez morena. Pero, a pesar de sus rasgos oscuros, todo el mundo que la conocía sabía que era un sol de niña.

Las dos chicas salieron del tren, observando a las decenas de estudiantes que también estaban ahí.

— ¡A ver, los de primer año! — Ambas chicas giraron sus cabezas a donde la voz provenía. Era un hombre alto, muy alto, enorme. Aparte de poseer una barba descuidada, como su vestimenta. Pero, igualmente, algo en sus ojos era acogedor, a pesar del miedo que daba su físico. — ¡Por aquí, por favor! — El señor, Hagrid, realizaba gestos dando a entender que los niños de primer año se acercaran a él. — ¡Los de primer año, vamos, no seáis tímidos!

Las 2 niñas se acercaron a él, junto con otras decenas de niños, los cuales la mayoría parecían igual de perdidos que ellas. Ninguno de ellos llevaba la túnica con un escudo, como los niños más grandes, a eso se debería referir Emily con lo de las casas, pensó Olivia.

— ¡Por aquí están los botes, seguirme! — El hombre barbudo se dio la vuelta y comenzó a caminar, mientras decenas de niños alucinados por todo lo que tenían a su vista lo seguían. Los niños miraban de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, como tratando de ver todo, que no se les escapara nada.

Y, antes de que se dieran cuenta, ya habían atravesado un lago en botes, subido unas escaleras que les habían parecido interminables, atravesado unos terrenos bañados por la luz de la luna, y unos pasillos grandes como los de una catedral iluminados por velas. Pocos niños olvidarían esa experiencia en algún punto de su vida. Ahora todos se encontraban subiendo otras escaleras que parecían infinitas, que llevaban al gran comedor, según les dijeron.

Algunos niños estaban callados, aunque ellos ya eran una minoría, parecía ser que todo el mundo había subido el tren con amigos de antes o había hecho amigos en el tren; por lo que la mayoría de niños estaban hablando entre ellos. Pero, al llegar al final de las escaleras, todos los niños se callaron tras un ruido de manos chocando, un aplauso de atención.

— Bienvenidos a Hogwarts. — Dijo una bruja, seguramente una profesora, de aspecto estricto, pero no tan severo como la bruja que había llevado a Black a la estación, pensaron ambas niñas. — En breves instantes os uniréis a vuestros compañeros, pero antes de sentaros debéis ser seleccionados en una de las casas. — Continuó hablando la bruja. — A saber, Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw o Slytherin. — Algunos alumnos fueron sonriendo mientras ella mencionaba la casa a la que querían pertenecer. — Mientras viváis aquí, vuestra casa será como vuestra familia, vuestros triunfos os ganarán puntos, y cualquier incumplimiento de las normas hará que los perdáis. — La bruja los miró como si estuviera advirtiéndoles a todos. — Al final del año, la casa con más puntos será galardonada con la Copa de las Casas. — Puede que la profesora fuera a continuar hablando o no, pero un niño la interrumpió.

The Black Heir - Arcturus Orion BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora