10 de Agosto
Roger ha llamado hoy cuatro veces, pero me negué a contestarle. Los abuelos quieren que me quede unos días más hasta que me encuentre mejor, pero no puedo, sencillamente no puedo mirar a Roger cara a cara mientras no ponga orden en mis ideas. Oh, ¿cómo pude meterme en este berenjenal? ¿Te das cuenta de que perdí mi virginidad cuatro noches antes de volver a ver a Roger? ¡Qué ironía más espantosa! Pero incluso sin esto,
¿habría comprendido lo de los viajes con ácido? ¿Me habría querido después? Antes realmente no me importaba, pero ahora sí. ¡Y es demasiado tarde!
Necesito hablar con alguien. Debo encontrar a alguien que entienda sobre drogas y hablarle. ¿No podría hablar con alguien de la universidad de papá? Oh, no, no, no, se lo dirían a él y luego me encontraría realmente en un lío tremendo. Tal vez podría decir que estoy haciendo un trabajo sobre las drogas, algo para mi asignatura de ciencias, pero eso no podría hacerlo hasta que empiecen los cursos. Creo que será mejor que me tome algunas de las píldoras que el abuelo tiene para dormir. Sin ellas no podré pegar ojo. Incluso será mejor que me lleve unas cuantas de reserva. Tiene muchas y estoy segura de que en casa, antes que todo entre en orden, pasaré unas cuantas noches malísimas. Oh, ojalá sólo fuesen unas
~llantas13 de Agosto
Es todo lo que puedo hacer para no llorar. Mamá y papá acaban de llamar para decir que están muy orgullosos de tener una hija como yo. No hay palabras que puedan expresar lo que siento.
14 de Agosto
La abuela me acompañé hasta el avión. Cree que Roger y yo nos hemos peleado. Me estuvo diciendo que todo se arreglaría y que este mundo está hecho para que la mujer sea sufrida, paciente, tolerante y comprensiva. ¡Oh, si supiera! Mamá, papá, Tim y Alex vinieron a recibirme y me dijeron que estaba muy pálida y lánguida, pero jamás fueron tan cordiales y encantadores. Es bueno estar en casa.
Debo olvidarlo todo. Debo arrepentirme y perdonarme y empezar de nuevo; después de todo, apenas tengo quince años y no voy a detener la vida ni abandonarla. Además, desde que reflexioné sobre la muerte del abuelo no quiero morir. Tengo miedo. ¿No es horrible e irónico? Tengo miedo de vivir y miedo de morir, como dice el espiritual negro.16 de Agosto
Mi madre me obliga a comer. Me prepara todos mis platos favoritos, pero apenas los pruebo. Roger me ha escrito una larga carta preguntándome si me encuentro bien, pero no tengo ni la energía, ni la fuerza, ni el deseo de contestarle. Todo el mundo está terriblemente preocupado por mí, y la verdad es que yo estoy terriblemente preocupada por mí misma. Todavía no sé si estoy embarazada, no lo sabré hasta dentro de diez o doce días. Oh, ruego a Dios que no lo esté. No dejo de preguntarme cómo pude ser tan idiota, y no hay más respuesta a la pregunta que ésta: soy una idiota. Una estúpida, taruga, insensata, necia, ignorante idiota.
17 de Agosto
He consumido las últimas píldoras para dormir que le quité al
abuelo y estoy hecha un guiñapo
No puedo dormir y estoy completamente decaída, mamá insiste en que debe yerme el doctor Langley. Tal vez me ayude. Haré lo que sea.18 de Agosto
Esta mañana he ido a ver al doctor Langley y se lo he dicho todo sobre mi insomnio. Me ha hecho muchas preguntas sobre el porqué no puedo dormir, pero yo le contesté repetidamente que lo ignoraba. «No lo sé, no lo sé, no lo sé.» Finalmente claudicó y me dio píldoras. En realidad no necesito tanto dormir como evadirme, escapar. Es una manera de escapar maravillosa. Cuando pienso que ya no puedo aguantar más, me tomo una píldora y espero ese dulce nada que va llenándome. En este punto de mi vida, la nada es mucho mejor que el algo.
20 de Agosto
No creo que las píldoras para dormir que me receta el doctor Langley sean tan fuertes como las del abuelo, porque debo tomarme dos, y a veces tres. Quizá será porque soy tan nerviosa. De todas maneras, no sé hasta cuándo podré aguantar; si no ocurre algo y pronto, creo que mi cerebro va estallar.
22 de Agosto
Le dije a mamá que llamara al doctor Langley. Voy a pedirle algunos tranquilizantes. No puedo dormir ni de día ni de noche y así no puedo andar por ahí, por eso espero que me los dé. Tiene que dármelos!
23 de Agosto
Los tranquilizantes es lo más estupendo. Esta tarde me tomé uno antes de la llegada del cartero, que traía otra carta de Roger. En vez de inquietarme, me senté y le escribí vaciándole toda mi alma, pero, naturalmente, sin decirle una sola palabra sobre mis viajes con ácido o sobre el «rápido»; por supuesto, no le hablé de Bill ni de mi posible embarazo, sólo le escribí sobre las cosas importantes que nos conciernen.
Incluso he empezado a preguntarme si no podría iniciar a Roger, aunque fuese una vez, para que comprendiera. ¿Podría hacerlo? ¿Podría hacerle emprender su primer viaje sin que él lo supiera, como me ocurrió a mí?
¡Ah, si yo me atreviera! Parece como si hubiese estado ata da mucho tiempo; tal vez son las píldoras de dormir y los tranquilizantes, pero hay momentos en que quisiera soltarme, totalmente, aunque supongo que esos días pasaron para siempre. ¡Estoy en un mar de confusión!
¡Desearía tener alguien con quien hablar!26 de Agosto
Qué día maravilloso, hermoso y feliz. Me ha venido la regla. Nunca había sido tan dichosa en mi vida. Ahora puedo arrojar por la borda las píldoras de dormir y los tranquilizantes. Puedo ser yo otra vez. ¡Hurra!
6 de Septiembre
Beth llegó del campamento, pero apenas es la misma. Conoció aun tipo judío con el que sale en serio. Están juntos, día y noche. Tal vez estoy celosa porque Roger vive tan lejos y el curso ha comenzado, y Alex y sus alborotadoras amiguitas me vuelven loca y mamá ha empezado a ser de nuevo mi sombra.
Hoy he bajado a la bellísima boutique, donde encontré un par de mocasines preciosos, una chaqueta con flecos y unos estupendos pantalones a juego. Chris, la muchacha que trabaja allí, me ha enseñado a plancharme el pelo -lo que hice esta misma noche-, y ahora lo tengo perfectamente liso. ¡Estupendo! Estupendo, pero mamá no lo soporta. Bajé para mostrárselo y me dijo que parecía una hippie y que esta noche, papá, ella y yo debemos tener una pequeña cnversación. Podría decirles una o dos cosas, pues imagino que sexo sin drogas no es ni siquiera la loca maravilla que se experimenta por ahí. De todos modos me parece que cada vez hago peor las cosas. Me estoy volviendo de tal manera que, haga lo que haga, no puedo satisfacer a los que mandan.7 de Septiembre
Anoche fue la hecatombe. Mamá y papá derramaron flores y lágrimas para expresar lo mucho que me quieren, lo preocupados que han estado por mi actitud desde que regresé de casa
de los abuelos. Detestan mi pelo, que todavía quieren que lleve como los críos, y hablaron, hablaron, hablaron, pero sin escuchar ni una sola vez lo que yo trataba de decirles. Es más, al comienzo, cuando manifestaban su
profunda
preocupación, sentí el irreprimible deseo de estallar y contárselo todo.
¡Deseaba tanto decírselo! Más que nada en el mundo, quería convencerme de que me comprenderían, pero, naturalmente, siguieron hablando y hablando porque son incapaces de comprender nada. ¡Si al menos los padres escucharan! Si por lo menos nos dejaran hablar de vez en cuando en lugar de estar eternamente, continuamente sermoneando y refunfuñando, y corrigiendo y pinchando, pinchando, pinchando! Pero no escucharán. Sencillamente, no pueden escuchar, o no quieren, y nosotros venga dar vueltas en el viejo, frustrado, solitario agujero, sin nadie con quien comunicar ni verbal ni físicamente. Afortunadamente tengo a Roger, si es que lo tengo...
ESTÁS LEYENDO
Preguntale a Alicia
Teen FictionPregúntale a Alicia es un libro anónimo, publicado por primera vez en 1971. Presentado como un diario personal auténtico, narra las vivencias de una adolescente que se escapa de su casa y se vuelve adicta a las drogas.