-----𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐢𝐭𝐚 小公主 [𝙈𝙖𝙙𝙖𝙧𝙖 𝙐𝙘𝙝𝙞𝙝𝙖]

"𝓜𝓪𝓭𝓭𝔂..."

No podia y simplemente se negaba a estar sin él, sin Madara. Él había sido todo para ella y desde que vio a su hermano matando a su amado dejó de ser su hermano para ella, eso no lo hacía un hermano y mucho menos hacía su hermana pequeña, la cual defendería con su vida. Tal y como lo haría Madara. Su excusa era "El le quería hacer daño a Konoha!" Siempre le decía lo mismo, todos los días para que si querida hermana entrase en razón, ella se negaba a creer eso.

Madara no era capaz de dañar a Konoha y mucho menos si tenía a su princesita a su lado. El la amaba con su alma y no lo pensaría dos veces si tenía que dar su vida por ella y si tenía que simplemente perder su orgullo por ella, lo haría. Haría hasta lo imposible por ella, por su mundo

Había pasado un año desde la muerte de Madara, 16 de diciembre, la navidad se acercaba y con ella él invierno. T/n estaba en aquel lago, donde solían entrenar y pasar su tiempo juntos, el clan Uchiha le había demostrado todo su apoyo y comprensión a la chica. Ella simplemente agradeció por tal acto.

Ahí estaba, en aquel lago mientras miraba su anillo, aquel anillo que EL le había dado, le había prometido que se iban a casar. Que iban a pasar el resto de su visa juntos,  se lo prometió con el meñique y ella cada vez que veía ese anillo en su dedo anular se largaba a llorar, pues aunque haya pasado un año aún le afectaba demasiado la muerte de aquel hombre.

El lago estaba casi cristalizado por completo y en el reflejo se veía a ella, tenía su ropa de invierno y una cuello suavecito de Madara, tenía su olor, eso la hacía poder dormir. Sentir su olor, sentir como si él estuviera ahí la ayudaba a reconciliar su sueño pero al despertarse y ver que él no estaba ahí solo lloraba como si su vida dependiera de ello.

Se miraba en su reflejo, tenía una cara deprimida, sus ojos rubíes brillosos ahora eran opacos y vacíos, como si le hubieran arrebatado todo sentimiento y sentido de vivir...de vivir sin él.

Aquella sonrisa que la caracterizaba ya no estaba ahí, en su lugar solo había una mueca de tristeza y dolor puro. Ella lo extrañaba demasiado, había muerto un día antes de su aniversario de tres años juntos. Y este año si él siguiera aquí cumplirían cuatro, aunque él ya no estuviera aquí, ella seguía siéndole completamente fiel. Como si él aún estuviera con ella y la vigilase.

Decidió ir al cementerio y ahí entre tantas tumbas ya se sabía el camino de memoria hacia aquella tumba con el logo Uchiha

"Madara Uchiha"

Ese nombre calaba en lo
Más profundo de ella. Hace poco se había enterado de la verdad, de él odio que tenía ese hombre por la aldea, por sus hermanos, por su clan. Pero que aún así la amaba y ella sabía que él de verdad la amaba. Muchas veces lo demostró en público dejando su orgullo de lado y defendiéndola de quien sea.

Dejó las rosas blancas en aquella tumba y se dedicó a mirarla en silencio

— Te amo Madara. Aunque tu sientas odio por la villa, mi clan y mis hermanos yo aún así te amo —

La chica sonrió y se levantó para salir de ahí y ir a su casa, estaba sola ahí y decidió tomar una cruda decisión.

A las pocas horas Hashirama había decidió ir a visitarla al no verla por ningún lado, al entrar en la casa de ella la escena que vio fue una estaca directa en su corazón

Su hermana, su vida, su mundo. Estaba colgada del techo de su casa, ya se notaba que estaba ahí hace horas. Hashirama se sentó en el piso mirando su cuerpo sin vida, no sentía el valor suficiente para derramar lágrimas por ella, sabía que ella lo odiaba, lo odiaba por lo que había hecho. Aunque ella supiera la verdad de Madara nunca lo iba a dejar de amar. Y eso se demostró cuando ella misma se quitó la vida y dejó una carta escrita con una única frase

"Solo con ÉL mi alma puede descansar y estar en paz"