28| El parque del perdón

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Olivia

-¿Entonces?- preguntó el chico mirándola fijamente.

-Con todo lo que está sucediendo con Lauren... no lo sé, Evan.

-Mi contrato terminará pronto, tendré que renovarlo o mudarme, Liv. Y me gustaría vivir contigo.

Olivia tomó una de las manos de su amigo entre las suyas.

-Lo sé, yo también. Pero...

-Sin presiones- le dijo él con una sonrisa- Es solo que pensé que ya no querías seguir viviendo con Colette, pensé que querías salir de allí y lo más sensato era mudarnos juntos un poco más cerca de la escuela.

Olivia hizo una mueca. Ella nunca había expresado que no quisiera seguir viviendo con Colette, es más, nunca lo había sentido. Solo pensó que Evan quería mudarse con ella porque era más conveniente para ambos.

-No es eso, Evan...

-Está bien, Liv. Lo hablaremos luego, tengo terapia.

Evan se despidió dándole un suave beso en la mejilla. A Olivia le pareció raro que él hubiera salido con tanta prisa, pero al ver al otro chico parado en la puerta todo cobró sentido. Noah ni siquiera escondió su mueca de desagrado hacia Evan, y aún peor, Evan ni siquiera miró a Noah.

El hombro de Evan iba muy bien, asistía a terapia y ya casi había recuperado la movilidad total, sin embargo, aún no podía bailar ni de lejos. Tendría que esperar algunos meses para volver a hacerlo.

-Solo te quería avisar que ya terminé mi clase de las 4, podemos empezar- dijo Noah desde la puerta, no se atrevía a acercarse a ella si no era necesario.

-Bien, voy en un minuto- dijo Olivia.

Llevaban una semana ensayando casi sin hablarse, solo lo hacían cuando era necesario. Se limitaban a bailar, cerrar el lugar cada noche e irse juntos a casa sin hablar, se había convertido en una rutina que a ninguno le gustaba pero que por suerte estaba funcionando. Habían avanzado mucho en la coreografía, ya estaba casi completa y solo debían ensayar y ensayar y ensayar.

Una hora después estaban refinando pequeños detalles de su coreografía. Habían escogido una pieza clásica, romántica y muy teatral. Pero como el concurso dictaba que fuera una pieza moderna, hicieron una combinación de la pieza clásica con una canción mucho más moderna.

-Puedes poner tu mano aquí- dijo Olivia tomando la mano de Noah y ubicándola sobre su cadera.

-Pensé que te podría incomodar.

-No me importa, sólo estamos bailando- mintió Olivia.

Sintió como Noah tragó con fuerza.

-Claro.

Ahora parecía como si Noah tuviera miedo de tocarla, había pasado de intentar tocarla cuando tuviera oportunidad a no tocarla nunca, ni siquiera cuando debía. Y a Olivia eso le molestaba muchísimo.

-¿Otra vez?

Noah solo asintió con la cabeza.

Olivia puso la música una vez más y comenzaron a bailar. Un conjunto de pasos, cargadas y piruetas les salían a la perfección. El dueto de Romeo y Julieta daba paso a sentimentalismos y ternura, y aunque el dueto que le seguía, el de Time of my life de la película Dirty Dancing también era romántico, era emocionante y emanaba una sensación de añoranza digna de ganar un premio mayor. Y también había sido una excusa perfecta para eliminar el beso del dueto de Ballet, Olivia se negaba a besar a Noah otra vez.

Noah la dejó sobre el suelo suavemente después de la cargada que les había costado mucho pero que ya habían perfeccionado.

-Y ahí comienza Time of my life- dijo Olivia limpiándose la falda con las manos. Estaba nerviosa por lo que estaba por comenzar.

Té para tres 2: Té sin azúcar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora