039| Un chico en busca de respuestas

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MARATÓN 2/3

Noah

-¿Noah?- preguntó Olivia mirando directamente al muchacho.

Noah tuvo que aclararse la garganta antes de dar un paso hacia delante para por fin explicarse. Había esperado años para poder decirle a Olivia todo, pero no solo dependía de él así que vio a la mujer en la camilla, ella asintió suavemente con la cabeza, le daba permiso para contarle todo a Olivia.

-Es verdad, Daisy me pidió volver.

-¿Qué?- preguntó Olivia soltando a su abuela de repente- Pero ustedes... ustedes no se conocían, ustedes no...

-Nos conocemos hace años, Liv.

-¿Qué?- las lágrimas de Olivia han sido reemplazadas por el rojo en sus mejillas- No puede ser, eso no es cierto.

Olivia se puso de pie, sus ojos mirando a Noah con tristeza.

-No me mientas, Noah.

Eso le instaló un nuevo dolor en el pecho a Noah, no culpaba a Olivia por no confiar en él pero aún así dolía mucho ver la desconfianza en los ojos de la chica que amaba. Noah dio un paso hacia Olivia pero la voz de Daisy Murphy lo detuvo.

-No está diciendo mentiras, mi Rosie. Conozco a Noah desde hace mucho tiempo.

-No entiendo...

-Conocí a Noah mucho tiempo antes de que siquiera consideraras ir a Juilliard.

-Ya sabías quién era la primera vez que nos vimos- le dijo la chica a Noah.

Noah recordó la primera vez que vio a Olivia, allí en ese salón después de que ella lo encontrara con la cara entre las piernas de la maestra. Lo tomó por sorpresa. No era así como Noah había planeado conocerla, es más, ni siquiera pensaba hablarle, simplemente pensaba mirarla de lejos todo el semestre. El destino les jugó de una manera diferente y Noah terminó encontrando a Olivia muy fascinante.

-Si.

-Y no me dijiste nada- susurró Olivia mientras su cerebro intentaba entender todo lo que le estaban contando.

-No quería mentirte, Liv.

De pronto, la mirada de Olivia ya no era suave, se tornó oscura y nublada con rabia, su cuerpo desprendía ira y las manos apretadas en puños a su lado contenían las emociones que iban creciendo a cada segundo.

-Por eso fue tan fácil entrar a Juilliard. Por eso me dieron una beca tan grande- comenzó murmurando para sí misma- Por eso no me dejabas tranquila cuando me conociste, por eso conocías tanto de mí, supiste cómo acercarte a mí... ya me conocias, ya sabías todo de mi.

-No te conocía realmente, Olivia. Te fui conociendo con el tiempo, enamorándome de ti...

-Ella te mandó a vigilarme- susurró Olivia para sí.

-No fue así como pasaron las cosas.

-¡Nunca me dijiste nada!- gritó la chica cuando el nudo en su garganta por fin se desató y con él todo el resentimiento que tenía guardado- ¡Sabías todo y nunca me dijiste!

-No podía decírtelo, no se suponía que debíera hacerlo- explicó el chico rápidamente- No se suponía que debía conocerte, no debíamos ser cercanos, enamorarnos...

Olivia soltó una carcajada irónica y se giró hacia su abuela.

-¿También lo mandaste a enamorarme y luego dejarme?

-¡Olivia ya basta!- gritó la mujer un poco más alto de lo que debía.

Los tres se quedaron en completo silencio por unos segundos, ninguno se esperaba que Daisy fuera a gritar en esas condiciones.

Té para tres 2: Té sin azúcar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora