022| La belleza de las hortensias

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Colette

El aire seguía siendo húmedo y caliente a pesar de ser de noche, la situación no mejoró en el interior de la estación del metro, y mucho menos dentro del metro en sí. Harry y Colette se encontraron sin un lugar para sentarse dentro del metro, este estaba atestado de gente a pesar de que ya eran pasadas las 9 de la noche. Colette estaba de pie, pegajosa, sudorosa y cansada.

Por eso justamente era que Colette odiaba el sucio metro de Nueva York. Sin embargo, su compañía hizo que el momento no fuera completamente detestable.

Harry estaba justo detrás de ella cubriendola con su cuerpo de manera que ninguna otra persona pudiera tocarla. Colette iba aferrada al frío tubo de metal que impedía que saliera volando cada vez que el metro se detenía, su mano estaba justo debajo de la de Harry y apenas se rozaban un poco, pero aquello hizo que Colette se sintiera más segura y odiara un poco menos el metro.

Cada poco el aparato se detenía bruscamente y hacía que inevitablemente el cuerpo de Colette se chocara con el de Harry. Él no parecía incómodo, al contrario, sostuvo a Colette muchas veces.

-Te tengo- le dijo con cierto aire de diversión pero a la vez completamente serio, como si lo dijera en serio.

Cuando una de las sillas se liberó, Harry se lanzó a por ella y dejó que Colette la tomara, cosa que ella agradeció infinitamente pues sus pies estaban matándola y Harry no parecía cansado en lo absoluto. Él se mantuvo de pie y cada poco Colette se encontraba con su mirada. Harry le sonreía, ella también lo hizo.

Cuarenta minutos después por fin llegaron a su destino, se encontraban en un pequeño barrio no muy lejos de su hogar. Harry le había dicho que tenía que hacer algo importante y Colette no había dudado en acompañarlo.

-Vamos a la florería de mi tío- comentó Harry cuando ambos por fin salieron de los túneles y se encontraron con el cielo nocturno de nuevo.

Colette asintió con la cabeza y lo siguió. Ella sabía poco de la vida de Harry, ni siquiera sabía porque estaba en Nueva York exactamente, ni por qué trabajaba en una florería. Sabía que había nacido en Londres y que le gustaba leer. Habían estado pasando bastante tiempo juntos últimamente y no sabía mucho más que eso, de repente le entró mucha curiosidad.

-¿Por qué trabajas en una florería?- la preguntá salió de Colette sin esfuerzo, no pretendía preguntar nada pero su curiosidad había sido demasiada como para guardarse sus inquietudes.

-Es mi plan por ahora supongo- comentó él mientras caminaba a su lado con las manos en los bolsillos- No sabía qué hacer después de la universidad así que decidí mudarme de país y venir a trabajar con mi tío.

-¿Fuiste a la universidad?- preguntó Colette- ¿Qué estudiaste?

-Escritura creativa- respondió él con cierto aire de orgullo. Colette esbozó una pequeña sonrisa, esa carrera le pegaba perfectamente a alguien como él. Calmado, algo reservado y callado, pero muy creativo y dulce.

-¿Hace cuánto terminaste?

-Hace poco más de dos años, estuve unos cuantos meses en Londres probando suerte con la escritura, pero luego decidí venir a Nueva York a probar suerte aquí... y creo que me ha funcionado muy bien últimamente.

-¿Has podido avanzar con la escritura?- preguntó Colette con ilusión.

-No exactamente... pero he conocido a personas muy interesantes.

Colette no lo estaba mirando, pero sabía que él estaba sonriendo mientras la miraba.

-¿Por qué Nueva York?- Colette no solía preguntar mucho pero estaba genuinamente interesada en las respuestas de Harry.

Té para tres 2: Té sin azúcar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora