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❝Siete veces Alexandrya Velaryon ❞

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Capilla 

La capilla de la Fe de los Siete se erguía majestuosamente en el corazón de la ciudad, sus altas torres de piedra blanca alcanzando los cielos. Su arquitectura imponente y detallada había sido meticulosamente esculpida a lo largo de los ultimos años, con intricados relieves de santos y escenas religiosas adornando sus paredes. Las vidrieras verdes dejaban pasar la luz del sol, proyectando un mosaico verdoso en el suelo de mármol.

En el interior de la capilla, Otto Hightower, se encontraba de pie junto al septo supremo. A su alrededor, se ubicaban varios septones y septas, entonando cánticos sagrados y arrojando incienso al aire, creando una atmósfera solemne.

En la primera fila, Aemond y Aegon,  estaban sentados en sillas ornamentadas. Vestían túnicas de seda negra que les habian brindado minutos antes, mostrando señales de luto por la trágica muerte de su amada.

Una total hipocresia, el hombre que la habia mandado a matar lucia una mascara de falsa pena, sabian muy bien que no sentia para nada la muerte de Alexandrya y que habia mandado un cuervo a Bastion de tormentas para buscarle una esposa a Aemond, ademas cada punto estaba rodeado por un capa dorada el cual se aseguraria de que nadie salga del lugar, pero estaban seguros, eran invitados.

Detrás de ellos, un grupo heterogéneo de personas se apiñaba en los bancos de madera. Había miembros del pueblo, hombres y mujeres comunes que habían venido a rendir homenaje a Alexandrya. Sus expresiones variaban entre la tristeza y la curiosidad, sus ojos llenos de emociones encontradas mientras observaban la ceremonia.

Entre la multitud, también se encontraban los destacados Capas Doradas, la guardia personal del rey. Se mantenían erguidos y vigilantes, sus brillantes armaduras resplandecían bajo la luz de los candelabros. Uno de ellos destacaba entre los demás: Gwayne Hightower, el comandante de la guardia. Con una mirada severa e irradiaba autoridad y lealtad.Aunque muy pocos sabían de aquello que ocultaba el hijo de Otto, no poseia lengua para poder expresarse despues de hablar de mas frente a la legitima reina.

Sin embargo, el cuerpo de Alexandrya no estaba presente en la capilla. Otto Hightower había dejado en claro que no se llevaría a cabo un velorio en un lugar sagrado, solo se ofrecería una misa en su honor. Tras la ceremonia, se  organizaria una cena privada a la que solo asistirían los señores de las casas más importantes del reino en ese momento. La cena, un encuentro reservado para tratar asuntos de estado y mostrar respeto a la fallecida , tendría lugar en los salones del castillo real.

El septo supremo, ataviado con sus ropajes sagrados, se acercó al púlpito central en la capilla . Su voz resonó en el amplio espacio, llena de solemnidad y tristeza falsa:

-Hermanos y hermanas en la fe, nos hemos reunido aquí hoy para honrar y recordar a una valiosa alma que ha partido de nuestro mundo, el extraño se la llevo consigo . Alexandrya Velaryon, hija de Laenor Velaryon y Rhaenyra Targaryen- al decir esto algunos murmullos seescucharon entre los presentes, las puertas de la capilla estaban cerradas solo entraron hasta llenar la capacidad maxima, gran parte si no es decir la gran amyoria de los ciudadanos estaban aglomerados fuera de las puertas- apodada el Diamante Marino y conocida por su incomparable belleza, ha sido llamada a los brazos de los Siete. Su pérdida nos entristece profundamente, y compartimos el pesar de su familia y amigos en este momento de aflicción-

El septo continuó su discurso, pronunciando palabras de consuelo y recordando la vida de Alexandrya, resaltando sus virtudes , Otto miraba a otro lado cada vez que se decia algo de ella.Las campanas sonaron siete veces en honor a Alexandrya. Sin embargo, en ese preciso instante, la puerta principal de la capilla se abrió de par en par, dejando entrar a un grupo de pueblerinos que no habían logrado ingresar anteriormente. Entre ellos, se distinguía una figura esbelta y elegante: Helaena Targaryen, hermana de Aemond y Aegon, nieta de Otto, sosteniendo de la mano a Gaemon, el hijo de Aegon.

Veneno de dragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora