ෆHijo de Afroditaෆ [KookV]

03

El paño húmedo dejaba escapar el agua tibia entre sus manos, para después dejarlo sobre su frente con cuidado, apartando los mechones de pelo rubios y colocarlos bien tras su oreja, mientras le regalaba una hermosa sonrisa, haciendo que sintiera un pinchazo en su corazón.

La culpa lo comía, pero a la vez el amor le dolía.

Los días habían pasado , su estancia en el castillo fue tranquila, pero dolorosa al mismo tiempo, con sus propios ojos Taehyung vio como los labios de Jungkook eran besados por los de Jimin, sentir envidia de como se tomaban de las manos y se miraban sonrientes, felices en su vida de pareja y él...

Taehyung solo era un espectador lejano.

Con la cabeza agachada debía de aguantar las lagrimas, el dolor de su pecho al ver como el vampiro amaba a alguien más, pero no tenia derecho de sentirse así... 

Jungkook estaba comprometido con Jimin.

Jimin.

Había sido tan amable en su estadía en el castillo, tan dulce y cuidadoso, ayudándolo en todo lo que necesitaba, Jimin estaba ahí y eso le dolía, lo mataba...

La culpa lo mataba por dentro, viendo la sonrisa que el pelo gris le dedicaba, como lo miraba con ojos inocentes.

Si él supiera...

Pero no podía evitar sentir algo por Jungkook.

Su corazón latía pronunciando el nombre del vampiro, había probado sus labios y el calor de su cuerpo, las caricias de sus manos y las dulces palabras de su corazón, había caído en el pecado de la carne y dejado llevar por el calor de la lujuria , aunque en ese momento no se sintió arrepentido, había estado con  su alma gemela.

Habían conectado, aunque después fue rechazado y abandonado entre lagrimas.

Su alma llamaba a Jungkook con desespero.

Deseaba ser amado.

Deseado.

Besado.

Abrazado por él.

Lo quería.

Aunque eso le doliera.

Pero ahora...

Jimin caminaba hacia él con una sonrisa y un montón de ropa en su brazo derecho y en el izquierdo traía comida, un poco de miel y frutas dulces para recuperar las fuerzas, las dejo en la mesilla junto a la cama y en un sillón la ropa, empezando a mostrársela una a una. 

—¿Te gustan? Puedo traerte otros, mis armarios están llenos y puedes coger las que quieras-dijo el peli gris con una sonrisa, mostrándole un hermoso vestido de color granate, parecido al vino.

Los ojos del rubio brillaron como estrellas en la noche, la figura de aquel vestido se dibujo en sus pupilas y su rostro se iluminó como la Luna llena, los colores volvieron a él y Jimin se dio cuenta de esto.

—¿Te gusta este verdad? –dijo Jimin agarrando el vestido, dejando los demás a un lado y se acercó rápidamente al rubio para mirarlo en el espejo–¡Es un color muy bonito, seguro te queda genial!

Coloco el vestido pegado al pecho de Taehyung y se giraron a verse en el espejo, Jimin con una gran sonrisa observando lo bien que le quedaba, mientras que el hada estaba sorprendido viendo su reflejó.

Tan elegante.

Bello.

Perfecto

Se veía tan irreal ante sus ojos.