02

2.7K 290 73
                                    





Sus ojos estaban irritados de tantas lagrimas, su cuerpo frio permanecía quieto en la esquina de aquel gran salo, vestido de nuevo con sus harapos, abrazándose a si mismo, Taehyung se sumergía en su tristeza y dejando que el frio de la noche lo envolviera por completo, sus labios temblaban, no solo por el frio sino por la impotencia de querer hablar, pero no tener fuerzas para hacerlo.

La habitación estaba iluminada por el fuego que expulsaba la lengua que aquel perro infernal, que hacia horas atrás quiso matarlo y ahora lo miraba con pena, con las orejas hacia abajo y haciendo pequeños sonidos intentando llamar la atención del rubio, pero nada funcionaba.

Taehyung estaba encerrado en si mismo.

Había dejado de sentir el dolor de sus alas, peor aun había dejado de sentir sus alas...

Nunca más iba a poder volar.

El ruido chirriante de la puerta lo saco de su mundo de penurias, haciendo que levantara la mirada y sus ojos se encontraron aquellas esferas azules, parecían un cielo despejado después de una tormenta oscura y cruel, tan llenos de vida y un especial brillo en ellos, su rostro angelical estaba decorado con una gran sonrisa, mientras su cuerpo era resaltado por un traje azul marino muy bonito.

Taehyung sintió envidia, quería uno así también.

Quería ver se bonito también.

Tal vez si fuera hermoso Jungkook lo amaría y aceptaría.

Algo que sonaba tan irreal y esperanzador para su ingenuo, frágil y tonto corazón

—¡Jungkookie, he vuelto!–dijo el peli gris buscando con la mirada al nombrado, girando su cabeza a todos lados, pero sin éxito–¿Jungkook?

Parecía que no se había dado cuenta de la presencia del rubio, hasta que el perro ladro en su dirección, pidiendo atención, es entonces donde Taehyung pudo ver cómo el peli gris se giraba a verlo y sonreía.

—¡Hola! –saludo alegre con la mano y se acercó hacia él–¿Has visto a Jungkook? ¿Sabes si esta aquí?

Jungkook.

Ese nombre resonó en su interior y volvió a doler, dolía todas las veces que lo pensaba y sentía.

Era tan doloroso.

Negó con la cabeza un poco aturdido todavía, sin poder mirar directo a la cara, pero si tuvo la valentía de formular una pregunta.

—¿Cuál es su relación con Jungkook...?

Tal vez no debía de preguntarlo, pero la curiosidad siempre fue su punto débil y algo por lo que sus padres lo castigaban de pequeño. 

—Oh, si, perdona que mal educado de mi parte... Mi nombre es Park Jimin, soy el  prometido de Jungkook –dijo con una gran sonrisa, mostrando el anillo de oro de su mano feliz.

Un balde de agua fría cayó sobre su cabeza.

Por unos segundos el alma de Taehyung abandono su cuerpo.

No supo que decir o hacer en ese momento, como tonto quedo mirándolo en silencio y este lo miraba confundido, sin ser conocedor que dentro del rubio se formaba una tormenta de sentimientos, rompiéndolo aun más y haciendo que deseara un cruel castigo para su cabeza.

—Oye estas

Jimin no pudo terminar su oración, cuando la puerta de nuevo fue abierta y dejo ver a un peli negro con una sonrisa coqueta, se remangaba la camisa hasta quedar sobre su codos y junto a él, un semblante lujuriosa y lleno de pecado, pero todo cambio cuando vio al peli gris junto al rubio.

ෆHijo de Afroditaෆ [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora