Carta 7

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27 de julio de 2018 

Para mi consejero: 

Sigo en el hospital, ya llevo un mes aquí y me encuentro bastante bien a pesar de todo, no haymalas noticias desde mi ingreso y creo que eso es ideal. Papá está muy feliz porque dicen quesi todo sigue así pronto podre irme y para la familia eso es una excelente noticia. Sin embargo,no comparto ese sentimiento, hoy he recordado nuestro peor momento aqui y me hadespertado varios sentimientos. 

Semanas después de la gran serenata en el hospital volviste a visitarme, yo estaba peor quenunca y creía que no duraría mucho más en este mundo, me pasé todo el día llorando porqueno me quería despedir, tenía miedo; y tú, como siempre estabas ahí, tratabas de no vertevulnerable delante de mí, de no derrumbarte aunque era difícil. Me contaste historias yempezaste a decir que realmente venimos al mundo para sufrir pero que si resistimos esedolor podemos llegar a encontrar la felicidad, te creí, me aconsejaste seguir luchando para quealgún día pudiésemos ser felices juntos y eso fue lo que hice. Pero nada es perfecto, cuandosuperé ese tramo de dolor tu ya no estabas para ser feliz conmigo, te marchaste, dejandosueños e ilusiones en mí, sueños que no podre cumplir. 

Aún así, después de lo sucedido ese consejo sigue conmigo, es como el mantra que se repiteen mi cabeza a todas horas, soy una guerrera y no pienso rendirme ante esta enfermedad,algún día seré libre y podre gritar de alegría, pero ese día no es hoy, pues mientras nadie vesoy un manojo de nervios y miedo, y dichos sentimientos se transforman en un llantosilencioso y descontrolado. 

Gracias por el consejo, sabes que siempre te haré caso incluso ahora que no estás aquí, sufroen soledad pero eso me hace fuerte. 

Hoy te quiero un poquito menos por ese amargo recuerdo, pero sigues en mi corazón. 

Con amor, la futura ganadora de la guerra.

Cartas a un amor imposibleWhere stories live. Discover now