Capítulo 7 - Que sorpresa.

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Mi hermano menor, Gabriel, siempre ha sido un chico callado pero muy amable. Sincero pero empático con los demás, lo he cuidado de los más grandes que buscaban aprovecharse de su cordialidad.

Nunca pensé que esa chispa que lo hacía especial, escondía una divergencia detrás. Todo este tiempo, ambos pertenecíamos a un grupo de rechazados y no lo sabíamos.

Él apenas tiene 14 años, es un chico muy joven para adentrarse a este peligroso mundo. Necesito protegerlo, no puedo permitir que alguien le haga daño por nacer siendo divergente. Eso no es su culpa, él es un inocente chico que nunca le haría daño a nadie.

— ¿Divergente? — su voz es suave.

— Sí, ahora sígueme e intenta no hacer ruido, ¿okey? — le respondo calmada, no quiero asustarlo.

— ¿Quién hizo esto? — Gabriel está detrás de mí mientras yo lo cubro con mi arma hacia arriba.

— Jeanine — hablo suave, no pueden saber que estamos despiertos.

Ninguno de los dos habla más, caminamos por los pasillos de Verdad, algunas luces fallan y hay un poco de oscuridad. Veo algunos guardias y nos escondemos. Pretendo salir por el pasillo para llegar a la casa de mis padres y dejar a Gabriel ahí.

— ¡Alto! — mierda...

— Sammy... — detesto escuchar a mi hermano así de asustado. Levanto mis manos a la altura de mi cabeza y suelto el arma, Gabriel me sigue los movimientos y nos volteamos.

— Pero que sorpresa, al parecer los fantasmas existen — Max me mira con una amplia sonrisa.

— No deberían creer todo lo que Jeanine les dice — respondo y miro seria en dirección a los osados.

— De todas maneras, estará encantada de verte — unos osados nos esposan las muñecas por delante y nos empujan a una sala. Logro ver a otras personas arrodilladas aquí.

— Encargate de estos, iré con Eric y no permitas que él entre aquí — Max le susurra a un osado pero logro escucharlo. Mi corazón palpita rápidamente. Eric está aquí, mis nervios florecen y siento como si fuese a verlo por primera vez. Necesito desatarme.

El hombre que Max dejó a cargo, utiliza el mismo aparato que vi en Cordialidad. Se lo coloca a las personas que hay en la sala, me exalto cuando escucho como dispara a los que no tienen una divergencia mayor a 70%. Mientras él hace lo suyo, logro sacar un cuchillo escondido en mi cintura para desatarme.

Tengo que esconder el arma debajo de mis rodillas ya que escucho los pasos del hombre acercarse a mis espaldas.

— “Divergente 99%" — la voz robótica del medidor habla y escucho al hombre reír.

— Tú irás conmigo — dice y luego camina hacia mi hermano.

Me apresuro en tomar el cuchillo de nuevo y ponerlo en lo boca, intento desarmar el seguro de las esposas y me desespero al no conseguirlo.

— “Divergente 68%" — mierda, mierda, mierda. ¡Sí, lo logré!

— Uy, lo siento amigo, no irás a la fiesta — antes de que el osado dispare a mi hermano, me tiro sobre él, aún con el cuchillo en mi boca y aprieto su cuello.

El hombre resiste y su cara se va tornando de roja a morada. De un movimiento abrazo su cabeza y alzandonos un poco del suelo, rompo su cuello girando de este.

Miro a Gabriel, el pobre chico está petrificado. Me levanto rápido para quitarle las esposas y darle un corto y rápido abrazo.

— Quedate aquí, volveré en un segundo — le ordeno a mi hermano menor y lo dejo sentado en el suelo. Pongo el cuchillo en su mano, sólo por si acaso y corro fuera.

You're the one that I need - Eric Coulter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora