Prólogo

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Cuatro, este tonto y fastidioso chico que pasó semanas entrenándome. Este castaño con serios complejos de bruja y un temperamento fácil de quebrar. Este chico que está justo en frente de mí, casi llorando, es mi hermano y nunca lo supe. Estuve tan cerca de la verdad, y a la vez tan lejos.

Desde que le confesé que yo soy su hermana, no ha dicho nada, ni una sola palabra. Sus ojos se alcanzan a cristalizar un poco, pero más allá de eso, no oigo nada.

Su mirada me analiza, intentando recordar cada facción de mí. Sé que le cuesta, hace años que ninguno de los dos mantenía contacto. Al reencontrarnos, fuimos completos desconocidos uno para el otro.

Quiero explicarle mejor, de como me enteré  y el por qué estoy segura de que es muy probable de que sea cierto.

Abro mi boca para hablar pero me veo interrumpida por algo de tos, escupo un poco de sangre y sé que no es nada bueno. Esa apuñalada por parte de la loca roja me dejó muy mal.

— No, no, no... — Cuatro murmura viéndome a los ojos.

— Nuestro abuelo... William. Él me sacó de ahí... Fingió mi muerte para que yo... — un poco más de tos con sangre incluida — Escapara...

Veo los ojos de Cuatro cristalizarse aún más, su cabeza niega de un lado a otro y se empieza a poner algo rojo. Muerde su labio inferior y los nervios comienzan a aparecer en su cuerpo.

— ¿Mis sospechas eran ciertas? — Cuatro me pregunta y unas dos lágrimas caen por sus mejillas. Mis ojos se vuelven llorosos y le asiento.

— Al menos pude volverte a ver una última vez, aunque no te recordara — exclamo en susurros entrecortados. Siento mi cuerpo cada vez más pesado.

— Sam, si esto es cierto, créeme que no dejaré que nada te pase para que podamos recuperar todo este tiempo perdido — Cuatro me toma de los hombros y me hace verlo.

— Sabes que no saldré de esta — sigo tosiendo y más sangre sale de mi boca. Realmente no quiero seguir, siento que puedo dejarme ir.

Mis ojos se apagan de nuevo, estiro las comisuras de mis labios y le dedico a Cuatro una última sonrisa. Me basta y sobra con hacerle saber que yo soy su hermana, y que después de todo,  estuve aquí.

— No, no, no... Sam, por favor, resiste... — luego de esas palabras por parte de Cuatro, todo se volvió oscuro de nuevo.

You're the one that I need - Eric Coulter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora