ADVERTENCIAS: Ninguna.
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Capítulo 8: Reencuentro.🎪🎪🎪
Ya llevaba una semana ahí en Daegu, ya se había adaptado a sobrellevar a sus molestos parientes, y le animaba ver qué sus padres cada día estaban mejor, y más cómodos ahí, dónde entre todos los ayudaban.Sus padres hablaban con él mucho, y le insistían que no se cansara, querían verlo feliz pero últimamente les preocupaba que su hijo podría estarse esforzando de más por lo de su accidente.
Pero aún así estaban muy orgullosos, pues sabían que su hijo era muy fuerte y podía manejar todo.
Trabajaba medio tiempo desde su casa, y estaba en constante comunicación con su jefe y su amigo Namjoon. A la par hablaba muchísimo con su amigo el tierno Payasito, ahora eran inseparables, cada uno era el diario del otro y su confidente.
Yoongi le contaba lo odiosos que eran sus primos y tíos, y a cambio, Hoseok le contaba los intentos de Seokjin por conquistar a Namjoon.
Los dos reían mucho todas las noches. Esa semana Hoseok le dijo que iban rumbo a otra ciudad pequeña, dónde pasarían un largo tiempo. Pero está vez Hoseok le mintió, le dijo no saber qué pueblo era.
Yoongi no le importó, pues cualquier pueblo que fuera sabía que su Payasito estaba lejos de él y eso lo torturaba.
Lo único bueno de su rutina y de estar cerca de la familia era que su abuelita y abuelo lo querían mucho, y le compraban payasitos, dulces, y ropa nueva. Le decían lo orgullosos que estaban de él, y su abuela se había dado a la tarea de volverlo a inflar como un globito.
Yoongi sabía que a su abuela siempre le gustaba cocinar postres para él. Y Yoongi que los amaba, pues no se podía negar, en esas dos semanas ya había recuperado un poco del peso que perdió, y no se quejaba para nada.
Ese viernes por la tarde, se recostó cansado, siempre fingía trabajar hasta la noche para no ver a sus primos molestos.
Estaba viendo el techo con sus constelaciones y estrellas brillantes que había pegado de niño, y sobándose la barriga pues se sentía muy lleno con los postres de su abuela.
Estaba distraído cuando su celular sonó, le sorprendió pues sus amigos y familia eran los únicos que llamaban y sabían que lo mejor era que mandarán mensajes de texto.
Su corazón se estremeció de miedo. Aún recordaba la llamada el día del accidente de sus padres, y un sudor frío lo invadió. El número era el de su amigo Hoseok, y tenía miedo, por su mente desfilaron escenas horribles. Su ansiedad estaba a tope, y sentía que la respiración le faltaba.
Contestó la llamada de volada y quedó muy espantado. "Hoseok…."
"Globito…¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien? ¿Algo pasó? Te escuchas muy agitado. Lo siento se que no te gusta que te llame de la nada, pero estaba emocionado por decirte que ya llegamos al lugar, descuida, ya no estamos en la carretera, se que desde lo de tus padres, te preocupas por esas cosas." Hoseok le dijo, sintiéndose estúpido por haber espantado a su amigo.
Yoongi se relajó y regresó a su cama, aún su corazón le latía aprisa. Respiró profundo antes de hablar. "No te disculpes, soy yo él que tiene un trauma, pero no pasa nada. Gracias por avisarme payasito. Me hace feliz saber que estás a salvó, y que llegaron."
"Sabes, quería hacer algo, recuerdas que me dijiste que de niño amabas ir a la feria de tu pueblo, me enteré por unos amigos del medio, que otro circo llegó hace unos días." Hoseok le dijo, su voz temblando pues no quería que Yoongi supiera aún lo que tramaba.
Yoongi no notó nada. "¿De verdad? Que emoción Hobi. Gracias! Hoy estaba aburrido y tenía ganas de distraerme. Creo que iré a la feria, hace mucho no voy desde que estaba en la preparatoria." Yoongi le dijo muy feliz y riendo, de verdad esa idea le había entusiasmado y era justo lo que necesitaba para despejarse de su tortuosa familia.
Después de intercambiar unas cuantas palabras, Hoseok colgó muy emocionado, pues su plan ya estaba en marcha, y al parecer Yoongi no había notado nada.
Yoongi se vistió de inmediato, se cambió por ropa más divertida, colorida, y hasta cierto punto cómoda. Se peinó, y salió corriendo, le avisó a sus padres a dónde iba, y ellos lo alentaron.
Tomó su auto, y condujo hasta la feria, conforme se iba acercando, comenzó a ver las atracciones enormes de la feria, aún le causaban pavor, escalofríos y hasta cierta medida náuseas, de recordar cuando de niño sus primos lo obligaron a subir en esos juegos.
Desde que él era niño, siempre se mareaba en autos, transportes o cosas en movimiento. Y terminaba vomitando si no era cuidadoso, por lo que prefería no subirse a los juegos. Pero le gustaba ver los payasos, oír las risas de la gente, jugar y ganar peluches en los diferentes juegos. Y su atracción favorita era el carrusel.
Se estacionó, y por primera vez pagó él su estacionamiento, se sentía tan diferente venir sólo como un adulto, que cuando sus padres lo traían.
"Va a ver a su novia adentro ¿verdad? Diviértanse mucho." Le dijo el de la casilla dónde le cobró un boleto de adulto.
Yoongi se congeló y no supo qué decir por lo que se sintió incómodo y solo sonrió. Entró al parque extasiado extrañando tanto su infancia. Recorrió los juegos, y se metió a muchos más como la casa de los espejos, la casa inclinada, y hasta intentó subirse a una pequeña montaña rusa para niños. Se dió cuenta de la mala idea que fue, cuando sintió los postres de su abuela en su garganta. Se bajó sintiéndose estúpido. Los adultos no se subían a ese juego mecánico.
Compró una soda, y se sentó en una banca hasta que se le bajará el mareo. Por último camino hasta el carrusel, era más pequeño de lo que recordaba, pero lucía igual de hermoso. Sus ojos brillaron y se quedó contemplando los caballitos, se decidió por fin y se formó.
Montó el caballo blanco, y cuando la curiosa melodía de circo comenzó, y el juego comenzó a dar vueltas y los corceles de plástico a subir y bajar, Yoongi se remontó a su infancia y se sintió seguro, tenía lágrimas de alegría en sus ojos.
Estaba muy feliz cuando comenzó a oír una risita peculiar, muy conocida. Sonaba como si fuera su amigo Payasito riéndose.
Yoongi quedó en shock, volteó al público que rodeaba el juego, pero no lo encontró. Por fin miró a su lado, y encontró un hermoso joven payaso, todo maquillado, con un traje luminoso y colorido, sentado en el corcel negro al lado del suyo. Y aunque el maquillaje era pesado, en el alegre rostro, las carcajadas sonoras, y las pequeñas manitas creyó reconocer a su amigo.
"Hobi…." Le dijo aturdido. Su cerebro le decía que era imposible que ese payasito feliz fuera su amigo, pero sus sentidos no lo podían engañar.
"¡Hola globito!" Le gritó alegre su amigo Hoseok, quien en efecto era el chico payaso que iba montado en el caballo de al lado.
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Noche en el Circo 🎪🎠🎡🤡
FanfictionEn un mundo donde la realidad es asfixiante y la magia y el asombro son escasos, Min Yoongi es feliz. Yoongi siempre fue un chico extraño, el siempre fue diferente, aunque técnicamente todos lo somos, él era más diferente que el resto. Cuando era j...