Cap. 14 - Núcleo Roto

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Ícaro continuó avanzando lentamente, apuntando el sable de luz al frente, intentando iluminar su camino. Aun así, la oscuridad del lugar era tan grande que apenas podía ver a varios metros de su posición. Por otro lado, el lurmen no apartaba la mirada de Ícaro, aunque la deslumbrante luz del sable solía irradiar sobre su mira de vez en cuando. Wag Too no podía ver que pasaba dentro de la habitación. Solo era capaz de ver el rastro del sable de luz y la sombra del droide que se paseaba de un lugar a otro. Y de pronto, el sable se apagó.

Wag Too: - ¿¡Ícaro!? - Preguntó algo asustado. Alterado por lo tenso de la situación.

Ícaro: - Estoy bien. - Dijo desde la oscuridad, aliviando el estrés del lurmen. - Revisa la terminar y trata de restaurar la luz de esta sala. -

Wag Too: - Muy bien. -

El lurmen se levantó del suelo y colocó el rifle sobre su hombro mientras daba un largo suspiro. Con sus herramientas removió la tapa de la terminal y comenzó a revisar los cables y circuitos en el interior. Al detectar la posible falla, extiende su mano y desconecta un cable de la terminal, para luego conectarlo a un pequeño dispositivo portátil similar a un tablet. Se pone de pie y se posiciona frente a la puerta lo más lejos que el cable le permitió mientras presionaba botones en el dispositivo portátil.

Ícaro: - ¿Es muy grave? - Preguntó aún en la oscuridad.

Wag Too: - No. Es sólo un defecto en los conversores. Un poco de desviación de potencia de la fuente y... listo. -

Tras terminar su frase. Las luces de la habitación parpadearon un par de veces, hasta que una intensa luz blanca iluminó cada rincón de la habitación. Sin embargo, Wag Too hubiese preferido no haber reparado la avería.

La luz reveló un desgarrador escenario, digno de las peores pesadillas de las historias de terror. Era una sala semiesférica de al menos veinte metros de radio, con una enorme mesa parabólica con una computadora empotrada justo en medio de la sala. Desde la computadora, varios cables recubiertos en canaletas cilíndricas se extendían sobre el suelo hasta varias secciones de los muros. Y sobre los muros de metal, al menos veinte cilindros lo suficientemente grandes cómo para que cada uno abarcara una grotesca criatura deforme de dos metros y medio de alto.

Los cilindros eran similares a los del laboratorio, pero estos estaban destrozados. Los cadáveres de las criaturas que una vez contuvieron se esparcían a sus pies. A juzgar por su aspecto habían estado ahí tirados desde hace mucho tiempo, pero las gélidas condiciones habían conservando los cadáveres en perfecto estado de momificación. Sin embargo, el reciente uso de la calefacción en las instalaciones había recomenzado el proceso de descomposición, y ya se podía comenzar a sentir, aunque muy levemente, el desagradable olor de podredumbre.

Los cadáveres correspondían a unas extrañas criaturas de pelaje azul con ciertas modificaciones mecánicas sobre sus cuerpos. Sus rostros parecían caninos, pero estaban tan desfigurados que era prácticamente imposibles de reconocer. Los cuerpos, aunque enormes, eran rechonchos y voluminosos, y bajo sus ojos negros colgaban una enorme ojeras. Marcas de cansancio o sufrimiento extremo.

Wag Too: - ¿Qué...? ¿Qué es esto? - Dijo impactado mientras caminaba al interior de la sala.

El droide no respondió de inmediato. Está de pie, frente a uno de los cadáveres de las criaturas, tratando de procesar todo eso. Si bien no era ignorante que en la guerra se cometían atrocidades, jamás pudo computar que algo como lo que estaba presenciando era posible. Porque, después de todo, solo él sabía que eran esas masas deformes de carne.

Star Wars Fanfic - Programado para ObedecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora