Cap. 81 - Salto de Fe

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Boss: - ¡Debemos retirarnos! - A pesar de sus gritos, el droide no parecía entrar en razón.

Ícaro se mantuvo firme ante la imponente montaña de musculos que era su oponente. Fibras de carne y mecanismos hidráulicos luchaban por la supremasía del letal duelo de sables de luz.

Howllhell era una montaña inamovible, y sus poderoso golpes bien podrían partir el pasillo de la nave a la mitad. Ícaro era una fortaleza de hierro y códigos binarios, y su espada no dudaría en matar a su oponente tan pronto encontrase una apertura.

El droide no tenía los perceptos de los Jedi. Esos ideales que una vez fueron su fortaleza, pero que se volvieron su mayor debilidad en los momento de crisis. Un enemigo moribundo siempre puede levantarse y atacar por la espalda. Un enemigo encarselado siempre puede escapar, reiniciando el proceso de luchas sin fin. No. Para Ícaro no había dudas. El mejor de los enemigos... es aquel que yace muerto.

En un ataque de cólera, Howlhell lanzó un poderoso rugido, mientras con su mano extendía intentaba empujar al droide mediante la Fuerza, pero Ícaro pudo prever tal movimiento, agachando el torzo para minimizar la fuerza de empuje, y aferrando los dedos metálicos sobre el suelo metálico, deformándolo mientras le brindiba un agarre firme. Ícaro no iría a ningún lado.

Tan pronto el empuje de la Fuerza fue disipado, el droide se alzó una vez más y arremetió contra el shitavaven dispuesto a partirlo por la mitad de ser posible, pero el inquisidor pudo preveer su movimiento, y su espada de luz carmesí se interpuso en el medio.

Lo que el droide desconocía, era el estado de sus propios hombres. El mismo empuje de la fuerza que no fue capaz de alejarlo, había causado estragos a sus espaldas. Los clones y algunos droides comando que no estaban al tanto volaron por los aires y golpearon sus cuerpos contra las paredes del lugar.

Los droides se pusieron de piede inmediato, regresando al combate contra los stormtrooper que hacían lo posible por rodearlos, pero su letal puntería les permitía mantener a los imperiales a raya. Sin embargo, algunos clones no tuvieron tanta suerte.

Boss recuperó el aliento casi de inmediato, alzándo su pesado y cansado cuerpo para ayudar a sus hermanos, pero aunque Fixes hacía lo posible por recuperarse de la confusión, Sev no daba señales de despertarse.

El clon comando francotirador fue aplastado por un droide comando contra la pared cuando todos fueron empujados por la Fuerza, golpenado su cabeza con fuerza y provocándole la perdida de conciencia. Kurt tuvo la suerte de encontrarse tras unos de los droides que no fue lanzado por los aires, y Holdo estaba alejada del conflito principal, cubriendo la retaguardia junto a dos droides comando de las fuerzas imperiales que lograban rodearlos.

Boss: - ¡Mierda! ¡Ícaro! ¡Tenemos que salir de aquí! - Pero una vez más, sus gritos fueron ignorados.

Tampoco era que fuese posible simplemente darse la vuelta y correr de regreso a la nave para escapar. El droide sabía que el inquisidor no se los permitiría tan facilmente, y darse vuelta era casi un suicidio. Fue entonces, que computó una verdadera locura. Una que en su mente robótica, solo tenía un veintiseis porciento de probabilidades de victoria.

Cuando las espadas de luz rebotaron ante la fuerza del impacto, Howlhell vió con su ridículo tiempo de reacción como el droide intentaba darle un puñetazo en el rostro. ¿Acaso era una broma? Esa definitivamente no era la mejor de las ideas.

Star Wars Fanfic - Programado para ObedecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora