Prólogo: El dragón que se volvió un rey

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POV DE ISSEI:
Paso un tiempo desde que lo del... Trihexa?, Creo que se llamaba así, ocurrió, fue sin lugar a dudas mi batalla más dura, pensé que luego de lo que ocurrió ya podría tomarme un descanso aunque sea... pero no... cuando me desperté en el hospital vi como no había nadie, raro, pensé, creí que alguien estaría al tanto de mi estado como, no sé, mis prometidas? mis amigos? Alguien?

No, estaba solo, ni mi compañero de ese momento, Ddraig, me respondía cuando le intenté hablar, no tuve mucho tiempo cuando un guardia demonio entró y me sacó del lugar con un círculo mágico tirandome al suelo, intentando ver a mi alrededor, para saber dónde estaba mi rostro fue tomado y recibí un golpe tan fuerte que sentí que se me fue casi toda mi alma, solo pude escuchar a mi rival, que era como mi hermano, Vali, gritando algo como "maldito traidor".

Luego de eso no recuerdo mucho, entre el golpe y el grito y luego tantas voces, no se como no me desmaye, creo que fue la determinación que me permitió llegar hasta ese momento, después, me hicieron un juicio que era más bien un insulto a cualquiera que supiera como se hace uno, no tuve forma de defenderme cuando me acusaron de traidor.

Hice todo lo que pude por protegerlos a todos pero ahora nadie estaba de mi lado, curioso no? En fin, luego me mandaron al tártaro me torturaron de tantas formas que me da escalofríos de lo inhumano de lo ocurrido y... me dejaron sin familia para rematar. Para luego usar un cohete o... era un portal, ni idea, pero un viejo cuervo que era como otro papá o un tío para mi lo había creado como un prototipo de algo que permitiría moverse más allá del planeta.

Me metieron ahí a modo de prueba y así fue cuando terminé en un reino en el que todos se veían tan... felices... eventualmente decidí dejar de ser solo un peón al cual podrían pisar o ignorar, autoproclamandome así como rey, ya no sería un buen chico, el que quisiera pasarme por encima le daría una paliza.

Aunque nadie me tomo en cuenta... de cualquier manera estaba débil así que a los amigables Waddle dees que me habían encontrado y cuidado luego de que hize el ritual para evitar mi muerte y me seguían como mis súbditos, les ordenaría traerme comida, pues ahora lo único que tenía era el cuerpo y sangre de dragón y necesitaba recuperarme.

De mientras yo me encargaría de robar las estrellas que producían la comida y los dejaría en diferentes partes siendo protegidas por guardianes que si vieron potencial en mi y bueno...

Luego escuché que un niño, o niña sigo sin saber ese detalle a ciencia cierta, con pelo rosa había ido a recuperar las estrellas y la comida robada.

Y EL RESTO ES HISTORIA

Y EL RESTO ES HISTORIA

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Créditos a @tana6_12

Issei Hyoudou: El nuevo monarca de DreamlandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora