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Aquellos dos individuos se encontraban por los cielos inmersos en un gran silencio. La joven de cabello moreno se sumida en sus pensamientos, el principal culpable era Inuyasha temía el cómo iba a reaccionar a no verla cerca y, no porque se preocupara por ella, sino porque no habría quien pudiera detectar los fragmentos de la perla. Para despejar su mente alzó la mirada y se encontró con una vista espectacular, las estrellas dispersas en el cielo y la gran luna en su asomo podía provocar que cualquiera quedara fascinado. El frío comenzaba a sentirse cada vez más, provocando que la pequeña humana comenzara a temblar, algo que no paso desapercibido por el albino.
•Sesshomaru: ¿No puedes aguantar una pequeña brisa?
•Kagome: No soy tan fuerte o genial como tú Sesshomaru.Aquel comentario le había extrañamente gustado al gran demonio, pues la sacerdotisa podía reconocer lo fuerte que él era. Rápidamente se deshizo de aquellos pensamientos y se enfocó en llegar al pozo.
° 10 minutos después °Había pasado varios minutos hasta que ambos llegaron al pozo. El daiyōkai descendió para poder depositar a la chica en el pasto. Kagome comenzó a dirigirse hacia el pozo para poder pasar a su época, se acercó lo suficiente para poder sentarse para poder saltar, sin embargo, la voz de Sesshomaru la detuvo.
•Sesshomaru: ¿Cuándo volverás? –Murmuró-
Aquella pregunta había desconcertado a la joven sacerdotisa, jamás había pensado que aquel gran demonio podría preocuparle o incluso interesarse en cuando podría volver.
•Kagome: No sé...honestamente ni siquiera sé si quiero volver –sonrío con tristeza-
Ambos se quedaron en silencio, Sesshomaru no sabía por qué tenía interés en aquella humana, desde el primer encuentro que tuvo con ella admiró la valentía y determinación que había demostrado en la batalla para obtener a Tessaiga. No podía comprender por qué una gran mujer podía estar al lado de un híbrido y más, a un hombre totalmente estúpido e infantil.•Kagome: Es hora de que me vaya, gracias por llevarme hasta aquí Sesshomaru –Murmuró con una dulce voz-
•Sesshomaru: Recuerda que estas en deuda conmigo.
•Kagome: Claro que sí, jamás se me va a olvidar. Estaré a tu disposición –sonrío amablemente-
Sesshomaru quedó fascinado por aquella sonrisa, no era la primera vez que la veía pero, si era la primera vez que ella le dirigía una sonrisa. Entonces, Kagome saltó dentro del pozo siendo envuelta por una luz púrpura y ahí fue cuando volvió a su época.
Cuando Kagome abrió los ojos se dio cuenta de que ya se encontraba en su época, eso hizo que soltará una leve risa se encontraba contenta de poder por fin ver a su familia. Subió con entusiasmo las escaleras y corrió a su casa. Al abrir la puerta se encontró a su mamá, la cual corrió a abrazarla y comenzar a llorar e su hombro.
•Kagome: Te extrañé mamá –Mencionó en sollozos-
•Señora Higurashi: Mi pequeña niña –Acarició con dulzura la cabeza de su hija-
•Kagome: Tenía muchísimas ganas de verte mamá. Me hiciste mucha falta estos últimos meses.
•Señora Higurashi: A mí también mi pequeña. Vivía preocupada por no saber de ti –Suspiró con melancolía-
Ambas mujeres se quedaron un rato abrazadas mientras se consolaban entre ellas, aunque su momento fue interrumpido por la aparición de su hermano menor Sota y su abuelo. Ambos corrieron a abrazarla con lágrimas en los ojos, pues vivían con la angustia que la muchacha le hubiera pasado algo y ellos no se enterarán. Tras esa cálida bienvenida se reunieron para poder compensar los meses que la chica había hecho falta.
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Ya nada es igual
Fanfiction[sᴇssʜᴏᴍᴀʀᴜ x ᴋᴀɢᴏᴍᴇ] Cruda y triste realidad para la situación en la que se encuentra la pequeña joven, a pesar de estar rodeada de gente, ya nada es igual para ella.