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^K^Regresé a mi saco de dormir y por última vez miré al cielo antes de caer dormida. Me levanté algo asustada y con sudor frío en mi frente. Había soñado sucesos extraños, batallas de yokais, lugares destruidos, sangre, cuerpos de demonios tirados y una sacerdotisa, era algo muy extraño, jamás había había soñado como eso.
Observé el cielo, estaba amaneciendo, me levanté de mi saco con suavidad para no despertar al pequeño niño, me adentré al bosque buscando un poco de agua, y plantas medicinales ya que se estaba agotando el medicamento que había traído, regresé al campamento, armé una pequeña fogata y coloqué el agua para hacer fideos.
Me levanté apagando la fogata, camine hacia el lago de la noche anterior. Me senté en la orilla del lago y lo observé, noté algo brilloso cerca de mi, me acerqué y lo tomé, eran gemas estaba segura que se trataban de rubíes, zafiros y un lapislázuli, eran bellísimos. Escuché un grito de parte de Sango, estaban despiertos escondí las gemas y me dirigí a mi grupo.
Comimos con tranquilidad, recogimos todo y emprendimos viaje a la aldea. Estaba hablando con Sango sobre Inuyasha.
•Sango: ¿Y?
•Kagome: ¿Y qué?
•Sango: ¿Ha pasado algo con Inu?-golpeando suave mi brazo con su codo-
•Kagome: No, y la verdad ya no espero nada de él, he entendido que yo no seré nunca como su amada Kikyo.
•Sango: Obviamente que no eres igual que ella, tú eres muchísimo mejor que esa muertita.
•Kagome: -Sonrío- Me di por vencida con el la última vez que me dijo que nunca la iba a superar.
•Sango: Ay... Sabes, te voy a conseguir un buen partido que te ame y respete.
•Kagome: Eres muy dulce Sango, pero... No quiero nada amoroso. Entendí que con Inuyasha era obsesión y no amor. Supongo que cometí esa tontería je -reí con ironía-
•Sango: Sabes que cuentas conmigo linda.
•Kagome: Lo sé. Mejor cuéntame cómo van las cosas con Miroku.
•Sango: Agh, ese monje pervertido, siempre que vamos algún lugar siempre le coquetea a las aldeanas.
•Kagome: Al parecer estás celosa.
•Sango:¿Q-qué? claro que no
•Kagome: Eres tan obvia mi querida Sango -suelto una leve risa-
^...^
El grupo llegó a su destino dejando las cosas en sus respectivas cabañas. La pelinegra se acercó a la señora Kaede. La anciana la invitó a recolectar plantas, lo cuál ella aceptó sin dudarlo. Se adentraron al bosque. La anciana Kaede notó que la muchacha estaba pérdida en sus pensamientos, como si algo la molestará.
•Kaede: ¿Sucede algo pequeña?
•Kagome: No, ¿Por qué lo pregunta?
•Kaede: Querida... tu expresión lo dice todo.
•Kagome: Está noche me voy a ir a mi otra época...
•Kaede: Eso es bueno.
•Kagome: Sin que lo sepa alguien...
•Kaede: ¿Vas a huir?
•Kagome: Algo así.
•Kaede: ¿Y quién te va a llevar?
•Kagome: ...
•Kaede: Puedes confiar en mi pequeña.
•Kagome: Sesshomaru me va a llevar esta noche.
•Kae: Está bien, veré en qué puedo ayudar.
Y así regresaron a la aldea. Kagome estaba nerviosa ya que se estaba acercando la noche. Se adentró a su cabaña y acomodó sus cosas.
Se acercó la noche. Todos empezaron a cenar. Faltaba una hora para que la Luna estuviera a su resplandor.
Lo que no sabía Kagome es que la anciana Kaede había preparado una droga inofensiva para dormir a Inuyasha. No le gustaba ver cómo la pequeña chica sufría. Cuando todos se fueron a dormir la joven salió junto con su mochila y se encaminó hacia su destino.
° 20 minutos después °
Después de un tiempo llegó a su destino. Ahí estaba Sesshomaru esperándola.
•Sesshomaru: Llegaste.
•Kagome: -Asiente silenciosa-
•Sesshomaru: Vamos.
El albino la tomó en sus brazos y tomó vuelo yendo hacia el pozo donde la miko se transportaba entre las dos épocas.
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Ya nada es igual
Fanfiction[sᴇssʜᴏᴍᴀʀᴜ x ᴋᴀɢᴏᴍᴇ] Cruda y triste realidad para la situación en la que se encuentra la pequeña joven, a pesar de estar rodeada de gente, ya nada es igual para ella.