Él mi crush, yo su apuesta

Capítulo 3

CAROLINA WHITE

Ha pasado una semana desde que estudié química con Christian, como había dicho antes, no volví a buscarlo, ni él a mi, creo que ambos entendimos el mensaje y preferimos distanciarnos, aunque en clase nos hemos tenido que ver, ninguno de los dos ha dicho palabra alguna.

Marie me ha estado hablando mucho de Liam, incluso creo que se está enamorando de él. Invitó a mi amiga a una fiesta en su casa, sorprendentemente también me invitó a mi, por eso, justo ahora Marie y yo nos estamos arreglando para ir.

He decidido ponerme un lindo vestido rojo liso con unos tacones negros. Sin duda me veo hermosa, una vez estamos listas, salimos de mí casa con dirección a casa de Liam.

-Te ves demasiado linda, Brown alucinara cuando te vea- Me dice mi amiga con una sonrisa.

-Marie, te he dicho mil veces que ya no me gusta.

Ella no cree que Chris me dejó de gustar, piensa que solo es una idea tonta que tengo, pero que tarde que temprano volverá a gustarme.

Estoy hundida en mis pensamientos cuando por la ventada del coche se visualiza una hermosa casa que parece mas bien una mansión.

-¿Esta es la casa de Liam?

-Así es. Por dentro es mucho mas linda.

Me dice mientras busca un lugar donde estacionarse, mientras ella se encarga de eso, yo observo a las personas que están en el patio, esto si que va a ser una fiesta que les dejara una gran resaca.

Después de un rato de estar dando vueltas por la zona, encontramos un estacionamiento, bajé del auto emocionada por conocer la mansión de los Harrison.

Espero a Marie para entrar las dos juntas, una vez ella esta a mi lado, ambas entramos a la gran casa de Liam. Lo primero que veo al entrar es al dueño de la casa con un vaso rojo en las manos y sentado a un lado de la barra donde sirven bebidas con alcohol. En cuanto nos ve nos hace una seña para que nos acerquemos, mi amiga se acerca rápidamente a él y le planta un beso en los labios.

-Te extrañe- Dice Liam sobre sus labios y la vuelve a besar.

Esto si que es incómodo, al parecer solo vine para ser la amiga solitaria de la chica que vive el romance adolescente que todas quisiéramos.

Me siento en uno de los bancos de la barra y conteste algunos mensajes pendientes que tenía de Alex. Tenía que fingir de algún modo que no oía las cosas lindas que le decía Liam a Marie para después besarse.

-Te ves demasiado linda, muñeca.

Reconocería esa voz a mil millas de distancia después de estar enamorada de esa voz durante años.

-Gracias- Me gire para ver a Christian con una camisa a rayas y un pantalón de mezclilla- También te ves bien, Chris.

Se sentó a un lado mio y me dio una de sus mejores sonrisas.

-No pensé encontrarte aquí.

-Pues aquí estoy.

-Aprovecha tu oportunidad, Brown. Me costó un maratón de películas de Disney convencerla- Grita mi amiga.

La hice ver todos los clásicos de Disney para que viniera, tenía que ponérsela un poco difícil.

-Como te puedes imaginar, yo le pedí que te trajera- Eso ya lo sabia, ella me lo había dicho- Necesitaba pedirte perdón por lo de la última vez, me comporté como un idiota y tal vez me aproveche un poco de la situación.

Si, Christian solo quería jugar conmigo, lo sabía, era demasiado obvio.

-Esta bien, estas perdonado- Le sonreí.

Chris estaba por responder cuando por los altavoces comenzó a sonar la canción de Bad Bunny y Drake: Mía.

Los ojos de Christian se iluminaron y de inmediato me extendió la mano.

-¿Quiere la princesa bailar conmigo?- Me pregunta haciéndose el coqueto, yo solo reí y negué con la cabeza.

-No se me da muy bien bailar.

-Vamos, solo una canción, ¿si?.

Ruedo los ojos y tomo su mano, él me da su característica sonrisa y me lleva al centro de la pista.

Comenzamos a movernos al ritmo de la música, recordé las veces que me pongo a bailar en mi habitación y me salieron los movimientos solos. En una parte de la canción, Chris me canta al oído, lo que hace que mi corazón se acelere. No me puede volver a gustar, se supone que ya lo supere, pero no puedo evitar sentir una que otra mariposa en el estomago.

Cuando termina la canción me alejo rápidamente y voy a la barra a pedir algo de beber. No me gusta tanto beber alcohol, pero creo que esta vez si que lo necesito. Pido tres shots y me los tomo rápidamente. Mi garganta no agradece lo que hice, si que me ardió un poco.

Esta noche no me voy a relajar y espero, que esto no se salga de control.