Capítulo 8

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CAROLINA WHITE

Una tarde lluviosa era lo que necesitaba para relajarme, es miércoles y mamá trabaja hasta mañana temprano. La lluvia es algo que me relaja demasiado, justo ahora estoy en pijama y adelantando algunos trabajos, no tenía nada más interesante que hacer. Estoy por sentarme en mi escritorio para seguir con los trabajos cuando escucho que tocan el timbre. Bajo corriendo las escaleras, veo por el orificio que tiene la puerta para ver quien se encuentra del otro lado, mi corazón se acelera al ver a Christian entre nosotros.

Inmediatamente deshago el moño desaliñado y me arreglo un poco el cabello, todo esto en vano ya que me sigo viendo igual de mal.

Abrí la puerta y lo vi parado con un paraguas y una pequeña bolsa café en sus manos.

- ¿Christian? - Fingí sorpresa- ¿Qué haces aquí?

-Marie me dijo que estarías sola esta tarde, solo vine a hacerte compañía.

Le sonreí, no puedo creer que Chris al fin me note, aunque tal vez solo me vea como amiga, lo invite a pasar y él lo hizo gustoso.

-Traje donas y galletas, no sabía cuales te gustaban más, por eso traje ambos.

Me reí, está siendo tan estúpidamente lindo y no entiendo el por qué. Me encanta que sea así y no lo niego, pero eso no está bien. ¡SE SUPONE QUE YA NO ME GUSTA!

-Gracias, puedes dejarlas en la cocina- Fue hacia la barra de la cocina y las dejo ahí. Cuando regreso, me miro de pies a cabeza y por alguna estúpida razón mi corazón se aceleró y las maripositas del estómago comenzaron a volar- Lindo atuendo- Se rio y señalo mi pijama.

Lo fulmine con la mirada y el volvió a reír regalándome una de sus mejores sonrisas.

-Lo siento, pero eres demasiado tierna.

No puedo con esto, no entiendo como Chris paso de ser el chico que veía desde las gradas de la cancha de futbol del instituto a tenerlo en mi casa trayéndome donas y galletas.

- ¿Qué hacías antes de que llegara a molestar?

Ambos nos sentamos en el sofá y nos quedamos viendo fijamente.

-Adelantando trabajos-Me miró con el ceño fruncido y después soltó una risa- ¿Algo que te parezca gracioso, Chris?

-Claro que no, pequeña niña intelectual. Eres una nerd, ¿lo sabias? - Me miraba divertido mientras que yo solo podía fulminarlo con la mirada.

Al ver que sus risas no paraban, tome un cojín para arrojárselo directo a la cara.

-Una nerd muy linda- agregó.

Me quedé quieta sin saber que decir. Es demasiado lindo, exageradamente lindo y mi corazón no sabe cómo lidiar con eso. Me confunde demasiado, hace menos de dos semanas que solo quería jugar conmigo y me trataba como si fuera una más a la lista.

Ahora es lindo, atento e incluso viene a mi casa para hacerme compañía y me dedica goles. Definitivamente no lo entiendo.

- ¿Qué es lo que quieres de mí? -La seriedad se apodero de mi rostro y mi corazón latía a mil por hora mientras esperaba la respuesta.

El me miró con el ceño fruncido y después pareció entender la pregunta.

-Pasar el día contigo...

-No me refiero a eso. Quiero saber el por qué me buscas si no te gusto.

Sus ojos se agrandaron y sonrió, yo no le encontraba nada de divertido. Se acomodó mejor en el sofá y su mirada se clavó en la mía. Un escalofrió me recorrió todo el cuerpo, el corazón se me acelero y las mariposas del estómago comenzaron a hacerse presentes.

- ¿Quién fue el idiota que te dijo que no me gustas?

Me quedé helada, él estaba diciendo que yo...que yo le gusto.

-Escucha-Continuó al ver que yo no decía nada- Desde que te conocí me pareciste linda, desde ese maldito momento en el que me sonreíste me quedé embobado contigo. No podía dejar de pensar en ti y por eso mismo te pedí las tutorías, aunque por la manera que me tratabas me hizo creer que lo que me había dicho Liam era mentira. Por eso mismo, me aleje de ti unos días. Hasta que el día de la fiesta lo sentí de nuevo, te veías preciosa ese día, muñeca. Me gustas, muñeca. Me gustas mucho.

No podía pronunciar palabra alguna. Esto tenía que ser una broma. Me pude haber imaginado mil escenarios con Chris, pero este no estaba entre ellos. Que él me dijera que le gusto parecía algo realmente imposible, pero ahora era posible.

- ¿No vas a decir nada? - Me miro confundido y a la vez preocupado.

- ¿Acaso estás ciego, Chris? - Su ceño se frunció y yo solo le sonreí- Me encantas de pies a cabeza y me vuelves loca con solo una mirada.

Una sonrisa apareció en su rostro y entonces creí que el momento que tanto había soñado estaba a punto de pasar. Christian Brown me pediría ser su novia. Mis ilusiones cayeron cuando se aclaró la garganta y cambio de tema.

- ¿Quieres ver una película? -Asentí con la cabeza y le pasé el control remoto para que buscara alguna- ¿Camp Rock?

-Me encanta. Es mi película favorita. Ponla ahora mismo.

Sonrió y se acercó más a mí para rodear mis hombros con su brazo. Comenzamos a ver la película, pero sinceramente no preste mucha atención. Solo podía pensar en que ahora mi amor no correspondido era completamente correspondido. Ahora sé que le gusto a Christian y eso se siente tan bien.

Él mi crush, yo su apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora