Renacimiento

La madre

Existían rumores sobre la madre de Nebet hethotep eran escasos, lo único que se decía con frecuencia era que la madre se negó a verla y la abandonó a los pocos minutos de haber dado luz. Dyspo y Cabba sabían que había posibilidades que Beerus la asesinó al ver que ella no mostraba ningún afecto a ella, eso era lo otro, la relación de Beerus con esa mujer.

Se sabía muy bien que Beerus no tuvo ninguna clase de relación con la misteriosa dama y que solo interactuó 3 o 4 veces con ella para hablar del embarazo y los planes a futuro del bebé pero no hubo ningún sentimiento entremedio.

Dyspo intento hablar con siervas y siervos para saber un poco más de ella pero no hubo resultados, al parecer todos los siervos fueron amenazados de muerte por Beerus y Zeno-Sama para que no hablen de la madre de Nebet hethotep. Ningún siervo estaba dispuesto sacrificar su vida por simples guerreros de otros universos, algo que Cabba y Dyspo estaban concientes de ese factor, no eran personas importantes para los siervos o hasta que una sierva traidora cual castigo se llevaría a cabo en la mañana siguiente y se encontraba en una jaula hasta que el momento ocurra.

-La madre de la señorita Nebet hethotep no se tiene mucha información de ella pero lo poco que sé de ella es que se encuentra encerrada sin siervos solo vestimenta y muy poca comida en un lugar del templo de adoración de Beerus en el planeta ZaZa, pero les tengo que advertir que hay guardias vigilando la entrada de su habitación casi todo el día, solo se van al medio día en la noche.

-Ya... Gracias. Creo.- agradeció Dyspo a la sierva traidora.

Ambos hombres estaban un poco confundidos por la cooperación de aquella sierva pero lo mando probable era que a ella no le importe nada a causa que su muerte estaba cerca. Vermouth les había dió un vaculo para poder teletransportarse a otros planetas por si tenían que convencer a más personas de otros planetas para la transportación de los objetos. Por lo que tenían suerte.

Al llegar al planeta ZaZa vieron como los guardias aún estaban preparando se a irse de su turno por lo que no tuvieron que quedarse a esperar por mucho tiempo ahí afuera.

Cuando los guardias finalmente se fueron Dyspo y Cabba fueron directamente a la habitación de la madre de Nebet hethotep. Al entrar se dieron cuenta que las murallas no estaban decoradas por ninguna parte, al encontrarse con la puerta que contenía atrapada a la dama tampoco estaba decorada por ningún lugar, Cabba especuló que la madre de Nebet hethotep pudo haber cometido alta traición pero al ser la madre de Nebet hethotep fue hasta cierto punto "perdonada" por sus acciones pero fue obligada a permanecer en esa habitación como castigo, Dyspo apollo su teoría. Los chicos tuvieron que ser silencioso al entrar en la habitación, se dieron cuenta que la habitación solo se encontraba decorada una muralla donde el medio se encontraba una cama decente junto con 2 muebles y una clase de copa en la mesita.

También se dieron cuenta que la dama se encontraba en una silla de madera pero alejada de los otros muebles, Dyspo le susurró a Cabba que fuera a donde la dama para poder hablar con ella, el joven sayayin dudoso tuvo que ir sin el conejo para que esté vigilase la puerta.

Cabba fue hasta la dama.

-Em... ¿Disculpé?- preguntó Cabba intentando en no asustarla.

-¿Mmm? Oh... Por lo veo finalmente Beerus acepto que interactúe con más gente.- dijo la mujer.

-Mmm... No, es que estamos aquí para preguntarle ciertas cosas ¿Podría?

-Ya.

-¿Cuál es su nombre?

-Sitamon, "Hija de Amón".

La mujer era igual a Nebet hethotep, madre e hija eran jurídicas pero agresivas al momento de responder.

-Usted... ¿Usted es la madre de... Nebet hethotep?- cuando la mujer escucho ese nombre su rostro cambio de expresión a una sin emociones -No, solo fui su "madre" cuando estaba en mi vientre.- respondió Sitamon fríamente.

-¿Me podría explicarme más eso?- preguntó respetuosamente Cabba.

-Hace 13 años, Beerus me dijo que iba a dar a luz a su heredero, yo quería ser madre así que acepté pero a las semanas antes de dar luz me dí cuenta que no quería a esa niña, solo le haría la vida imposible.

-¿Que hizo después del parto?

-La intenté asesinar.

Al oír esta confesión, Dyspo y Cabba se quedaron impactados por la sinceridad de Sitamon, la madre de Nebet hethotep.